El análisis de Antoni Bassas: 'Aviso de Juntos: si no hay amnistía para Puigdemont, puede no haber gobierno de Sánchez'

La noticia del día es la reunión entre los presidentes Sánchez y Aragonés en el Palau de la Generalitat, pero cuidado, que eso es lo que se ve en la superficie, porque la corriente de fondo es que la relación PSOE-Junts puede estar a punto de romperse, por lo que la presidencia de Isla podría acabar desencadenando, a la larga, la caída de la presidencia de Sánchez. Vamos por partes. Como hemos titulado hoy, la reunión Sánchez-Aragonès se produce en plena negociación para investir Isla. Oficialmente, es una reunión para oficializar el traspaso a la Generalitat del Ingreso Mínimo Vital, pero es evidente que se trata de mostrar en público que las conversaciones por la investidura de Isla van bien y que el PSOE y el gobierno español tienen mucho que decir, porque, según lo que ha asegurado Marta Rovira, el acuerdo no llegará si no hay un cambio de sistema de financiación de Catalunya que implique una soberanía sobre los ingresos y los gastos.

La reunión de hoy es la escenificación que se han culminado los acuerdos alcanzados por PSOE y Esquerra, especialmente en la negociación para investir a Pedro Sánchez. "Qué acuerdos ha desatascado el PSOE para que Esquerra vote Isla?", nos preguntamos. Pues aquí los tienen: el traspaso de Cercanías (1.058 millones firmados anteayer, al igual que la gestión de becas e investigación), el del Ingreso Mínimo Vital y la ampliación de la plantilla de los Mossos, y está bien encaminada –dice la consellera de Economia– la condonación del 20% del fondo de liquidez autonómica.

Pero, anoche, Juntos dio un puñetazo sobre la mesa: no dio sus votos para que el gobierno de Pedro Sánchez pudiera empezar el trámite inicial de los presupuestos ni la reforma de la ley de extranjería. Un doble golpe para Sánchez, que ahora tiene un mes para devolver un techo de gasto al Congreso, y Junts ya ha advertido de que, si no existe un cumplimiento de los presupuestos del Estado en Catalunya y dan una décima más de margen de gasto en las autonomías, volverán a votar en contra. Claro, esto quiere decir que Junts votó ayer al revés que todo el bloque de investidura de Sánchez y junto al PP y de VOX, y eso es tan inconveniente que salió Puigdemont con toda la artillería digital para justificarlo. Repiula Míriam Nogueras, que dice que "el partido de Salvador Illa ha ejecutado en Catalunya el 45% de los presupuestos del 2023 y en Madrid el 212%", y Puigdemont lo remata diciendo que "son datos impresentables, es inmoral, es tener mucha barra" . "Una Generalitat presidida por el mismo partido que incumple con Catalunya allanaría el camino del desastre, porque, cuando promueven una mejora de la financiación, lo compensan con una inejecución de las inversiones, por lo que lo que sube por un lado, baja por otro" .

Es imposible no ver en este voto en contra de Junts una prueba de fuerza de Junts contra el pacto PSC-ERC que puede hacer Isla president. En Junts creen que votar en contra ayer fue coherente con el acuerdo PSOE-Juntos de Bruselas, que el PSOE estaba "avisado y reavisado" y que todo lo que consolide el café para todos y que no se haya negociado previamente si Junts no está de acuerdo, nunca lo votarán a favor. Y recuerdan que dijeron que irían a tanto la prenda. Pero, en el fondo, todavía hay más. Si socialistas y Esquerra cierran un acuerdo y las bases de izquierda lo ratifican, la investidura de Isla puede ser cosa de días y, por tanto, también la detención y el encarcelamiento de Puigdemont, más que probables, que acabaría su exilio de más de seis años y medio para asistir al debate en el Parlament. Y esa es la clave: el encarcelamiento de Puigdemont puede derribar a Sánchez más temprano que tarde, bajo la idea de que a un gobierno que no actúa contra unos jueces que se rebelan contra el Congreso (al no aplica la amnistía ) ya le está bien la situación. La situación se pone tensa.

Por último. Anoche supimos la noticia de la muerte de Teresa Gimpera, y la queremos recordar en una entrevista que le hicimos en la residencia donde llevaba dos y medio viviendo. Fue una conversación lo suficientemente sincera como para hablar de la muerte: "Me pasa algo tremendo, porque sé que lo tengo cerca y, además, según cómo, no me interesará seguir. Pero lo que me preocupa de la muerte, fija 'te qué más idiota, es que pienso que cuando muera añoraré a los hijos. ¿Verdad que extraña?

Un recuerdo para la Gimpera y un abrazo a su familia y sus amigos.

Buenos días.