El análisis de Antoni Bassas: 'Para ofrenar nuevas glorias en España'

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Si nos ceñimos a la estricta actualidad política, tenemos que el Tribunal Supremo ha archivado la causa de Tsunami contra Puigdemont. Lo ha tenido que hacer después de la pifia de García-Castellón. De los tres frentes abiertos que tenía el presidente, se ha librado de uno. Pero todavía tiene la orden de detención por malversación y el juez Aguirre, el de la trama rusa, el que presumía de haberse cargado la amnistía, de forma inesperada le ha pasado la trama rusa al Supremo, por el delito de alta traición. Así que Puigdemont aún puede ser detenido.

Mientras, continúan las negociaciones para la investidura del próximo presidente de la Generalitat. En su calidad de presidente de la ANC, Lluís Llach ha dicho esta mañana en TV3 que si Esquerra inviste a Illa sería un suicidio para los republicanos.

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Pero hoy, la política ha cambiado la piel y ha pasado al fútbol de la mano de la selección española. Es un argumento conocido: Cataluña sigue ofrenando nuevas glorias en España. Dos jugadores catalanes, Lamine Yamal y Dani Olmo, marcaron ayer los goles que eliminaron a Francia y clasificaron a España para la final de la Eurocopa. El Ayuntamiento de Barcelona ha anunciado esta mañana que instalará una pantalla gigante. Y encima, todo llega de la mano de un fenómeno mundial, Lamine Yamal Nasraoui Ebana, nacido en Esplugues de Llobregat, de padre marroquí y madre de Guinea Ecuatorial, criado en el barrio de Rocafonda de Mataró, barrio que tiene el código postal 304, números que hace con los dedos y muestra a cámara cada vez que marca un gol. El otro día terminó la ESO. Tiene 16 años, este sábado cumplirá los 17. Y desde Pelé en 1958 que el mundo no había visto tanta precocidad. Miren esa foto. Es la del gol de ayer. Es imposible que el portero le pare si va a esa altura y con esa curva y colocación. Es un disparo en carrera, en un momento en el que España estaba perdiendo. Es necesario tener mucha clase técnica y aplomo mental para hacer un disparo así. ¿Resultado? Lamine Yamal corre hacia la banda y todos los suplentes, todos, de pie, le miran y celebran su gol. Encima, estos días, Lamine Yamal ha colgado una foto olvidada. Ésta. Uno Messi adolescente baña a un Lamine Yamal de meses. La foto la tomó el fotógrafo Joan Monfort, tras una idea de Oriol Canals, entonces en el departamento de marketing del diario Sport. Pidieron a jugadores del Barça para realizar un calendario solidario con niños que se estaban beneficiando de programas de Unicef. Y como si de un cuento se tratara, resulta que el mejor jugador de la historia tuvo en brazos a alguien llamado a sucederle. Las fotos de la sesión han dado la vuelta al mundo. The New York Times, The Guardian, han publicado esta historia increíble. Oriol Canals, hoy jefe de negocio del ARA, ha recordado cómo fue todo:

“El gran ídolo del barcelonismo que apadrina al nuevo ídolo, digamos que lo bautiza. Claro, esto es una casualidad entre un millón. Por eso se hace tan viral la foto, porque el rey bautiza a su heredero. Recuerdo mucho lo tenso que estaba Messi cuando entró, era un chaval de apenas 17 años. El deslumbrante de todo fue un patito, lo pusimos en la bañera y con el patito Lamine empezó a reír y salió esta foto tan preciosa que hizo Joan Montfort”.

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Total, que entre la historia esta de leyenda entre Messi y Lamine, la juventud del chico, su insólita categoría, su serenidad dentro y fuera del campo y sus goles, ya volvemos a estar: un delantero catalán del Barça ha llevado a España a la final. ¿Os suena la historia? Y aquí estamos, los que quisiéramos ver jugar Catalunya, sintiendo pasar los coches tocando el bocina y los chicos y chicas con camisetas de la roja por la calle. Nos coge muy entrenados, y hay que recordar algunos básicos: si hablamos de fútbol, ​​es una alegría ver a estos jugadores y la verdad es que con la Eurocopa que han hecho, los españoles merecen ganarla. Si lo único que hay es España y España gana y convence, ¿de qué quiere que sea la gente, con quien quiere que se identifique? Podemos recordar que España impide que juegue Catalunya, como sí ha jugado Escocia esta Eurocopa, pongo por caso. Es más, los jugadores están obligados a acudir a la selección, no pueden negarse si no quieren enfrentarse a sanciones que les dejarían fuera de cualquier competición. Por no hablar del contencioso histórico. Pero hoy, todos estos argumentos chocan contra la euforia y la ilusión de un equipo lanzado al éxito. Es muy difícil ver fútbol sin tomar partido. La selección española seguro que tiene la simpatía de miles de independentistas que no encuentran contradicción alguna, o la encuentran pero hacen una excepción porque la vida está llena de contradicciones. La gente es de lo que gana y de lo que hay. Pues a ganar por existir.

Buenos días.