Tu ‘foodie’ de cabecera

Clásicos que no decepcionan

Tres ‘must’ de Barcelona que si hace tantos años que están es por algo

En el capítulo anterior hablábamos del Pinotxo de la Boqueria, y reivindicaba visitar los lugares que han llenado las barrigas de tantos catalanes para que lo continúen haciendo durando mucho tiempo más. En sintonía con esta idea, hoy hablaremos de clásicos. Seguramente ya los conocéis, pero es posible que haga tiempo que no los pisáis. Sirva este artículo de friendly reminder.

Pues sin ninguna voluntad de ser original, la primera recomendación tiene que ser para el restaurante más antiguo de Barcelona: Can Culleretes. Porque como bien dicen en su Instagram, la cocina tradicional no pasa de moda. Fecha del 1786, y la familia que lo regenta actualmente lleva desde el 1958 –ya han pasado tres generaciones–. Se encuentra en la calle de En Quintana, en el Gòtic, y la visita ya vale la pena por dos motivos: sus canelones y sus paredes, cargadas de historia. Las baldosas, los cuadros y las fotografías os tendrán toda la comida distraídos. Entre semana tienen un menú de mediodía fantástico por 16,50 euros. En la lista de platos donde escoger están los famosos canelones y también la versión con brandada de bacalao y espinacas. Incluye bebida, pan y postres. Sales rodando. El fin de semana tienen uno por 22 euros. Aparte, tienen varios menús cerrados que pueden ser ideales en celebraciones familiares, puesto que el espacio es grande y la comida gustará a todo el mundo. Ah, y también hacen varios platos precocinados para llevar. Sí, los canelones también.

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Pasamos ahora a un restaurante muy señor, la Bodega Sepúlveda, que, obviamente, está en la calle Sepúlveda. Producto fresco y de primera calidad, en un local que empezó como bodega en 1952 y que todavía regenta con entrega la misma familia. Es habitual ver gente conocida, políticos o personas de comida de trabajo. Si sois de los que a menudo tenéis compromisos de este estilo, es el lugar perfecto: os hará quedar bien y tiene mesas que están en rincones discretos y un reservado. También es ideal para la gente de morro fino: jamón de bellota con DO, mejillones de roca al vapor con jerez y cítricos, cocochas de merluza al pilpil, huevo frito con bigotes de bogavante salteados, albóndigas con calamar, entrecot de Nebraska... Ya veis por dónde voy, cocina de nivel. Entra en la categoría de restaurante para darse un homenaje.

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Acabamos con Can Vilaró, lugar de encuentro habitual de los periodistas deportivos. Mucho más informal que la Bodega Sepúlveda, Can Vilaró tiene el encanto de ser un lugar de toda la vida delante del Mercado de Sant Antoni, y esto ahora mismo lo convierte en una rara avis. Cocina casera de siempre: cap i pota, trinxat, hígado con cebolla, sesos rebozados... Encontrar esto –y a los precios a los que lo sirven– es exótico. Y claro, por eso llenan cada día. Abren a las 8 h, para preparar unos despatarrantes almuerzos de tenedor, y están hasta las 16 h. De lunes a sábado. No hay menú de mediodía, pero no lo echas de menos.

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Y hasta aquí los tres must de la Barcelona de siempre que queremos que lo continúen siendo.

DECLARACIÓN DE INTENCIONES

Este texto no es contenido publicitario. Todos los lugares los he visitado como clienta y he pagado la cuenta como cualquier otra persona.