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Un espacio para imaginar futuros más sostenibles

El Museo de la Vida Rural de la Espluga de Francolí (Conca de Barberà) cambia de nombre y de identidad gráfica. Ahora es el Museo Tierra. Cultura Rural Sostenible. La nueva etapa viene acompañada de la inauguración en Barcelona de una nueva sala de exposiciones, en la nueva sede de la Fundación Carulla.

Redacció
3 min
El Museo de la Vida Rural de Espluga de Francolí ha cambiado de nombre y de identidad gráfica para rebautizarse como Museo Tierra.

Explica la escritora y bióloga Katia Hueso que el contacto permanente con el medio natural hace fortalecer el vínculo emocional, psíquico y físico con la naturaleza. Es en estos momentos de introspección que la criatura refuerza el sentimiento de pertenencia con la Tierra, lo que contribuye a descubrirla, conocerla y respetarla. Sin embargo, desgraciadamente, los estudios confirman que los niños pasan un tercio del tiempo en espacios cerrados, como señala la psicóloga, pedagoga y activista Heike Freire, referente internacional de la llamada pedagogía verde, que promueve el desarrollo holístico de las personas desde los valores y el amor a nuestro planeta.

De hecho, si en nuestro país existe un equipamiento que afronta con determinación la desconexión demográfica que nuestra sociedad tiene con la tierra y la naturaleza es el Museo de la Vida Rural de la Espluga de Francolí (Conca de Barberà), que precisamente ha cambiado de nombre y de identidad gráfica para rebautizarse como Museu Terra. Cultura Rural Sostenible. Este espacio de la Fundación Carulla hace énfasis en la educación cultural por la sostenibilidad desde la cultura y las artes, partiendo de la sabiduría ancestral que aporta el mundo rural a la hora de imaginar futuros más ecológicos.

El Museu Terra es un espacio de la Fundación Carulla que hace énfasis en la educación cultural por la sostenibilidad desde la cultura y las artes, partiendo de la sabiduría ancestral que aporta el mundo rural a la hora de imaginar futuros más ecológicos.

El espacio te traslada a la vida cotidiana de principios del siglo XX, con una colección etnológica de más de 5.000 piezas, objetos y fotografías que muestran las rutinas del campo y la cotidianidad doméstica de nuestros abuelos y bisabuelos. Que niños y familias descubran este conocimiento a través de exposiciones, actividades educativas y talleres, les proporciona recursos para repensar dinámicas y trabajar por un planeta más habitable. En este contexto, por ejemplo, adoptan más sentido que nunca las 5 R de la economía circular. Y es que nuestros antepasados ​​más cercanos ya reparaban, reciclaban, reducían, reutilizaban o recuperaban todo lo que podían. ¿De qué modo puede inspirarnos su estilo de vida en tiempos de emergencia climática? Gracias a este espíritu, el Museo Tierra se ha convertido en un centro cultural, participativo y dinámico que recibe anualmente alrededor de 20.000 visitantes.

"Los datos demuestran que la desconexión demográfica que como sociedad tenemos con la tierra es total. Por eso, desde el museo queremos abrir un camino de diálogo y reflexión acercando el conocimiento y la sabiduría del mundo rural, especialmente en el entorno urbano, y ponerla al servicio del debate colectivo de la sostenibilidad y las formas de seguir haciendo habitable el planeta", afirma la directora de la Fundación Carulla, Marta Esteve.

La Sala Barcelona, ​​un respiro de naturaleza en la capital

La nueva etapa del Museu Terra, además del cambio de nombre, ha venido acompañada de la inauguración en Barcelona de una nueva sala de exposiciones, dentro de la nueva sede de la Fundació Carulla. El espacio, situado en el barrio del Poblenou, quiere atraer principalmente a público escolar de entornos urbanos, con un programa de exposiciones y actividades que se pondrá en marcha el próximo curso (2024-2025) y que quiere convertirse en un oasis para la contemplación, reflexión y acción en medio del bullicio urbano.

Por el momento, ya se puede visitar la muestra inaugural de producción propiaPies en el suelo,creada por el equipo del museo y con textos de Julià Guillamon, con la que el Museo se presenta en Barcelona.

Por otra parte, en la nueva sede de la Fundación Carulla se desarrollarán y harán crecer las demás líneas de actividad de la entidad, como los premios y programas de impulso, además de ser la sede de la Editorial Barcino. El nuevo espacio quiere aglutinar a la comunidad creativa y emergente que trabaja con la cultura como motor de transformación social.

La exposición "Pies a terra", situada en la nueva sede de la Fundación Carulla, en el barrio del Poblenou de Barcelona.

Fundació Carulla, 50 años impulsando conexiones creativas

Desde hace casi cincuenta años, la Fundació Carulla trabaja para fortalecer la lengua y la cultura catalana como espacios comunes y de cohesión social, impulsando y liderando iniciativas innovadoras, construyendo comunidades creativas y fomentando los derechos culturales.

Además de gestionar el Museo Tierra de la Espluga de Francolí y la Editorial Barcino, cada año convoca diferentes premios y becas de impulso cultural y educativo y ofrece talleres y jornadas de reflexión y debate en torno al poder de la cultura como motor de transformación social a través del programa Mutare.

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