El análisis de Antoni Bassas: 'Anécdota y metáfora del rey que mañana vendrá a Catalunya'
Cuando el gobierno español, incluso la parte socialista, critica a las infantas, no lo hace por convicciones republicanas, sino precisamente para proteger al rey Felipe de Borbón
Mañana el rey Felipe de Borbón y el presidente español, Pedro Sánchez, vendrán a Catalunya, a la fábrica de Seat en Martorell, concretamente. Seat es desde hace décadas la joya de la corona industrial de Catalunya y, en el momento histórico del paso del coche de gasolina al coche eléctrico, Seat representa el último gran bastión de nuestra economía internacionalizada, que no tendríamos que perder.
Esto, sin embargo, no puede hacer olvidar lo que el ARA reveló en 2018: cómo hizo el Estado la guerra económica contra Catalunya, cómo el rey Felipe presionó para que CaixaBank y el Sabadell trasladaran su sede fuera de Catalunya y cómo en la recepción del 12 de octubre del 2017, durante el acto del Día de la Hispanidad en Madrid, un emisario de la Casa del Rey transmitió a “un directivo de Seat” la preocupación de la Corona. “Al día siguiente nos enteramos que ya se habían trasladado al presidente de Seat, De Meo, las preguntas que había hecho la Casa del Rey”, dijo el presidente del comité de empresa, Matías Carnero.
Sirva esta historia reciente para explicar que la noticia que las hermanas de Felipe VI, las infantas Elena y Cristina, se han vacunado por la puerta trasera en los Emiratos, es a la vez anécdota y metáfora. Anécdota, porque las infantas son familia del rey pero ya no constan como familia real, ni cobran ningún sueldo público, ni representan a la Corona, y, por lo tanto, criticarlas a ellas es gratis. Cuando el gobierno español, incluso la parte socialista, las critica, no lo hace por convicciones republicanas, sino precisamente para proteger al rey Felipe de Borbón. Que las infantas hayan dicho que “se nos ofreció la posibilidad de vacunarnos y accedimos”, como si nada, es porque este ha sido el tipo de privilegio con el que han vivido toda la vida. Solo les ha faltado añadir: “No sabemos de qué se extraña la gente”.
Esta es la metáfora: en España el rey no gobierna, pero reina. La Corona, para decirlo en términos azulgranas, más que una institución es la unidad de España personalizada, es la tranquilidad (uniformada y armada, eso sí) que tienen los herederos de los ganadores de la Guerra Civil de que todo sigue atado y bien atado. Por eso al rey de España se le suponen poderes sanadores, casi mágicos, providenciales, como a los reyes medievales, como a Franco: salen, hacen un discurso y salvan la patria. Por eso Juan Carlos puede ir pagando a Hacienda en cómodos plazos y las infantas se pueden vacunar, que aquí no pasa nada.
Nuestro reconocimiento para los que trabajan en primera línea, un recuerdo para los que sufren, para los presos políticos, para los exiliados, y que tengamos un buen día.