En Cataluña existen más de 750 bodegas y 8.500 viticultores y viticultoras que, además de elaborar un amplio abanico de vinos que destacan por su calidad (340 millones de botellas de vino) son garantía de arraigo de la población a muchas comarcas y conservación del entorno y del patrimonio paisajístico.
La proximidad es un valor en alza para el consumidor y, en Cataluña, todo el mundo tiene una denominación de origen muy cerca. De hecho, más del 53% de los municipios catalanes tienen viñedo, con lo que esto comporta por el arraigo de la gente en el territorio y la difusión de la cultura del país.
Además, tanto los elaboradores como los viticultores tienen una actitud proactiva en la lucha contra el cambio climático y la apuesta por el cultivo ecológico. Hoy en día más de la mitad de la superficie del viñedo catalán es ecológico, y los viñedos que dibujan las once DO constituyen algunas de las postales más icónicas de nuestro paisaje.
Estas son las once denominaciones de origen que dibujan el mapa del vino de Cataluña, aparte de la DO Cava, por orden cronológico de fundación:
DOQ Priorat: la suma de suelo, clima, orografía y mucho trabajo
- 2.196,8 hectáreas - 115 bodegas
La DOC Priorat es la DO catalana más antigua y una de las dos denominaciones de origen calificadas de España. El cultivo del viñedo se encuentra distribuido en altitudes que van desde los 100 metros sobre el nivel del mar hasta los 750 metros. El paisaje que generan estos viñedos es uno de los rasgos característicos del Priorat y sus vinos destacan por ser profundos y “minerales” de garnacha y cariñena.
DO Tarragona: el vínculo con el Imperio Romano y su legado cultural
- 3.400 hectáreas - 27 bodegas
El territorio de la DO Tarragona se ubica entre el río Ebro y el mar Mediterráneo. El clima típicamente mediterráneo y la marinada tienen gran influencia sobre sus vinos. Los blancos se elaboran principalmente con variedades autóctonas y destacan el macabeo, la apuesta decidida por hacer de la denominación de origen Tarragona una DO singular.
DO Alella: cooperativismo y más de 2.000 años de tradición vinícola
- 200 hectáreas - 7 bodegas
Es una DO urbana, la más pequeña, aunque se extiende por 31 municipios de 3 comarcas. En este territorio se ha realizado vino desde hace más de dos mil años y la creación de su cooperativa fue clave para dar prestigio y empuje al nombre de Alella asociado al vino. El terruño de la DO Alella viene definido por su suelo característico de Sauló y la variedad de uva más característica de la zona es la Pasa blanca.
DO Penedès: 2.700 años de historia vinícola
- 2.500 hectáreas - 150 bodegas
La denominación de origen del Penedès es considerada la cuna de la vitivinicultura. Los hallazgos en el yacimiento de La Font de la Canya son el vestigio más antiguo que demuestra el cultivo y la manipulación de la viña en Cataluña. El suelo y el clima diferencian a esta DO en diez zonas marcadas por un carácter único, que van desde el mar hasta más de 800 metros de altitud. La variedad de uva más importante es el xarel·lo para vinos blancos. El Penedès es la región de mayor producción de vino de Cataluña y en 2025 se ha comprometido a ser la primera denominación 100% ecológica del mundo.
DO Empordà: mar y montaña
- 1.850 hectáreas - 46 bodegas
El Empordà y sus vinos son una muestra de sus contrastes, de mar y de montaña, que hacen del Empordà un lugar único, tierra de Cariñena y Garnacha. Estas dos variedades son, hoy en día, las más plantadas y su implantación no ha dejado de crecer en los últimos años. Las bodegas ampurdanesas son mayoritariamente pequeñas y con una larga tradición en la elaboración de vinos.
DO Terra Alta: la zona vinícola más meridional
- 5.870 hectáreas - 62 bodegas
La denominación de origen de la Terra Alta es una de las históricas de Cataluña. Está situada entre el río Ebro y las tierras del Matarraña y tiene un alto valor paisajístico. La importancia de la Garnacha y una cultura específica de entender su elaboración. hacen de estos vinos los que mejor expresan lo que significa la DO Terra Alta. El 30% de la garnacha blanca mundial se encuentra en esta zona.
DO Costers del Segre: el vino de las tierras leridanas
- 4.182 hectáreas - 35 bodegas
Alrededor de la denominación de origen Costers del Segre existe un territorio diverso repartido en siete paisajes que dan fruto a vinos unidos en su intensidad, amplitud y equilibrio. Vinos con buena acidez, frescura, fuerza y carácter. Su producción se extiende a lo largo de la cuenca del río Segre y del Pirineo de Lleida.
DO Conca de Barberà: innovación y aprecio por la tierra
- 2.721 hectáreas - 28 bodegas
La historia de la viticultura en la Cuenca ha ido muy ligada a la historia de la comarca. El taladrado, la variedad autóctona de uva tinta, es el referente diferenciador de los excelentes vinos que tiene la Conca de Barberà. El taladrado proporciona vinos delicados, afrutados, frescos con notas especiadas y ligera graduación alcohólica. La huella de su pasado cooperativo vitivinícola es bien visible con las bodegas modernistas que Àngel Guimerà bautizó como “catedrales del vino”.
DO Pla de Bages: el vino de tradición familiar
- 500 hectáreas - 17 bodegas
Desde 1995 esta denominación es heredera de la que fue la zona con más viñedo de Cataluña, 27.700 hectáreas, por eso se hablaba de "la fiebre de oro de la viña en el Bages". Su patrimonio vitivinícola formado por barracas, muros y tinas de piedra seca, prensas medievales o el Monasterio de Sant Benet son un testimonio muy vivo. Agrupa las bodegas y vinos elaborados en las comarcas del Bages y parte del Moianès, todas ellas de tradición familiar y con viñedo propio. La variedad autóctona más representativa de la zona es el Picapoll, que aporta gran personalidad al vino.
DO Cataluña: tradición y calidad
- 39.761 hectáreas - 202 bodegas
La denominación de origen Cataluña tiene una gran herencia detrás de su trayectoria viticultora. El vino con DO Catalunya, de vanguardia de calidad, con un marcado carácter mediterráneo, representa más del 50% del vino catalán con DO y suma hasta 40.000 hectáreas de cultivo y una producción de más de sesenta millones de botellas.
DO Montsant: juventud y empuje
- 1.775 hectáreas - 53 bodegas
Esta denominación de origen es la más joven de Cataluña, pero esto no le resta el empuje que los productores ponen en su trabajo y en la elaboración del vino. Los vinos tintos son los más comunes en la DO Montsant. El 90% de la producción de uva corresponde a variedades tintas con una destacada presencia de garnacha y cariñena.
La campaña “Catalunya, donde el vino es cultura” impulsada por el Gobierno de la Generalitat, a través del departamento de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentación, y del Instituto Catalán de la Viña y el Vino (INCAVI), fomenta la aumento del conocimiento y la notoriedad del vino catalán.
Espacio Empar Moliner: Las Denominaciones de Origen de Cataluña
Denominació d’Origen. Que “denomina l’origen” del vi. El garanteix! I ens en fa conèixer allò que el fa específic, únic, per mil causes irrepetibles.
Si a un habitante riojano le piden por las subzonas de su DO y las uvas que se hacen, no tendrá que hacer mucha memoria. Si se lo pedimos a un habitante de Catalunya, tendrá que haber “estudiado” un poco más, porque nuestro mapa vinícola –por suerte y por placer– es muy complejo. Tenemos en nuestra tierra de vinos doce DO. Las escribo a continuación, pero les propongo que se detengan aquí y, antes de leer, intenten recordar las que puedan. Las Denominaciones de Origen catalanas son un reflejo de la gran complejidad, calidad estratosférica y gran diversidad del vino catalán. El vino catalán está entre los mejores del mundo. No es ninguna exageración, ni pasión de enamorada. El vino catalán (el blanco, el tinto, el brisa, el rancio, el espumoso...) está entre los mejores del mundo.
La Denominación de Origen, pues, garantiza su origen, calidad, variedades, claro, y prácticas. Nos dice cómo, por qué, desde cuándo, quién.
Y ahora sí, las Denominaciones de Origen, que me gustará contar, a lo largo de los días, a todos ustedes. Alella, tan grande y tan pequeña, la primera de España, por cierto. Cataluña, con la mitad de botellas que salen de nuestro país. Cava, la de las adorables burbujas. Cuenca de Barberà, con esa maravilla que es el taladrado. Costers del Segre, con siete paisajes radicales y bellísimos, bañados por el río. Empordà, con bodegas increíbles, pequeñas y grandes, todas ellas grandiosas. Montsant, que no puede ser más elegante. Penedès, tan cerca y tan lejos, con el xarel·lo, que es nuestra maravilla internacional. Pla de Bages, con el picapoll y el mandó, los míos. Priorato, con la garnacha y la cariñena. Tarragona, con el macabeo como rey del mundo. Y Terra Alta, el paisaje indómito, duro y precioso, el corazón de la garnacha blanca.