El análisis de Antoni Bassas: 'El porqué de la declaración de Otegi'

Estas palabras fueron consensuadas al milímetro con los presos de ETA, que hoy en día son 184, y se hizo con conocimiento del gobierno español, que estaba esperando pedir algún gesto como este

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¿Qué hay detrás de las palabras de Arnaldo Otegi, que ayer dijo que sentía el dolor de las víctimas de la violencia de ETA y que no se habría tenido que producir nunca? En primer lugar hay un aniversario: mañana hará 10 años que ETA anunció que dejaba de matar, de secuestrar, de atentar para siempre jamás. 

En segundo lugar, es un llamamiento, un recordatorio a todo el mundo, sobre todo a la opinión pública española, de que ETA hace diez años que ya no existe. 

Y el llamamiento ha hecho su efecto, porque, aunque hablen en contra, todos los medios hoy lo ponen en la portada. Y esto es más importante de lo que parece, porque si ustedes oyen a la triple derecha nacionalista española o a determinadas asociaciones de víctimas, parece que ETA todavía esté en activo.

En tercer lugar, hay que advertir lo siguiente: algunas de las frases de ayer Otegi ya las había ido diciendo y escribiendo. Pero ayer lo hizo en forma de declaración solemne y compactada. Escuchémoslo, porque son palabras para la historia, y después iremos al fondo del porqué:

Otegi: "Hoy queremos hacer una mención especial y específica a las víctimas causadas por la violencia de ETA. Queremos trasladar nuestro pésame y dolor por el sufrimiento producido. Sentimos su dolor y, desde este sentimiento sincero, afirmamos que nunca se tendría que haber producido y que a nadie lo puede satisfacer que todo aquello pasara ni que se hubiera prolongado tanto. Desgraciadamente el pasado no tiene remedio. Nada de lo que digamos puede deshacer el daño causado. Queremos decir que sentimos enormemente su sufrimiento y nos comprometemos a intentar mitigarlo en la medida de nuestras posibilidades. Siempre nos encontrarán dispuestos a ello".

Cualquier persona de más de treinta o treinta y cinco años recordará que ETA era una pesadilla casi diaria, inacabable, muy dolorosa, y ni Arnaldo Otegi ni ningún otro miembro de la izquierda abertzale vasca decían nada aparecido a lo que acabamos de oír.

¿Por qué lo dice, ahora, Otegi? Según lo que he podido hablar con actores políticos vascos relevantes en las últimas horas, estas palabras fueron consensuadas al milímetro con los presos de ETA, que hoy en día son 184, y se hizo con conocimiento del gobierno español, que estaba esperando pedir algún gesto como este. ¿Algún gesto para qué? Para acabar de llevar a los presos de ETA a prisiones vascas. Ustedes saben que el estado español tenía encarcelados a los presos de ETA en régimen de dispersión, esparcidos por prisiones de toda España hasta Cádiz. Desde hace un par de años, los han ido subiendo hacia el norte. De hecho, la mitad aproximadamente ya están en el País Vasco, y la otra mitad, la inmensa mayoría, todos excepto una quincena, están en prisiones situadas de Madrid para arriba, es decir, claramente más cerca del País Vasco. Ahora, lo que está intentando EH Bildu es que todos estos presos vayan, finalmente, a prisiones vascas, por lo que significa de pena aumentada el hecho de que las familias tengan que ir tan lejos a verlos. 

Fíjense en las reacciones: el PSOE enseguida lo recibió bien, por boca, qué casualidad, del que había sido lehendakari Patxi López. Podemos también lo valoró bien. En cambio, el PNV habló por la tarde pero dijo que era insuficiente. ¿Por qué? En parte, porque todo esto se había hecho sin su concurso.

Y, en parte, porque es verdad que Otegi se quedó corto. No hubo la condena de la violencia. Y para las víctimas del terrorismo de ETA tiene que ser muy duro ver los homenajes populares que hacen a los etarras cuando salen de la prisión y vuelven a su casa. O saber que hay muchos atentados de los que no se conocen los responsables y que los etarras y su entorno quizás sí lo saben.

¿Esto significa que las palabras de Otegi intentan aliviar la situación de los presos de ETA y que no tienen tanto valor?

De ninguna forma, miren lo que decía ayer Rosa Lluch, hija de Ernest Lluch, asesinado por ETA en Barcelona en 2000:

En el mismo sentido se expresaron Robert Manrique (Hipercor) o Gorka Landaburu: “Falta autocrítica pero es un paso positivo”. O Maixabel Lasa: “Esto es lo que pedíamos, ¿no?” Pues ya está”.

Es evidente que no está para todo el mundo. ETA mató a más de 800 personas y el dolor está muy esparcido y es muy personal. Pero el camino de la paz empezado hace diez años, aunque sea imperfecto y duro, es irreversible. Y esta es una gran noticia. Insisto: Otegi no hace una declaración coyuntural. Cuando ETA todavía mataba él ya se reunía en secreto con Jesús Eguiguren (PSE) para ver cómo podían acabar con la violencia. Por eso digo que es una gran noticia. Negarlo es querer aprovechar, precisamente, el dolor que ETA causó para seguir haciendo política. Y política de la peor.

Un recuerdo para los exiliados y para los represaliados. Y que tengamos un buen día.

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