Jugando con el plural y el singular de casas y casa de Alcanar llegamos, para descubrirla, a una de las construcciones modernistas más icónicas de las Terres de l'Ebre. Una zona del país con interesantes ejemplos de la corriente artística desarrollada a caballo entre los siglos XIX y XX, con las peculiaridades propias del terreno.
La casa O'Connor –que de momento parece no tener mucho que ver con Sinéad O'Connor o Ben O'Connor– es parte del legado de una de las familias y estirpes más destacadas del Montsià, precisamente formulada sobre esta casa solariega.
En origen, los Reverter fueron los promotores de la primitiva construcción del siglo XVIII. Debido a varios matrimonios a lo largo del siglo XIX, los O'Connor llegaron a dominar el patrimonio y, obviamente, el renombre de la casa. También a caballo de los dos siglos se van produciendo una serie de obras y reformas que transforman la edificación de una casa grande en una residencia modernista. Desgraciadamente, nunca se ha llegado a precisar su autor, lo que nos hace pensar en una posible autoría de un maestro de casas y no de un reputado arquitecto. Sin embargo, el estilo de algunos de los elementos nos hacen recordar más el modernismo valenciano que el tarraconense o el catalán.
La fachada, cara a la calle de la Generalitat, presenta estratos de diferentes épocas, como una excavación arqueológica. El primer nivel nos recuerda más a una casa potente de pueblo agrícola. En cambio, el primer piso y segundo destacan por la traza y belleza de la forja de los balcones y las molduras de yeso que los decoran.
Actualmente, la Casa O'Connor acoge el Centro de Interpretación de la Cultura de los Iberos vinculado al Museo de las Terres de l'Ebre, y algunas de sus estancias principales pueden ser visitadas o se utilizan como espacios para a exposiciones temporales. Es aquí donde el modernismo que se intuye en la fachada estalla en toda su plenitud.
Una serie de estancias –comedor, sala, alcoba y dormitorio, pasillos…– quedan completamente decoradas desde el suelo hasta las paredes y el techo. Un conjunto pictórico va desarrollándose por estancias y con temáticas según su uso y tradición. Se han vinculado algunas decoraciones a Agustí Redó Monroig, aunque en la segunda planta encontramos a la firma del pintor Juan Soriano Gaudí, y también se ha especulado con la participación de Ramon Adell.
También destacan algunos arrimaderos de madera, parte del mobiliario original conservado en espacios de vida cotidiana, las lámparas y un interesante conjunto de panots, mosaicos y conjuntos de baldosa hidráulica.
La casa fue adquirida por el consistorio de Alcanar, y reformada por Jordi Segura i Torres para acoger el espacio cultural que es actualmente. El jardín de la finca fue utilizado para construir el nuevo edificio del Ayuntamiento. Así que, como del cerdo, de Casa O'Connor todo se aprovecha.