SALUD

Frente contra Obstetricia de Arnau por no respetar el protocolo de Salud

Los sindicatos denuncian que el hospital no contempla mejoras en una unidad que tiene más de 35 años

Fotografía cedida al ARA del área de dilatación del Hospital Arnau de Vilanova, donde las usuarias no tienen espacio privado, ni aseo propio ni luz natural.
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LleidaOcho cubículos de unos seis metros cuadrados, separados por un tabique prefabricado y casi todos cerrados por cortinas, con aseo compartido y sin luz natural. Es la situación en la que se encuentran las mujeres embarazadas en el área de dilatación delHospital Arnau de Vilanova de Lleida. La unidad tiene unos 35 años de antigüedad y atiende a 2.100 nacimientos anuales (la cuarta cifra más alta de los centros públicos catalanes, solo por detrás de San Juan de Dios, el Clínic y el Vall d'Hebron).

Este espacio está situado en la planta cuarta del centro, donde se encuentra también el área de posparto en la que las madres (algunas convalecientes de intervenciones quirúrgicas) se recuperan en una sala de media docena de camas separadas por biombos que no llegan a la altura de una persona. Las usuarias se ven obligadas a desplazarse hasta en tres ocasiones durante todo el proceso de dar luz.

Las condiciones que presenta el Departamento de Obstetricia de Arnau vulneran elProtocolo de Atención y Acompañamiento al Nacimiento que el departamento de Saludactualizó en 2020 en base a recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud. "Hay que garantizar que la dilatación se hará en un espacio íntimo, no compartido", dice el documento. “La habitación debe considerarse como un espacio personal y privado y adaptar el ambiente a sus necesidades”, añade. "Para la atención al parto normal, se debe disponer de una sala de dilatación y parto en un único espacio", indica el protocolo del Gobierno.

Este hecho, ante la ausencia de un plan de actuación a corto plazo, ha levantado la indignación tanto de usuarias como del personal trabajador, sobre todo de las comadronas. Los sindicatos mayoritarios en la junta de personal (CCOO, CATAC y CSIF) aseguran que, a pesar de las repetidas promesas verbales, no existe ningún proyecto de ejecución previsto, al menos hasta el año 2028 (fecha hasta dónde llegan las partidas anunciadas ). Fuentes sindicales asumen que ha diseñado un proyecto para construir salas individuales donde las pacientes puedan realizar con intimidad y silencio todo el proceso (dilatación, parto y recuperación) sin traslados y con la misma matrona. "Pero todavía no hay asignación presupuestaria", lamentan.

"Las únicas obras que se han hecho en las últimas cuatro décadas han sido parches para acallarnos", denuncia una de las matronas consultadas por este diario y que han querido mantener el anonimato. Advierten que hacer declaraciones a los medios sin autorización del hospital puede acarrear una sanción disciplinaria. Incluso el Colegio de Enfermeras ha prohibido a su vocal de Lleida hablar con ese medio. La única que ha tenido permiso es Pilar Asin, vocal de Lleida delAsociación de Comadronas, limitándose a decir que la prioridad de la entidad no son las instalaciones de Arnau. "Todo se puede mejorar, pero no puedo criticarlo", confiesa Asin. Por su parte, la dirección de Arnau ha rechazado hacer valoración alguna sobre la situación del área de obstetricia y tampoco ha querido avanzar nada sobre sus planes de actuación.

"Aunque hace años que lo estamos reclamando, los espacios no están acondicionados", denuncia Concha Labadia, delegada del CSIF. "Somos el hospital de referencia de la provincia y el área está obsoleta", lamenta su compañera de CATAC, Mari Engràcia Rodríguez. Otras voces sindicales acusan la falta de perspectiva de género en las inversiones ejecutadas en Arnau durante las últimas décadas: “Nunca ha habido una asignación sustancial a unidades puramente femeninas como ginecología y obstetricia”. "El Instituto Catalán de la Salud se declara empresa feminista, pero en la práctica no lo es", dice la delegada de CCOO, Ampar Loren.

“¿Por qué las mujeres de Lleida no tenemos un espacio físico digno? ¿Es debido a tener una población eminentemente rural? ¿Es que las mujeres de Lleida no pueden disfrutar de instalaciones individuales?”, se pregunta una matrona. Los hospitales de Valls y de Igualada figuran como las alternativas recurrentes para evitar Arnau. A todo ello se añade el déficit de matronas que sufre el hospital, que afronta ahora mismo siete bajas laborales simultáneas.

Gritos y malos olores en un mismo espacio

“La situación de Arnau es tercermundista”, lamenta Isabel Escuer, una madre de Lleida que coordinó durante años Semillas de Nacimiento, un subgrupo deEntonces de Vincle, entidad con más de 200 familias asociadas que reivindica la crianza respetuosa. Junto a su ex compañera Vanesa Sellart reclaman que el silencio, la intimidad y el movimiento libre son capitales para las embarazadas para liberar oxitocina y permitir un parto en condiciones. “No puede que escuches gritos, malos olores, advertencias de los médicos e, incluso, malas experiencias de otros en un momento tan delicado”, reclaman las activistas. La presidenta Rosa Prats se pregunta: "¿Cuántos años más nos tocará aceptar esta situación?"

“Hacemos un gran esfuerzo para paliar las carencias del hospital –dicen las comadronas–, pero exigimos un espacio que garantice dignidad, confidencialidad e intimidad a las mujeres, para que el parto se pueda desarrollar de la forma más normal posible”.

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