¿Cómo se cura el impétigo?
Es una infección bacteriana superficial de la piel que suele ser leve pero que puede ser muy contagiosa y se extiende fácilmente a otras zonas del cuerpo
BanyolesNo es una costra fruto de una caída, ni tampoco un herpes... Aunque pueda parecerse, el impétigo es otra afección. Concretamente, una infección bacteriana superficial de la piel. Y aunque suele ser leve, puede ser muy contagiosa y se extiende fácilmente a otras zonas del cuerpo. Es más frecuente en niños de entre 2 y 5 años. Tanto la humedad como el calor favorecen su aparición. Por tanto, a principios de otoño, y también en verano, es más habitual. El Staphylococcus aureus está detrás de la mayoría de casos y, en menor grado –solo un 10%–, el Streptococcus pyogenes.
¿Dónde sale?
Según la doctora Mercè Planagumà, dermatóloga del hospital comarcal de Palamós, el impétigo vulgar y sin ampollas –el habitual– se inicia como una herida que al secarse deriva en una costra de color miel. “Habitualmente sale en la cara, concretamente junto a los orificios de la boca o la nariz, pero también puede aparecer en las extremidades. Las zonas más descubiertas son las más afectadas. El impétigo con ampollas, que no es tan frecuente, tiene una toxina epidermolítica que causa burbujas en la parte afectada de la piel”, advierte Planagumà.
¿Por qué es tan contagioso?
Las bacterias que provocan el impétigo generalmente ingresan en la piel a través de un pequeño corte o una picadura de insecto. “Es fácil que la bacteria se inocule en la herida y dé lugar a la infección”, describe la doctora. A partir de ahí, la infección puede extenderse por todo el cuerpo por contacto directo o indirecto. “El contagio puede venir por el hecho de tocar piel con piel donde se encuentra la lesión o a través de objetos que hayan entrado en contacto con la persona infectada como juguetes, ropa, sábanas, toallas... Uno mismo, cuando se toca la costra o se la rasca, puede esparcirse la infección”, admite Planagumà. Esta especialista, dermatóloga también de la Clínica Salus Infirmorum de Banyoles, alerta de que se ha detectado "un aumento de casos de impétigo con relación a otros años". Aunque es más frecuente en edad pediátrica, también son propensos los adultos inmunodeprimidos (personas mayores, diabéticos o con el sistema inmunitario debilitado) o con patologías previas como dermatitis atópica. El entorno donde suele aparecer es en las escuelas y en el núcleo familiar.
¿Cuánto dura?
Desde el momento de la infección hasta la aparición de los síntomas suelen pasar unos 10 días. El impétigo suele desaparecer espontáneamente al cabo de unas semanas, pero los expertos recomiendan tratarlo. “El tratamiento es una pomada antibiótica tres veces al día entre cinco y siete días. Ahora bien, si las lesiones son más extensas, será necesario dar antibiótico oral una semana”. El riesgo de contagio desaparece, eso sí, a las 24 horas después de empezar el tratamiento. Una vez curada la lesión, sale una mancha rojiza pigmentada pero va desapareciendo y no deja cicatriz. Raramente se complica, sin embargo, si se diera el caso, podrían producirse problemas renales o fiebre reumática. En algunos casos, los especialistas cogen un cultivo microbiológico o recogen una muestra del líquido de las ampollas para analizarlo y confirmar la presencia de las bacterias causantes de la infección. Por otra parte, podemos ser portadores del microbio que causa el impétigo pero sin manifestar ningún síntoma.
¿Cómo prevenirlo?
Mantener la piel limpia es la mejor prevención. Lavar inmediatamente los cortes, rasguños, picaduras de insecto u otras heridas con agua y jabón. La persona infectada también debe lavarse las manos a menudo con agua y jabón y secárselas bien. Se recomienda cortar las uñas, mejor llevarlas cortas y mantenerlas limpias. Además, es importante lavar la ropa, sábanas y toallas de la persona infectada a 60 grados para erradicar cualquier rastro de la bacteria.