Literatura

"Los armenios nos enfrentamos a una situación catastrófica"

La escritora Nariné Abgarian, traducida a una treintena de lenguas, visita Barcelona por primera vez

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Nariné Abgarian.

BarcelonaLas palabras de la escritora Nariné Abgarian resplandecen dentro y fuera de sus libros. Los lectores de la novela I del cel van caure tres pomesque Comanegra publicó en catalán hace un par de años y Navona tradujo al castellano el pasado verano– ya han podido comprobarlo. El público que le ha ido a ver en el festival Kosmopolis lo ha presenciado en directo. Afable, precisa y generosa, Abgarian reconoce que su literatura nace de las historias que le contaban la madre y la abuela en Berd, el pequeño pueblo armenio donde nació en 1971. "Me enamoraba de todas esas fantasías al tiempo que llevábamos una vida muy normal en un lugar donde los gallos cantaban todas las mañanas, las vacas pastaban y nos hacíamos el pan en casa", afirma.

Hija de un médico y una profesora, estudió piano y se licenció en literatura rusa en la Universidad de Ereván, la capital del país, poco antes de instalarse en Moscú. "Fue gracias a esta ciudad que acabé siendo escritora –recuerda–. Siempre me he considerado una buena lectora, pero no fue hasta que estaba a punto de cumplir 40 años que no debuté". Cuatro novelas y una recopilación de cuentos después, Abgarian publicó el libro que le cambió la vida, I del cel van caure tres pomes (2015), ganadora de numerosos premios y traducida a una treintena de lenguas, entre ellas la catalana, a cargo de Marta Nin. "Cuando empecé a escribir estaba convencida de que sólo me leerían 500 personas, pero han terminado siendo millones", explica.

Lo ha conseguido escribiendo, en ruso, sobre un pueblo que ha sufrido mucho a lo largo de la historia. Al genocidio de más de un millón de armenios cometido por el imperio otomano entre 1915 y 1923 ya la represión vivida durante la época de dominio soviético hay que añadir el reciente éxodo de la república del Alto Karabaj después de una breve confrontación armada con Azerbaiyán. Más de 100.000 personas, de origen armenio y religión cristiana, han tenido que abandonar la región, que a partir del 1 de enero de 2024 pasará a formar parte del país vecino, de religión musulmana. "Los armenios nos enfrentamos a una situación catastrófica –dice Abgarian–. La nuestra es una lucha por seguir existiendo. Arrastramos una historia terrible y nunca hemos sabido salir de ella. Tras la caída de la URSS tuvimos 30 años por utilizar el tiempo a nuestro favor, pero nunca nos hemos preocupado mucho como pueblo. Hemos vivido demasiado de nuestro pasado. Sin pensar en el presente no tenemos futuro". Abgarian se marchó de Rusia en el 2020. "Nos vendimos la casa y volvimos a Armenia con una gran tristeza –recuerda–. En el 2022, con el inicio de la invasión rusa de Ucrania, decidimos marcharnos a Berlín".

Abgarian recupera en sus novelas el país que conoció de pequeña. "El lugar donde transcurre I del cel van caure tres pomes es mi Macondo –dice–. No existe en ninguna parte más que dentro de mí". Comanegra acaba de publicar otra novela de la autora, El mar terra endins, también traducida por Marta Nin. "Se me ocurrió gracias a una historia que me había contado mi madre sobre un vecino que había muerto de un infarto –recuerda–. En el libro, Simon sufre un ictus y en el velatorio del difunto todo el mundo se sorprende del color morado que le han quedado las orejas. Les parece ridículo e indigno". A partir de ahí, cuatro de las mujeres que habían amado a Simon le recuerdan. La historia está ambientada, en este caso, en el pueblo de Berd, donde creció la autora. "En una de las últimas visitas que hice –explica– una señora mayor se me acercó y me dijo que había cometido un error en el libro. «Dices que las gallinas no ponen huevos en invierno y es mentira» , me hizo saber. Le pedí perdón y también le di las gracias por haberlo leído.Y me respondió: «Yo no habría leído por nada del mundo esta novela, ha sido mi nieta!»".

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