La gran sequía

El futuro de las zonas azules: ¿qué hacemos con riegos, fuentes ornamentales y estanques secos?

Mantener los espacios públicos con agua en un horizonte de sequía persistente requiere inversión y bombear del freático

La fuente ornamental de la Placa Catalunya de Gerona está seca desde hace meses.
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GeronaCon las lluvias de las últimas semanas, el gran estanque artificial del Parque del Migdia de Girona, que llevaba meses seco debido a la situación de emergencia por sequía, acoge estos días una fina lámina de agua, suficiente para que las ranas vuelvan a colonizar este espacio y hagan sentir de nuevo a los vecinos de la zona su habitual concierto nocturno de raucs. Si no se repiten las lluvias, el estanque, de unos 5.500 metros cuadrados de superficie y que tiene una función ornamental y da carácter al parque, además de ser refugio de anfibios y aves, volverá a quedar seco, ya que habitualmente se alimenta de la red pública de agua potable. La emergencia climática hace pensar que tanto este estanque como muchas acequias y fuentes ornamentales tienen mala pieza en el telar. De momento, los ayuntamientos no se proponen eliminarlas y, como en Girona, estudian fórmulas para tratar de alimentarlas de aguas freáticas o instalar circuitos cerrados, aunque se trata de intervenciones que suponen grandes inversiones.

Este estanque del Parque del Migdia, como la fuente ornamental del Parque Central (detrás de la Estación Joven), la de la plaza Catalunya o muchas acequias de la ciudad, entre ellas el de la Devesa, forman parte de las llamadas "zonas azules”. Todas presentan desde hace meses una imagen del todo ilustrativa de la sequía extrema que sufre la ciudad y el resto de Cataluña. Esta situación se hace evidente también en las zonas verdes, hoy de color amarillento por falta de reg. Albert Falgueras, vecino del Parque del Mediodía, asegura que el estanque "daba vida y alegría", pero que vaciado por los efectos de la sequía "también contribuye a concienciar sobre el cambio climático". Sobre el futuro, cree que sí 'debe pasar gran parte del año vacío quizás sería mejor taparlo.

La ciudad de Girona, actualmente en fase de emergencia, aplicó restricciones propias de la actual situación crítica en enero, cuando todavía estaba en fase de preemergencia El alcalde, Lluc Salellas, argumentó entonces la decisión por "responsabilidad" ante una situación que se preveía que se agravaría, tal y como ha ocurrido.

El estanque del Parque del Migdia de Girona se ha llenado unos centímetros con agua de lluvia y las ranas han vuelto.

Refugios de fauna

Las medidas decretadas en la fase de emergencia prohíben mantener activas las fuentes ornamentales y llenar estanques artificiales salvo en los casos en que constituyan un refugio vital para la fauna o se alimenten de agua regenerada o procedente del freático. No es el caso de la mayoría de fuentes ornamentales y estanques artificiales de la ciudad, que "se mantendrán secos hasta que acabe la sequía", admite el concejal de Acción Climática del Ayuntamiento de Girona, Sergi Cot. El concejal asegura que en cuanto se puedan levantar las restricciones, la puesta en funcionamiento de estos elementos urbanos será una prioridad para el Ayuntamiento, ya que, según afirma, contribuyen al bienestar de los ciudadanos, por su función de reducción de la temperatura en verano, entre otros, y porque fomentan la biodiversidad de la fauna y flora.

"Nuestro objetivo es la renaturalización de la ciudad, es decir, reducir las zonas grises y potenciar las zonas verdes y azules", asegura el concejal. Cot explica que éste es uno de los objetivos incluidos en el proyecto GiroNat, que pretende la transformación urbana para hacer una ciudad más verde, resiliente y saludable, potenciando la infraestructura ecológica y la biodiversidad con las llamadas "soluciones basadas en la naturaleza", que incluyen huertos urbanos, espacios verdes, arbolado, estanques artificiales, entre otros. Pero, ¿cómo avanzar en este campo con el horizonte del cambio climático?

El freático, solución parcial de futuro

Ante la amenaza de los previsibles episodios recurrentes de sequía, el Ayuntamiento se plantea que las nuevas zonas verdes y azules se abastezcan y mantengan con agua regenerada procedente del freático y no con la red de agua potable. Esto permitiría que en épocas de sequía no tengan que cerrarse las fuentes ornamentales ni mantenerse secos los estanques y las acequias. Sin embargo, esta solución no se prevé para las fuentes ornamentales o los estanques artificiales que ya existen actualmente en la ciudad, ya que podría suponer una inversión muy elevada.

Una de las ciudades que decidieron apostar por el uso de las aguas freáticas de origen pluvial para zonas azules es Santa Coloma de Gramenet, donde en mayo del año pasado las tres fuentes ornamentales de la ciudad se van poner en funcionamiento después de estar meses cerradas. Sin embargo, el Ayuntamiento tuvo que volver a cerrarlas posteriormente, ya que los recursos hídricos freáticos sólo daban para la limpieza del espacio público y para mantener la supervivencia del arbolado. Santa Coloma de Gramenet, que se abastece de los embalses del sistema Ter-Llobregat, es uno de los 220 municipios de Catalunya en situación de excepcionalidad por sequía. Sin embargo, pudo reabrir sus fuentes ornamentales con la utilización de agua freática. También se realizaron pruebas de los sistemas de depuración e hidráulico con resultados positivos, lo que permite llenar las fuentes una vez a la semana con aguas de origen freático, que son aguas subterráneas de origen pluvial, que una vez desinfectadas pueden servir para el riego de jardines y parques y para la limpieza viaria.

La acequia de la Devesa de Girona, en la zona del Camp de Marte.

La acequia de la Devesa, vacío

La sequía también ha vaciado la acequia de la Devesa, el pulmón verde de la ciudad y el mayor parque urbano de Cataluña. La acequia se alimenta de agua del río Ter a través de una derivación de la acequia Monar, que ahora está cerrada. El geógrafo y paisajista Narcís Sastre explica que, aparte de su función ornamental, esta acequia es también un refugio de peces y patos que anidan y crían. Además, aporta humedad al arbolado y al resto de vegetación de la Devesa más próxima a la acequia. Sastre sostiene que el hecho de que la acequia haya quedado seca temporalmente no significa que se pierda la biodiversidad, aunque es una perturbación de carácter temporal. "De la misma manera que en el lago del Parque del Migdia han vuelto las ranas tan pronto como se ha acumulado agua, la acequia de la Devesa y otros espacios de agua hoy secos volverán a recuperar las especies que anidan. y viven cuando se acaben las restricciones derivadas de la sequía", dice Sastre.

Los árboles no se pondrán en riesgo

Los árboles de la ciudad, no sólo los centenarios plátanos de la Devesa, son un patrimonio que el Ayuntamiento no quiere poner en riesgo por culpa de la sequía. El concejal de Acción Climática afirma que el Ayuntamiento ha mostrado su preocupación por las restricciones del riego del arbolado en verano si se mantiene la fase de emergencia por sequía. "Asumimos que hay sequía extrema y que es necesario tomar medidas, pero creemos que sería un error condenar la infraestructura verde de la ciudad", indica Sergi Cot.

Fuentes esenciales abiertas

Pese al cierre generalizado de fuentes de agua potable, el Ayuntamiento de Girona ha decidido mantener abiertas 26 fuentes repartidas por el término municipal al considerar que son esenciales para la población vulnerable. Estas fuentes, por mucho que la sequía se prolongara, garantizarán el agua de boca a las personas que las utilizan habitualmente, entre ellas personas sin techo.

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