Adolescentes haciendo 'plogging' donde antes era un desierto

Una mesa de dibujo antigua, de madera clara, inclinada, con un dibujo a medias. Detrás, unos planos enrollados. En la pared, fotos de la construcción del canal de Seròs, que pasa justo al lado de donde estamos, y de la central hidroeléctrica de Seròs en varias fases de los trabajos de construcción. El ingeniero de estas iniciativas tenía el despacho donde estoy ahora, la planta baja de un chalet (residía con su familia en el primer piso y en el desván). Me llama la atención lo que antes se llamaba teléfono de campaña, de color negro –las comunicaciones con ese teléfono se hacían con la línea de electricidad–. Y numerosos aparatos de medida: un wattímetro, un amperímetro, un voltímetro, un osciloscopio... No falta una caja fuerte, dos aparatos para pasar mejor invierno y verano –una estufa y un ventilador–, una radio y una vela y lámpara de aceite. Y el retrato de Frederick S. Pearson (por partida doble: una reproducción de una pintura y una fotografía).

"Este cuadro se encontraba en un piso que estaban vaciando. «¡No lo tire!», dije, y lo llevé a esta sala", me cuenta Marc Sans, historiador del arte y máster en gestión cultural (dice humildemente que es técnico del museo pero me da la impresión de que es el director). El cuadro es una detallada pintura del barco Mauretania. Tiene bastantes similitudes con el Titanic. Seguro que a primera vista más de uno le ha confundido. Pearson, el gran impulsor de las presas de Camarasa y Sant Antoni, construidas para producir energía, y el canal de Seròs, murió en un naufragio del barco Lusitania, gemelo del Mauretania.

En el despacho del ingeniero, que forma parte del Museo del Agua de Lleida, ha expuesto un documento que dice "Utchesa (sic). Registro de filtraciones". "Lo encontramos en uno de los edificios abandonados junto al pantano", me dice Marc.

Nunca he estado en el embalse de Utxesa. "Es un lugar muy bonito. Y bastante desconocido, incluso por los propios leridanos. Si quieres, podríamos ir", me propone. Y yo cambio el podríamos por vamos. Antes, Marc tiene interés en que vea, en el mismo museo, un breve documental de la construcción del canal y de los diques del embalse de Utxesa. El paisaje que se ve es desértico. "Ahora lo encontrarás muy diferente", me dice. En la misma sala me sorprende ver una fotografía de una barca de vela navegando por el Segre, frente a la Seu Vella de Lleida. Antes, el caudal del río era fluctuante, y con el deshielo de primavera se incrementaba mucho.

Cogemos el coche y circulamos por el barrio del Museo del Agua, situado en la margen izquierda del río Segre. "En la rive gauche, como en París", dice Marc con una sonrisa. "Siempre se llama derecha o izquierda siguiendo la corriente del río", remarca. Muchos nos dicen que este barrio donde está el museo es el Parque del Agua, pero este nombre es de una promoción de viviendas.

Enfilamos una carretera que es claramente secundaria hacia Torres de Segre, siguiendo más o menos el canal de Seròs aguas abajo. De camino, mi copiloto me cuenta un montón de curiosidades del canal de Seròs. "Lo vacían cada dos años, y encuentran de todo –me dice–. Coches robados, electrodomésticos... y en ocasiones también llega a Utxesa algún cadáver: alguien que cae porque su perro se ha caído al agua o que se lanza porque está harto de este mundo. Montameu, el punto más alto de la zona. Cada vez tengo más la sensación de entrar en una zona en la que los gatos pierden las patas.

A la izquierda me fijo en un contrafuerte que protege el canal de Seròs –en el único lugar en el que el canal se eleva un poco; en su recorrido va al nivel del suelo– y en una casa de tapia (de barro).

Al salir del coche, en Utxesa, y empezar a dar vueltas, coincidimos con un grupo de chicos que cuentan chistes entre malos y sinvergüenzas. A continuación se lavan las manos en el centro de interpretación del pantano de Utxesa, ya que acaban de hacer plogging... de residuos que quién sabe si han tirado a sus padres (plogging es uma actividad que combina correr o andar con recoger basura).

"Utxesa es uno de los espacios de la Cataluña interior con mayor interés para los ornitólogos, tanto por la diversidad de pájaros acuáticos, migratorios y sedentarios, como por la singularidad de algunas especies, especialmente los pájaros de carrizal", me comenta Maria Tost, técnica de promoción de naturaleza y turismo del Ayuntamiento de Torres de Segre. "Aquí viene sobre todo gente en primavera y en otoño; ahora en verano muy poca –me dice Maria–. Incluso de Estados Unidos ha venido buscando el carbonero de bigotes, una de «nuestras» especies estrella", añade. Marc destaca que "una infraestructura artificial –el canal– ha generado un espacio natural de alto valor ecológico". "Además, una zona húmeda en un terreno con unas propiedades de sol árido hace que en este espacio se generen unos hábitats singulares", remarca Marc cuando llegamos a las compuertas de desagüe.

Las entidades ecologistas de Lleida ciudad se quejan de que baja poco caudal por el Segre. Pero desde la central hidroeléctrica de Seròs aducen que es necesario que el canal emprunte bastante agua para mantener el espacio de Utxesa... ¡y hacer funcionar la central!