Hepworth, Moore, Noguchi y Chillida, grandes escultores del siglo XX, reunidos en 'Art en pedra'

A través de más de ochenta obras de figuras icónicas como Barbara Hepworth, Henry Moore, Isamu Noguchi, Eduardo Chillida y Jorge Oteiza, y otros nombres actuales como Anish Kapoor y Cristina Iglesias, la exposición Arte en piedra –que puede visitarse hasta el 2 de febrero en la sala de exposiciones de La Pedrera– ofrece una mirada a la naturaleza de la estructura del edificio, que la potencia y la utiliza para dialogar con las obras expuestas. Ésta es la primera vez que se han retirado las cortinas de la exposición con el objetivo de conseguir este diálogo entre el edificio arquitectónico y las obras de los artistas.

La piedra es material y símbolo, escultura y arquitectura, tradición y experimentación. Por eso, la nueva exposición temporal de la Fundación Catalunya La Pedrera es un viaje a través de estas dimensiones múltiples, un diálogo entre el arte moderno y contemporáneo, el espacio arquitectónico de Gaudí y las conexiones entre los grandes maestros del siglo XX y las generaciones posteriores.

El papel capital de la piedra en la evolución de la escultura moderna

Desde el primer tercio del siglo XX, la piedra fue redescubierta por los escultores modernos como un medio para experimentar con nuevas formas, pero también como una manera de acercarse al proceso creativo con una actitud renovada. La talla directa, defendida por Constantin Brâncuși como "el verdadero camino para llegar a la escultura", se convirtió en un acto de revalorización del oficio. Los artistas modernos abandonaban los modelos de yeso o arcilla y asumían el desafío físico y conceptual de trabajar directamente sobre el bloque de piedra.

Esta nueva aproximación cambió la percepción del objeto escultórico. El vacío, por ejemplo, dejó de ser una ausencia por convertirse en un elemento fundamental de la composición volumétrica. Esta sensibilidad se refleja en las obras de Barbara Hepworth, pionera en concebir la escultura como una fusión de espacio, volumen y paisaje. En la exposición, su obra dialoga con la piedra de La Pedrera, subrayando las formas orgánicas y fluidas que comparten la arquitectura de Gaudí y la escultura modernista.

La Pedrera como escultura viva de la exposición

Arte en piedra está comisariada por la historiadora y curadora británica Penelope Curtis -exdirectora de la Tate Britain de Londres y del Museo Calouste Gulbenkian de Lisboa-. Curtis destaca la singularidad de La Pedrera como escenario ideal para la exposición. Las columnas onduladas y los muros de piedra del edificio no sólo actúan como fondo sino también como interlocutores con las obras expuestas. Esta simbiosis se ejemplifica en piezas como Totem (1960-1962), de Hepworth, una obra que puede remitir a un menhir oa una escultura y donde existe una conexión entre la obra y el espacio arquitectónico del edificio —en este caso, recuerda la forma de la columna de Gaudí, donde se leen las palabras perdona, olvida y todo—. O bien en la obra Becoming, de Isamu Noguchi, una escultura que parece surgida directamente del corazón de la piedra y que amplifica la relación entre material y espacio. La forma de trabajar de Noguchi remite a las ondulaciones gaudinianas de La Pedrera.

'Arte en piedra', un viaje a través de cinco bloques temáticos

La exposición se organiza en cinco ámbitos temáticos -Paisaje y figura; En busca de formas; Torso y troncos; Juegos, y Nuevas perspectivas— que trazan las afinidades y contrastes entre artistas y obras. Desde las formas blandas y orgánicas de Henry Moore hasta las estructuras geométricas y monumentales de Eduardo Chillida, la muestra refleja cómo los artistas han transformado la piedra en un lenguaje universal.

Una de las piezas destacadas de la exposición es Mesa lunar, de Isamu Noguchi, que combina la sensibilidad japonesa con la monumentalidad occidental. Su forma horizontal evoca tanto un altar como una vista aérea de la explosión de las bombas atómicas de Hiroshima y Nagasaki. Por otra parte, obras como Vía Láctea, de Jorge Oteiza, integran elementos de misticismo y ciencia, con líneas grabadas que recuerdan unas constelaciones, mientras que Concreción, una obra temprana de Chillida, remite a formas marinas o animales –como una tortuga o un pájaro marino–, pero también a la idea del objeto en estado puro.

La muestra también explora cómo los artistas posteriores han abordado la piedra desde una perspectiva más conceptual. Luciano Fabro, por ejemplo, subvierte la tradición clásica con obras como Nido, donde dos fragmentos de columnas clásicas se entrelazan con huevos simbolizando la tensión entre naturaleza y civilización. Anish Kapoor, con un bloque de alabastro marcado por agujeros profundos, juega con la materialidad y trascendencia, mientras que Cristina Iglesias utiliza el alabastro para crear superficies que parecen flotar y evocan la eternidad y la fragilidad. Entre estos nombres también destaca Xavier Corberó, el escultor catalán reconocido internacionalmente, pero a menudo olvidado en casa. Su obra, representada en la exposición y en instituciones como el Palau de la Música, reafirma la capacidad de la piedra para trascender los límites entre arte y arquitectura.

La exposición expandida, más allá de La Pedrera

Una vez más, la Fundació Catalunya La Pedrera ha organizado una serie de propuestas culturales que expanden la exposición más allá de La Pedrera, para ofrecer nuevas miradas estableciendo diálogos con otras disciplinas artísticas. Artistas como Neus Ballús, Raquel García-Tomás, Sonia Gómez, Júlia Colom y Mahan Esfahani aportan perspectivas nuevas a través del cine, la música y la performance, estableciendo diálogos entre el pasado y el presente, la piedra y el movimiento, el sonido y el silencio.

Este enfoque interdisciplinario enriquece la comprensión de la piedra como material, pero también como idea. Arte en piedra es mucho más que una exposición de escultura: es un diálogo expandido entre artistas, materiales, arquitecturas y disciplinas que nos invita a repensar nuestra relación con el mundo material y las fuerzas que le han moldeado a lo largo del tiempo. La piedra, en todas sus formas y significados, emerge como símbolo de permanencia y transformación, un testimonio del paso del tiempo y una fuente inagotable de inspiración artística.

Así pues, la Fundación Catalunya La Pedrera trabaja en una línea de proyectos audiovisuales de producción propia ligados a las exposiciones. Estos documentales son un testimonio enriquecedor en el que el arte, la creación, la reflexión y el diálogo con la arquitectura de La Pedrera se unen con el objetivo de ampliar la experiencia expositiva, alargarla en el tiempo, profundizar en el conocimiento del artista y su obra, y conectarse con un público más amplio.

La Fundación, comprometida con la promoción del arte y la cultura

La Fundació Catalunya La Pedrera está comprometida con la promoción del arte y la cultura a largo plazo, mediante una programación de experiencias expositivas de primer nivel. Casi 170.000 personas visitaron las exposiciones de Jaume Plensa, Antonio López y Miquel Barceló, que tuvieron lugar en los años 2023 y 2024. De cara a los próximos años, Sean Scully y Cristina Iglesias irán transformando la sala de exposiciones de La Pedrera hasta enero del año 2026.

La exposición de Sean Scully —que se podrá visitar del 14 de marzo al 6 de julio de 2025— mostrará cerca de sesenta. de obras y ofrecerá una visión retrospectiva de la obra del artista estadounidense de origen dublinés, desde las primeras piezas de la década de 1960 hasta la fecha. Por otra parte, en la exposición de Cristina Iglesias -que estará abierta al público del 3 de octubre de 2025 al 25 de enero de 2026- se mostrarán algunas de sus instalaciones a gran escala, como por ejemploHabitaciones y Pasajes, así como una selección de obras bidimensionales.