"A ti te echaré a la calle y tu mujer palmará": la FCF de Soteras, demandada por vulneración de derechos laborales
El ARA da voz a Raquel Elola y Sandra Mora, dos trabajadoras del organismo despedidas tras la reelección del actual presidente
BarcelonaJoan Soteras siempre ha ejercido un control exhaustivo de todos los elementos vinculados a la Federación Catalana de Fútbol. Su continuidad depende de los clubes y su objetivo es fidelizar a todos los que pueda. Mediante su director general, José Miguel Calle, cuida su futuro en el cargo y emplea esfuerzos en apagar o minimizar cualquier foco de disensión. El ARA da voz a dos testigos afectados por esta forma de gobernar, dos mujeres que han iniciado acciones legales por haber perdido su trabajo en la FCF en circunstancias muy particulares.
Raquel Elola trabajaba en el organismo desde 2006. Primero llevó a cabo las funciones de administrativa ya partir de 2012 de secretaria. Ambos cargos en Tarragona. Durante estos años vio cómo la mayoría de cuestiones importantes de los trabajadores de la FCF dependían siempre de Barcelona y, "para combatir este centralismo" –según explica–, en enero del 2022 anunció que se presentaba como delegada sindical de Tarragona y las Terres de l'Ebre a través de Comisiones Obreras (CCOO). Elola manifiesta al ARA que "las delegaciones territoriales no estamos legalmente adheridas al convenio de Barcelona y yo quería reivindicar nuestros derechos para tener más peso en la toma de decisiones".
Cuando Soteras se enteró de que Elola se presentaba como delegada sindical, activó todos los mecanismos para evitar que fuera la representante escogida. Raquel denuncia: “Recibí amenazas de Soteras y José Miguel Calle –director general del estamento– para que no me presentara, pero me mantuve firme porque como empleada de la FCF estaba en mi derecho”. Las actuaciones de los dirigentes no garantizaban que el proceso electoral fuera democrático y CCOO tuvo que advertirles de que no podían mover el puesto de trabajo de Elola fuera de Tarragona.
El equipo de Soteras necesitaba a alguien que se presentara a las elecciones para impedir que Elola saliera vencedora y pensó en Joaquim Sanllehí, muy vinculado al fútbol sala, que ganó las elecciones por 7 votos a 4. Elola tiene constancia de que “los trabajadores con derecho a voto recibieron llamadas de Soteras y Calle y se les amenazó con que serían despedidos si me elegían. Incluso enviaron a una mujer de Tortosa que estaba de baja para asegurar su voto”.
"Raquel Elola palmarán"
Más tarde, el 1 de marzo de 2022, se produjo una reunión en el restaurante Izarra de la calle Sicília de Barcelona con el presidente, Soteras, el director general, Calle, el secretario general, Oriol Camacho, y el delegado de Tarragona, Josep Vives, que también es marido de Raquel Elola.
Antes de sentarse en la mesa, Calle recogió los móviles de los presentes mientras durara la cena. Una práctica habitual para evitar filtraciones, pero que en esta ocasión no obtuvo el resultado esperado. El diario ARA ha tenido acceso a los audios de ese encuentro, en los que se puede comprobar una vulneración de los derechos de los trabajadores.
El objetivo de Soteras era convencer a Vives para formar parte de su equipo de cara a las elecciones de mayo de ese año. Al mismo tiempo, le advirtió: “Si me engañáis, tú dejarás de ser directivo porque te echaré a la calle y tu mujer palmará, lo siento. Me va a costar más o me va a costar menos, pero va a palmar”.
Soteras explica cómo ocurrieron los hechos y reconoce que influyeron en la elección de Sanllehí: “Raquel quiso formar parte del comité de empresa y le dije que no lo hiciera, pero la idea se le había metido en la cabeza y decía que quería serlo. Nosotros tuvimos que buscar una opción para que no lo fuera y ya hemos demostrado que tenemos armas para ello, y lo hemos hecho”.
Cuando Josep Vives le interpeló sobre la legalidad de este modus operandi, Soteras argumentó que “es lo mismo que haría yo en mi empresa” e incluso reconoció que “yo también he hecho alguna llamada, porque todos tenemos el mismo interés y no me daba la gana que tu mujer fuera del comité de empresa”. Además, explicó que "cuando hay unas elecciones todos intentamos poner al comité a quien nos interesa a nosotros que haya".
Calle también intervino para defender la decisión: “Hablé contigo para que Raquel se apartara, porque me lo dijo el presidente”. Ese encuentro fue dos meses antes de las elecciones a la FCF. Soteras, presidente y entonces también candidato, concluyó: “Yo paso de ser muy bueno en ser un hijo de puta muy rápido, y si salgo presidente me los cargaré a todos”.
Soteras cumplió su palabra
El vallesano fue reelegido tras superar en los comicios a Àlex Talavera y Juanjo Isern. Si bien las votaciones acabarían repitiéndose meses después por mandamiento del Tribunal Catalán del Deporte, que observó irregularidades, Soteras pudo iniciar la toma de decisiones.
Josep Vives dejó de ser delegado de Tarragona y le sustituyó José Cosano, que ratificó a todos los trabajadores. El 30 de junio, Raquel Elola recibió un mail que le comunicaba que debía recoger las pertenencias de su despacho porque a partir del día siguiente dejaba de ser secretaria de la delegación de Tarragona. Su sustituto fue Joaquim Sanllehí, el mismo al que Soteras designó para ganar las elecciones sindicales.
De entrada, pese a la pérdida de atribuciones, Raquel conservó el trabajo, pero sufría el mal ambiente en la oficina: “Necesité ayuda psicológica e inicié tratamiento por ansiedad. El médico creyó que no podía trabajar en ese ambiente porque perjudicaba mi salud y me dio la baja”.
Elola tenía previsto reincorporarse cuando mejorara y durante su ausencia, envió un correo para saber cuál sería su función. La respuesta fue que se lo dirían cuando recibiera el alta médica y que mientras tanto se abstuviera de utilizar el correo de la FCF. Finalmente, el 30 de septiembre de 2022, cuando todavía estaba de baja, fue despedida. Posteriormente, denunció el improcedente, no concilió y el 24 de abril de 2024 tiene fijada la fecha del juicio.
Despedida mientras estaba embarazada
Por su parte, Sandra Mora entró a trabajar en la FCF como secretaria de delegación del Penedès-Garraf en 2011. Consiguió la plaza mediante un proceso de selección y se incorporó al equipo de Manel Duran, entonces líder de esa demarcación. Mora explica que “pese a trabajar en la FCF, yo siempre me he mantenido mucho al margen del fútbol: hacía mi trabajo entre semana y nunca iba a ver partidos. Este hecho se valoraba mucho, porque mi posición frente a cualquier conflicto era absolutamente neutral, porque no tenía ningún vínculo con ningún club”.
Hasta que todo se torció en julio del 2022: “Empecé mis vacaciones y no había pasado ni una semana cuando recibí un burofax en el que se me notificó que me habían abierto un expediente disciplinario. Se especificaba que me había conectado a YouTube y Spotify de enero a junio y que esto no estaba permitido. Yo propuse que un perito informático independiente certificara que se me estaba acusando injustamente, porque incluso había conexiones fuera de mi horario laboral, pero la FCF no lo autorizó”.
Las alegaciones que presentó su abogada no tuvieron ningún efecto, porque la FCF despidió a Sandra en septiembre, aunque estaba embarazada y de baja por ansiedad. Entonces su horario era de media jornada para atender a su hijo mayor, que entonces tenía 2 años. El próximo mes se celebrará el juicio en el que Mora reclama la nulidad y la consiguiente readmisión.