Baloncesto - Copa del Rey

El Barça vuelve a trasquilar al Madrid (59-64)

El equipo azulgrana se proclama campeón de Copa por cuarta vez en los últimos cinco años

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El Barça, con el trofeo de campeón

BarcelonaEl torneo de las remontadas tenía reservada una sorpresa final. El Barça de Sarunas Jasikevicius le tiene cogida la medida al Real Madrid de Pablo Laso. El equipo azulgrana recuperó una desventaja de 16 puntos contra el eterno rival y se proclamó campeón de la Copa del Rey por cuarta vez en los últimos cinco años (59-64). La cuarta victoria consecutiva de esta temporada en enfrentamientos directos deja tocado el proyecto de un conjunto blanco que mejora, pero no tanto como haría falta para evitar la superioridad culé.

Nikola Mirotic, que anotó 19 puntos, fue reconocido con la distinción de mejor jugador de la final, pero el papel de Rokas Jokubaitis, que anotó 9 de sus 12 puntos durante el último cuarto, también fue decisivo. "Nos han sacado de la pista al inicio del partido. El Madrid nos ha sorprendido, pero la Copa no es fácil. Este grupo ha demostrado tener carácter", analizó Sarunas Jasikevicius.

Pese a tener las bajas de Cory Higgins, el MVP de la Copa del Rey del año pasado, y Pierre Oriola y no haber tenido tiempo para descansar, el Barça volvió a ofrecer una imagen muy sólida contra un Real Madrid que no pasa por su mejor momento físico. Pablo Laso no pudo contar con Fabien Causeur y descartó a Nigel Williams-Goss.

Sarunas Jasikevicius

El primer cuarto penalizó las opciones del Barça. El equipo azulgrana tan solo pudo anotar un tiro de campo durante unos primeros 10 minutos en los que la diferencia blanca llegó a ser de 16 puntos (19-3). Los errores en los lanzamientos se combinaron con las pérdidas de pelota y el dominio en el rebote del Real Madrid, que no perdía el tiempo. El conjunto culé falló 12 de los 13 tiros que intentó contra un rival que siguió un guion parecido al del UCAM Murcia. Jeff Taylor y Edy Tavares se convirtieron en un muro en defensa.

El Barça perdió 10 pelotas en una primera mitad en la que el equipo azulgrana acababa de arrancar. El conjunto catalán tan solo pudo anotar 18 puntos en 20 minutos, una cifra muy inusual. Sin acierto en el tiro y sin capacidad para controlar el rebote, el ritmo de juego fue para el Real Madrid, que se fue a los vestuarios con una ventaja de once puntos (29-18). Los culés tan sólo pudieron anotar seis tiros de campo durante unos dos primeros cuartos en los que Nick Calathes fue uno de los pocos jugadores que compitió al nivel habitual. “Hemos empezado el partido sin energía y no hemos conseguido jugar con velocidad”, analizó Saras.

Discurso memorable de Saras

El entrenador lituano hizo un discurso memorable durante el descanso. El técnico supo tocar la fibra de los jugadores. El tercer cuarto sirvió para ajustar el marcador. "A mí se me ha puesto la piel de gallina", reconoció Nikola Mirotic. El Barça utilizó la defensa de Dante Exum y la producción ofensiva de la ala pívot montenegrino, que anotó 11 puntos en este periodo, para reducir la diferencia del equipo blanco (44-41). El conjunto culé sumó 23 puntos en un tramo de partido en el qué recuperó sensaciones (46-41).

Nick Calathes

Pese a las dificultades de la final, el Barça mantuvo siempre la fe en la remontada. Un triple de Nico Laprovittola a ocho minutos del final sirvió para empatar el marcador (46-46). La aportación de Rokas Jokubaitis fue decisiva para conseguir una renta de seis puntos a dos minutos y medio del final (53-59). La final llegó empatada a los últimos 45 segundos, cuando cuatro tiros libres de Nikola Mirotic y uno de Brandon Davies marcaron la diferencia. Gabriel Deck falló una penetración clave a 20 segundos del final y el equipo azulgrana no dejó escapar el título.

Un calendario de locos

Después de la adrenalina de la Copa del Rey, el Barça tendrá unos días para preparar el viaje a Rusia de finales de semana. El equipo azulgrana visitará viernes al Zenit de San Petersburgo y el domingo al CSKA de Moscú, puesto que ha aprovechado la parada de la Liga Endesa por culpa de las ventanas FIBA para recolocar uno de los partidos que tenía aplazado. El mes de marzo que le cae encima es inhumano porque tendrá que disputar 12 partidos en tan solo cuatro semanas. “No es que sea malo, sino que el calendario es absurdo”, critica Saras.

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