La denominación de origen Cataluña tiene una gran herencia detrás de su trayectoria viticultora y garantiza calidad y proximidad en sus vinos, con un marcado carácter mediterráneo. El vino y el viñedo forman parte de la vida diaria de la DO Catalunya, del paisaje y de la cultura fuertemente arraigada.
El vino con DO Catalunya, de vanguardia y de calidad, representa más del 50% del vino catalán con denominación de origen con una producción de más de 60 millones de botellas. Es la DO más grande en número de hectáreas dedicadas al cultivo de uva para la producción de vino, ya que se extiende por 40.000 hectáreas de cultivo y está representada por 192 bodegas.
En total, en Cataluña se producen 340 millones de botellas de vino –90 de vino tranquilo y 250 de espumoso – un 50% de las cuales se comercializan en Cataluña. El resto se comercializa en España y en el exterior– principalmente en Reino Unido, Suecia, Alemania, Estados Unidos.
Además de la DO Cataluña, el territorio dispone actualmente de diez denominaciones de origen más de producción de vino, aparte, de la DO Cava: Priorat, Montsant, Terra Alta, Cuenca de Barberá, Penedès, Cataluña, Costers del Segre, Empordà, Pla de Bages y Alella.
El enoturismo en Cataluña
Detrás de cada botella que se produce en Cataluña existe un universo que se te muestra al destaparla. Y al probarla, te revela su carácter franco, la naturaleza del paisaje en el que ha nacido, la personalidad de quien la ha forjado y el espíritu de quien la ha hecho crecer.
Viajar por todos los rincones del país, evocar paisajes, escuchar a personas, sumergirse en su historia y compartir un legado milenario, entender sus orígenes, empezar una botella, sentir el viaje y saborear la vida: esto es el experiencia del enoturismo en nuestro país. Y en Cataluña contamos, además, con nueve rutas del vino para practicarlo.
Nuestro país dispone de más de 300 bodegas visitables. Te abren las puertas de su casa para que pruebes sus especialidades y, a la vez, conozcas su contexto histórico, social y cultural que convierte nuestro hogar en un destino enoturístico único.
Haciendo enoturismo podrás conocer desde la llegada del cultivo de la viña a nuestro país hasta el centenar de bodegas cooperativas de estilo modernista, conocidas como catedrales del vino, las barracas y los lagares de piedra recuperados en medio de los bosques, los museos de la vida campesina, las fiestas tradicionales dedicadas al vino que todavía se conservan y las grandes bodegas del país que se levantan como símbolos contemporáneos de la importancia del vino en la gastronomía catalana.
Y es por eso que podemos decir que en Cataluña, el vino es cultura.
Espacio Empar Moliner: DO Catalunya
La DO Catalunya, que banya de vi 420 municipis, elabora la meitat de les ampolles catalanes amb denominació d'origen. Ni més ni menys que cinquanta milions l'any. Segur que algun vi de la DO Catalunya ha estat, segur, a la seva taula.
Esta DO nace en 1999. ¿Y por qué? Para acoger a viticultores de zonas donde ya había Denominaciones de Origen (con sus variedades autorizadas y permitidas) y también acogiendo otras, donde se hacía vino, pero no había, Denominación de Origen. ¿Y por qué? Porque la DO Catalunya autoriza todas las variedades. Las que convenimos que son "autóctonas" y las que convenimos que son "internacionales". La condición, claro, es que provengan de viñedos de Catalunya. Filosóficamente, la cuestión es interesante. Si te han plantado aquí y te has adaptado, eres de aquí.
Esto hace que vinos muy sugerentes, que no tendrían encaje en ningún DO, puedan tenerlo en ésta, si quieren. Pienso ahora en viticultores que hacen monovarietales de parellada. O en un coupage que me parece muy exitoso, el de xarel·lo con garnacha blanca, que se ha hecho, en esta DO, pero, naturalmente, mostrando su origen. Ocultar el origen de una uva puede querer decir que viene, de lejos, con un camión cisterna.
El presidente de la DO Catalunya, Xavi Pié, me dice: “Las DO se las inventan los consumidores, en realidad. Los ingleses, que querían saber de dónde venía el vino que bebían, fueron los primeros en garantizar esta “salida del anonimato””. Si no identificamos de dónde vienen las cosas no les damos valor. La DO Catalunya es un paraguas, un envoltorio en las pruebas, en la creatividad, sin perder la identidad. La que le da nombre.
