Querida Esther, antes que nada quiero decirte que, aunque nuestra escuela sea pequeña, por dentro en realidad es muy grande; las personas la hacen grande. Es una escuela rural, de pueblo, y por eso somos tan pocos niños y niñas. Me gusta porque está junto a una iglesia muy bonita y porque tiene un patio pequeño pero muy divertido.
El jardín que tenemos afuera de la escuela, con el estanque lleno de peces pequeños, la hace todavía más bonita, y la guardería, llena de niños y niñas cada tarde, lo llena de vida. Me encanta tener una cama elástica en el patio y saltar hasta sudar. Ah, y la buhardilla, donde tenemos la biblioteca con un sofá: es un lugar donde puedo leer y compartir momentos con mis amigos. Pienso que lo que me gusta menos del patio es la casita, porque no hay mucho espacio adentro. ¿Qué te parece, la podríamos hacer más grande? También me gustaría hacer la escuela más grande y que visualmente sea más interesante para los niños y niñas, con más pinturas en las paredes y el patio.
Lo que me da pena cada año es que los niños y niñas de sexto se vayan de la escuela, eso de no verlos cada día me cuesta. Y una cosa que no me había pasado fue la tristeza de tener la escuela cerrada; porque si en un primer momento pensaba que en casa estaría bien, cuando pasaron los días de confinamiento aquello se hizo interminable. Espero que no vuelva a pasar nunca más.
Un abrazo,
Gael Ruzafa Knight. Escola Sant Esteve. Valls de Torroella