La Denominación de Origen Terra Alta es una de las históricas de Cataluña. Se encuentra entre el río Ebro y las tierras del Matarraña –en la zona vitivinícola catalana más meridional– y su situación tiene un alto valor paisajístico. Ebro han sido reconocidas por la Unesco como reserva de la biosfera con un enorme potencial vitivinícola. Hay testimonios de que en el siglo XVII. dejan constancia de una plantación en Gandesa denominada Vernacha.
Actualmente, en la Terra Alta se cultiva el 33% de la garnacha blanca de todo el mundo. Este porcentaje supone el 75% de la producción en España y el 90% de la garnacha blanca en Cataluña. La DO Terra Alta es, sin duda, el alma de esta variedad. Tanto es así que cuenta con un distintivo de control específico de garnacha blanca 100%.
Los vinos de la Terra Alta son finos, distinguidos por su fuerza y carácter. Un Terra Alta arraiga en tierras calizas, crece con el sol del Mediterráneo y se elabora con cuidado. Las particularidades que se pueden apreciar en todos los vinos de la DO Terra Alta son esta mediterraneidad, más expresión en boca que en nariz, y una destacable persistencia a la cata.
Los vinos blancos son de color pálido, aroma fresco y un paso en boca amplio y equilibrado. Son elaborados mayoritariamente con garnacha blanca. Por su parte, los vinos tintos destacan por su carácter mediterráneo, con una elevada intensidad colorante y predominio de los aromas frutales. La importancia de la garnacha y una cultura específica de entender su elaboración hacen de estos vinos los que mejor expresan qué significa la DO Terra Alta.
La DO Terra Alta tiene una extensión de cultivo de viñedo de 5.870 hectáreas y está formada por 62 bodegas. En Catalunya, en total, se producen 340 millones de botellas de vino –90 millones de vino tranquilo y 250 espumoso–, un 50% de las cuales se comercializan en Catalunya. El resto se comercializan en España y en el exterior –principalmente en Reino Unido, Suecia, Alemania y Estados Unidos.
Además de la DO Terra Alta, Cataluña dispone actualmente de diez denominaciones de origen más de producción de vino, aparte de la DO Cava: DO Priorat, Montsant, Tarragona, Cuenca de Barberá, Penedès, Cataluña, Costers del Segre, Empordà , Pla de Bages y Alella.
La Ruta del Vino por la Terra Alta
Con la Ruta del Vino de la Terra Alta podrás disfrutar del espíritu mediterráneo que desprende esta tierra y que enamoró a Picasso. La Terra Alta es la patria de la mejor garnacha blanca. Adentrarse por el periplo vitivinícola de la Terra Alta es, además de degustar excelentes vinos, tanto blancos como tintos, disfrutar de mosaicos de almendros, viñedos y cereales, una naturaleza virginal, del encanto de la vida rural, la presencia de Els Ports, la calma y la tranquilidad, y ver cómo la vida parece inalterable.
Las bodegas cooperativas están actualizando sus colecciones y proyectos de autor y además la zona dispone de una buena oferta gastronómica, con buena cocina y actividades de turismo activo.
La oferta enoturística de la DO Terra Alta ofrece actividades relacionadas con la visita a bodegas –se pueden visitar hasta veintitrés bodegas, que tienen las puertas abiertas a visitantes con visitas guiadas–, unas actividades en las que el vino es el denominador común, pero se hace un maridaje con la gastronomía, con la cultura o con la familia. En la oferta enoturística de la Terra Alta también hay oferta de cinco establecimientos hoteleros y dos restaurantes.
El enoturismo en Cataluña
Detrás de cada botella que se produce en Cataluña hay un universo que se muestra destapándola. Y al probarla, te revela su carácter franco, la naturaleza del paisaje en el que ha nacido, la personalidad de quien la ha forjado y el espíritu de quien la ha hecho crecer.
Viajar por todos los rincones del país, evocar paisajes, escuchar a personas, sumergirse en su historia y compartir un legado milenario, entender sus orígenes, empezar una botella, sentir el viaje y saborear la vida: esto es l experiencia del enoturismo en nuestro país.
En total, Cataluña dispone de más de 300 bodegas visitables. Te abren las puertas de su casa para que pruebes sus especialidades y, a la vez, conozcas el contexto histórico, social y cultural, que convierte nuestra casa en un destino enoturístico único.
En estas más de 300 bodegas, y también en las veintitrés de la Ruta de la DO Terra Alta, podrás conocer desde la llegada del cultivo de la viña a nuestro país hasta el centenar de bodegas cooperativas de estilo modernista – conocidos como catedrales del vino–, las barracas y los lagares de piedra recuperados en medio de los bosques, los museos de la vida campesina, las fiestas tradicionales dedicadas al vino que todavía se conservan y las grandes bodegas del país que se levantan como símbolos contemporáneos de la importancia del vino en la gastronomía catalana.
Y es por eso que podemos decir que en Cataluña el vino es cultura.
Espacio Amparo Molinero: DO Terra Alta
Garnatxa, morenillo i oli
La Terra Alta, escenario de la Guerra Civil, entre los Puertos de Beceite y las sierras de Pàndols y de Cavalls, donde Tísner –lo explica en las memorias– resiguió la línea del frente, con el padre, para encontrar los restos del hermano muerto en la batalla del Ebro. La Terra Alta, con viñedos y campos, todavía llenos de metralla. Corbera -que se pisa siempre flojo por respeto- el río, tan presente, las carreteras rectas donde entrenan los equipos de ciclistas, con los almendros a ambos lados.
La Terra Alta es el vergel de la garnacha. La garnacha (peluda, tinta, blanca...) se expresa en la Terra Alta como en ninguna parte. Los disfrutamos -no lo puedo dejar de decir- en la Fiesta del Aceite de la Fatarella. Ahora, la DO acepta una variedad que enamora, la morenillo. Es el único lugar del mundo en el que se cultiva.