Homenotes y danzas

La epopeya de los Safra: de las caravanas de camellos a gigante global de las finanzas

El magnate de origen libanés fue considerado en su día el financiero más rico del planeta

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El padre de la cantante Shakira –recientemente de actualidad– es William Mebarak, un libanés nacido en Nueva York que acabó dando cierta fortuna en Colombia con actividades diversas. En este sentido, resulta curiosa la capacidad de las familias con sangre libanesa para hacerse ricas lejos de su tierra, y hay un buen número de ejemplos: Carlos Slim Helu, magnate mexicano y uno de los hombres más ricos del mundo; los hermanos Gores, propietarios de los Detroit Pistons de la NBA y de infinidad de empresas; Tony Tamer o Taha Mikati, entre otros muchos. En este selecto colectivo hasta hace poco brillaba con luz propia Joseph Safra, nacido en Beirut y miembro de una familia judía que desde hace muchas generaciones se dedica a los negocios: su tatarabuelo se convirtió en un magnate de la banca y , en los años 50, su padre, Jacob, trasladó a la familia y los negocios a Brasil. Antes, sus antepasados ​​operaban en el mercado de las caravanas con camellos que hacían el triángulo Alepo-Alexandría-Estambul. No deja de ser significativo que el apellido familiar (Safra) signifique amarillo en árabe, el color del metal (oro) con el que realizaban sus operaciones de financiación.

La proverbial opacidad de la familia dificulta saber sobre Joseph Safra, pero su reciente fallecimiento, durante la pandemia, permitió poner un poco de luz en su vida. Se sabe que en 1955 puso en funcionamiento el banco que llevaba su nombre, edificado sobre las operaciones de financiación que diseñaban su padre y sus hermanos. Hoy en día, el Safra National Bank of New York gestiona unos activos de clientes superiores a 28.000 millones de euros. La familia puso también en marcha el Republic National Bank of New York, que con los años acabaría en manos del británico HSBC. Nuestro protagonista también era propietario del banco suizo J. Safra Sarasin, adquirido en el 2012. Estos fueron los pilares que permitieron a Safra convertirse en el banquero más rico del mundo y en una de las principales fortunas de Brasil. El negocio bancario era su actividad troncal, pero sus intereses iban mucho más allá, ya que mediante Safra Group invertía en otros ámbitos, especialmente el inmobiliario. En este sentido, en 2014 adquirió uno de los edificios más emblemáticos de Londres, el Gherkin, el Pepino, que fue construido por la reaseguradora suiza Swiss Re con diseño de Norman Foster (2004). El precio pagado en la transacción fue de 1000 millones de dólares. Más tarde intentó edificar un rascacielos muy estrambótico llamado Tulipa por su forma singular, pero las autoridades londinenses frenaron la operación por razones estéticas. En el terreno industrial, desde 2011 era accionista de referencia de la compañía papelera Eco Brasil Florestas.

En cuanto a la política, en el 2003, y en el seno de la cumbre de los 33 empresarios más ricos de Latinoamérica, pudo verse a Safra apoyando al nuevo presidente brasileño Luiz Inácio Lula Da Silva, al que consideraba un reformador no radical y pragmático. En otro contexto, en 2015, Safra fue uno de los empresarios que recibieron a Juan Carlos I en República Dominicana, junto con los magnates Pepe Fanjul, Carlos Slim, Gustavo Cisneros y Julio Mario Santo Domingo en el marco de una encuentro de empresarios de la zona.

Aunque la mayor parte de sus negocios operaban en el continente americano, durante cierto tiempo tuvo bastantes intereses en la Península, porque fue uno de los accionistas relevantes de la cadena Telepizza, hasta que la crisis que ha vivido la empresa de comida rápida ha provocado el muy probable traspaso de la propiedad a los fondos acreedores. Dentro del sector de la alimentación, Safra Group es propietario de la firma Chiquita Brands, principal distribuidora de plátanos en Estados Unidos y heredera de la legendaria United Fruit Company (cuya empresa a raíz nació el apelativo) república bananera referido a ciertos estados de habla castellana).

Como hemos dicho antes, Joseph Safra murió durante la pandemia, en el 2020, en un momento en que su fortuna ascendía a 23.200 millones de dólares.

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