El análisis de Antoni Bassas: 'La respuesta de Cuixart al Supremo sobre los indultos'
Tècnicamente, en derecho, se podría afirmar que decir "Lo volveremos a hacer” no ayuda a Cuixart a que se le conceda el indulto, pero ¿hay algo técnico en esta causa? No. Todo es político
Faltan 20 días para que se acabe el plazo y que se tengan que repetir elecciones en Catalunya y nadie está en condiciones de asegurar que antes del 26 de mayo Esquerra y Junts se pondrán de acuerdo, la CUP no se opondrá y Pere Aragonès podrá ser investido. Pero, hasta donde sabemos, las negociaciones continúan, se va avanzando y hay bastante trabajo hecho como para que se imponga el sentido común y no se tire por la borda el trabajo hecho y la oportunidad de gobernar. Esquerra sabe que gobernar sola sería complicado; en Junts saben que quedarse fuera del Govern es difícil de explicar a los votantes a los que, algún día, tendrán que volver a pedir el voto.
Ayer vino al ARA el conseller de Interior, Miquel Sàmper. Es militante de Junts. Y está por el acuerdo: “Yo creo que sí, pero básicamente porque interpreto que la población nos ha dicho «33 y 32, oye, poneos de acuerdo», y yo a lo que me remito es al hecho de que hay unos equipos trabajando, los conozco a todos; además, tanto por parte de ERC como por parte nuestra, han intensificado mucho en las últimas semanas el trabajo, puede haber la percepción de lentitud pero trabajar un pacto solvente para cuatro años no es menor, y a la pregunta primera de qué haría yo cuando se nos dé la oportunidad, yo votaría que sí”.
Precisamente, durante la entrevista con el conseller llegó la noticia de que el Tribunal Supremo daba cinco días a los presos políticos para que se pronuncien sobre los indultos. Como no los han pedido ellos, sino terceras personas, hay que preguntar al presunto beneficiado de la medida de gracia qué piensa. El trámite no es obligatorio de contestar y Junqueras y Romeva no presentarán ningún escrito. Sàmper es abogado, fue presidente del Consejo de los Colegios de Abogados en Barcelona. Le preguntamos qué aconsejaría a los presos políticos que dijeran al Supremo. Y dijo que les recomendaría recordar al Supremo que ya hace tres años y medio que están en la prisión y no tienen tercer grado. Decía el conseller que por su despacho habían pasado casos a los que habían dado el tercer grado a los siete u ocho meses de haber entrado en la prisión, por condenas de nueve o diez años. Y sobre el arrepentimiento, Sàmper dijo que a quien mata o viola está claro que hay que exigirle un arrepentimiento explícito, pero a quien ha cumplido con su programa electoral legal y ha tenido detrás a más de dos millones de personas, esto no tiene sentido. Por todo ello, Miquel Sàmper dice: "Cuando venga la sentencia de Estrasburgo estoy convencidísimo de que se ratificará el contenido de los dos votos particulares, y mientras tanto aquí hay alguien que dice «Tienes que mostrar tu arrepentimiento», arrepentimiento cuando dos millones de personas te han seguido para que hagas esto, es que ni siquiera es que lo piensen a título personal. Pedro Sánchez tendría que hacer más que de político táctico, que en esto creo que es muy bueno, de estadista. Y tendría que ver que el problema de Catalunya cada vez se le hace más grande. Los indultos tendrían que caer pero de forma automática”.
Ya veremos por dónde irán las respuestas de los presos. La de Cuixart ya empezó a quedar clara:
Más tarde envió un escrito al Supremo en el que reiteró que no ha cometido “ningún delito”, que no se arrepiente de nada y que lo volvería a hacer. “Los hechos que protagonizó fueron en ejercicio de los derechos fundamentales de reunión, libertad de expresión y libertad ideológica en defensa del derecho a la autodeterminación”. Técnicamente, en derecho, se podría afirmar que decir “Lo volveremos a hacer” no ayuda a Cuixart a que se le conceda el indulto, pero ¿hay algo técnico en esta causa? No. Todo es político. Ayer una juez de Barcelona absolvió a dos líderes de ultraderecha que dijeron en un mitin en Barcelona el 12 de octubre del 2013 (¡hace siete años y medio!) que estaban dispuestos a matar y morir por la unidad de España. Todo es político. Y, si no, que se lo pregunten al gobierno español y a la justicia española, que ven cómo Cuixart sale en la portada del New York Times en un reportaje en el que se pone en entredicho que Cuixart tenga que vivir en “un centro penitenciario construido para cerca de mil internos que acoge a traficantes de drogas y asesinos” por el gravísimo crimen de subirse encima de un coche.
Nuestro reconocimiento para los que trabajan en primera línea del covid-19, un recuerdo para los que sufren, para los presos políticos, para los exiliados, y que tengamos un buen día.