"El caso de Maplin nos recuerda la necesidad de adaptar los negocios a las nuevas dinámicas del mercado, así como la importancia de tener las finanzas saneadas para cuando vienen malos tiempos –apunta Josep Maria Espinet, profesor de la UdG–. Las empresas han de saber modificar sus planes de negocio siguiendo a los consumidores", dice.
El gran apagón de la histórica Maplin
La empresa de electrónica del Reino Unido cerraba en 2017 sus más de 200 tiendas
Sittingbourne es un municipio de unos 40.000 habitantes, en el sudeste del Reino Unido. En medio del casco urbano hay un gran parque central y el hospital. Algo más allá, la estación de ferrocarril que conecta la ciudad con Londres, a 72 kilómetros de distancia. Pero ésteEpic failcomienza en el Sittingbourne Retail Park, el centro comercial que está cerca de la estación y donde muchos de sus habitantes escapan a cenar los fines de semana. Hay un McDonald's y un KFC. También se acercan cuando deben comprar muebles, juguetes para sus mascotas o accesorios para el coche. El Sittingbourne Retail Park es pequeño, pero hay algo de todo. El 14 de febrero de 2017, el diario regionalKent Onlinepublicó una noticia que les hizo contentos: los supermercados M&S Foodhall y la cadena de electrónica Maplin estaban a punto de abrir tienda. Las inauguraciones debían suponer un revulsivo económico para el complejo, pero también para el municipio, con la contratación de un centenar de personas. Ahora bien, a la hora de la verdad sólo M&S Foodhall logró sobrevivir. La vida de Maplin sufrió un giro inesperado.
Tan sólo medio año y pico después de abrir en Sittingbourne Retail Park, la cadena de electrónica –una de las más conocidas del país– llenó los escaparates del establecimiento con pósters que anunciaban fuertes descuentos "por cierre" . No fue la única tienda Maplin del Reino Unido y de Irlanda donde aparecieron estos carteles. Contra todo pronóstico, la compañía se había declarado insolvente. En junio cerraba la última de las 200 tiendas Maplin y se despedían a los últimos trabajadores de los 2.300 que había llegado a tener la cadena, según la BBC. ¿Pero qué ocurrió para que Maplin tuviera ese final?
"Arrastraban muchos problemas financieros", avanza Josep Maria Espinet, profesor del área de comercialización de la Universidad de Girona (UdG). Para entender de dónde surgieron, seguimos su historia. Maplin nació en 1972 de la mano de dos aficionados a la tecnología que tenían problemas para conseguir componentes electrónicos. Desde su habitación vendían los componentes por correo postal a otros aficionados. El negocio fue escalando y terminaron abriendo una tienda física. En 1982 ya facturaban unos 3 millones de libras esterlinas anuales. "El auge de la informática y de la electrónica doméstica de la década de 1980 les jugó a favor", apunta el experto. En 1994, con el negocio ya plenamente consolidado, los fundadores vendieron a Maplin al fondo de inversión Cannon Street, aunque siguieron ocupando la dirección del negocio. Abrieron más tiendas en el país y dieron el salto al extranjero abriendo una empresa subsidiaria en Hong Kong. Sin embargo, estos movimientos generaron una deuda de 40 millones de libras, que fue creciendo año tras año. La situación se agravó con el estallido de Amazon y del Brexit. "Hemos trabajado fuerte para mitigar la devaluación de la libra y la bajada del consumo a raíz del Brexit", explicó Graham Harris, director ejecutivo de Maplin en un comunicado. Finalmente, no salió adelante.