Lamine Yamal: 16 años, 11 meses y 26 días de talento puro que llevan a España a la final
El joven extremo azulgrana conduce a la selección española a remontar contra Francia
BarcelonaEl hambre de Lamine Yamal es inabarcable. Lo quiere todo. Destroza récord tras récord. El extremo azulgrana, la ilusión de todo el barcelonismo para la próxima temporada, rescató a la selección española cuando parecía destinada a transitar por la penumbra. Con un golazo, cambió el signo de las semifinales. En menos de cinco minutos, España pasó de perder contra Francia a remontar gracias a las dianas de Lamine Yamal y Dani Olmo (2-1). Inglaterra o Países Bajos, que se enfrentan este miércoles (21 h, La 1), les acompañarán en la final del domingo en Berlín.
La selección española salió a jugar las semifinales con valentía, reclamando el balón y el protagonismo. Y la suerte (y la diversión) del combinado de Luis de la Fuente corre a cargo de Nico Williams y Lamine Yamal. Los dos jóvenes demonios dejaron ya claras sus intenciones fabricando la primera ocasión del partido. El azulgrana recogió un centro pase de su amigo Nico y, con la izquierda, sirvió un pase preciso al segundo palo que desperdició Fabián.
El inicio eléctrico de España no tuvo premio. Francia, un coloso competitivo, los castigó temprano. Todo el trazo que le faltó a Fabián en su remate de cabeza, lo tuvo Kolo Muani. Mbappé, estrella francesa que la próxima temporada vestirá de blanco, emuló a Lamine Yamal con un centro delicioso que Muani, ante una defensa demasiado pasiva de Laporte, remató al fondo de la red.
El gol tan tempranero fue una bofetada directa en la cara de España. El conjunto galo, cómodo con la ventaja en el marcador, podía trazar su plan preferido: aguantar bien replegado y tejer contragolpes eléctricos. No habían pasado ni 15 minutos que Jesús Navas, titular con 38 años por el sancionado Carvajal, ya había visto la tarjeta amarilla. Parecía que la selección española podía tomar daño, porque dejaba muchos espacios detrás y Mbappé, Dembélé –titular por delante de Griezmann– y compañía olían la sangre. Pero Lamine Yamal dijo que no, que no lo iba a permitir, que estaba dispuesto a ser el mejor. Que quería serlo. Y lo demostró. No le intimidaba a que el escenario fuera las semifinales de una Eurocopa.
Lamine Yamal empata con un golazo
El extremo azulgrana siempre sale a divertirse. A pedir la pelota. A ser protagonista. En definitiva, a jugar, como cuando lo hacía de pequeño en la plaza del humilde barrio mataronense de Rocafonda que le vio crecer. Cuando peor lo estaba pasando su equipo, Lamine Yamal se inventó un golazo. Con una rosca tan potente como maravillosa, empató y se convirtió en goleador más joven de la Eurocopa con 16 años, 11 meses y 26 días. Talento puro. Es imposible imaginarse cuál será su techo.
La diana fue un bálsamo para todos sus compañeros. Sin tiempo de digerir el empate, Navas demostró ser un lateral con alma de extremo. El andaluz dejó de perseguir la sombra de Mbappé para servir un centro en el corazón del área que Dani Olmo, tras un gran control, convirtió en el segundo. El atacante de Terrassa conectó un potente cacao cruzado que Kounde, en un intento fallido por rechazarlo, acabó introducido en la portería. La remontada, comprimida en cuatro minutos, sirvió al combinado español para calmar las aguas y cambiar el guión de un partido que parecía haberse teñido de los colores de Francia después de que Muani iniciara el marcador.
Con el 2-1 se llegó al descanso. Didier Deschamps debía afrontar un escenario inédito en toda la Eurocopa: tener el marcador en contra. El conjunto francés salió dispuesto a cambiar su relato habitual –hacer los partidos pesados y soporíferos– porque necesitaba sacudir la coctelera y hacer que ocurrieran cosas. Francia amenazaba tímidamente, con disparos lejanos, mientras que los problemas para Luis de la Fuente se concentraban en el flanco derecho de la defensa. Navas, con molestias, debía abandonar antes de lo previsto. Dani Vivian, que tan sólo había disputado los 90 minutos del duelo contra Albania de la fase de grupos, salía en su sitio.
El combinado galo seguía intentando buscar el empate: Camavinga, Barcola y Griezmann saltaban al terreno de juego. España aceptaba el rol de defenderse, como les tocó ya contra Alemania. Cuando conseguían arrebatar el balón a Francia, querían domarlo. Buscaban que el esférico se moviera despacio, por zonas poco peligrosas y que los minutos fueran pasando. Pero eran sólo pequeños oasis frente a un combinado francés que monopolizaba la posesión.
Las oportunidades francesas, sin embargo, llegaron en cuentagotas. Las ocasiones más claras corrieron a cargo de Theo Hernández, Mbappé y Griezmann, pero los tres remataron alto. Fueron sólo pequeñas pellizcas de una Francia que se despide de la Eurocopa deslumbrada por la sonrisa de Lamine Yamal.