BarcelonaEl invierno que se acerca se espera como uno de los más duros en Europa, no porque tenga que ser más frío que de media sino por la posible escasez de gas natural derivada de la invasión rusa de Ucrania, sobre todo en el centro de Europa. En España no se espera, de momento, llegar al extremo de tener cortes de suministros, pero la guerra se nota desde hace meses en las facturas del gas, la luz y la gasolina de las familias.
¿Qué podemos hacer para reducir tanto el consumo como el coste? Estas son algunas recomendaciones:
Cambiar a la tarifa regulada
A pesar de que el presidente de Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán, calificó de “tontos” a los consumidores que tienen la luz contratada a la tarifa regulada por el gobierno (llamada PVPC), es la más fiable y, en muchos casos, la más barata.
Así mismo, la Organización de Consumidores y Usuarios recomienda también contratar la Tarifa de Último Recurso (TUR) en el caso del gas natural. Según la entidad, la factura con TUR puede ser hasta cuatro veces inferior a las tarifas del mercado libre.
Aislamientos y termostatos para la calefacción
La calefacción es uno de los elementos que más aumentan la factura energética de las familias en invierno, por lo que vale la pena controlar mucho cómo la utilizamos. El primer paso es “apagarla durante la noche”, concretamente “un poco antes de ir a dormir”, recomienda Esther Izquierdo, presidenta del Clúster de la Energía Eficiente de Catalunya. Además, Izquierdo también apunta que instalar un termostato regulable desde el móvil puede ayudar a tener puesta en marcha la calefacción únicamente mientras estamos en casa y con un máximo de temperatura, que se recomienda que sea de entre 20 y 21 grados (por la noche puede bajar hasta 17 grados).
Además, si se tienen los medios, mejorar el aislamiento de la casa y comprobar el cierre correcto de puertas y ventanas también reduce el consumo. “Las casas tienen unas inercias y el calor se mantiene si está bien aislada”, añade Izquierdo.
Sin embargo, una reforma de ventanas y puertas puede ser inasumible a corto plazo para muchos hogares, por lo que se puede optar por aislantes de espuma o goma en las juntas de puertas y ventanas en los días de frío más intenso, que evitan que se escape el calor de la casa.
Electrodomésticos y bombillas eficientes
Los electrodomésticos más grandes –como por ejemplo neveras, radiadores, lavadoras y lavaplatos– son los que más electricidad gastan, por lo que Izquierdo recomienda que, si se tienen que comprar nuevos, se opte por aquellos que tienen una calificación más alta en cuanto a eficiencia energética. Así mismo, cambiar las bombillas por unas más eficientes –las bombillas LED consumen un 80% menos– también suma a la hora de ahorrar.
Así mismo, Izquierdo indica que hay que hacer “un buen uso” de los electrodomésticos y “aprovechar su capacidad al máximo”, por ejemplo poniéndolos en funcionamiento cuando están llenos del todo, como en el caso de las lavadoras y lavavajillas. En cuanto a hornos y neveras, la experta pide minimizar las veces que los abrimos, para evitar que pierdan calor o frío.
Gastar menos agua hace gastar menos energía
"Ahorrar agua también es ahorrar energía, sobre todo agua caliente", recuerda Izquierdo. Sobre este punto, la presidenta del Clúster apunta que optar por duchas en vez de baños representa "tener que calentar menos agua", lo cual permite gastar menos luz o gas, en función del tipo de calefactor.
Conducir mal cuesta dinero
Para los conductores, una buena manera de reducir el consumo de gasolina es con una conducción más eficiente, es decir, relajada y previsible, sin aceleraciones y frenazos repentinos. Además, una buena presión de los neumáticos y un uso racional del aire acondicionado también rebajan el gasto energético del vehículo.
Además, de cara al bolsillo, buscar las gasolineras con precios más baratos y tratar de encontrar sistemas de bonificaciones, como por ejemplo tarjetas cliente, también puede ayudar a rebajar un poco el gasto en combustible a las familias que tienen que utilizar más a menudo el coche.
