¿Por qué los 'influencers' van con calzoncillos por la calle?

3 min
El actor Paul Mescal asistió al desfile de Gucci en bóxers.

Ahora justo hace un par de años empezó a despuntar una tendencia que, aunque entonces todavía era incipiente y restringida a un grupo muy reducido, ahora ya se ha convertido en una moda generalizada. Consiste en utilizar calzoncillos bóxers como ropa exterior, los hombres pero también las mujeres, especialmente de la generación Z. Los bóxers son un pantalón corto de algodón o seda, con una goma elástica en la cintura y un cierre frontal de botones que, aunque hasta ahora no estaban pensados ​​para hacerse totalmente visibles, está claro que con esta tendencia han abandonado sin pudor la clandestinidad.

Desde la época medieval hasta el siglo XIX, los hombres llevaban como ropa interior unos calzoncillos largos de lana que, en vez de apertura frontal, tenían una con botones en la parte posterior. El nacimiento de la ropa interior masculina moderna llegó gracias a dos boxeadores de principios del siglo XX, que adoptaron unos calzoncillos cortos más holgados y cómodos que dieron pie al nombre de bóxers. A esto se le añadió la Primera Guerra Mundial, cuando, en verano, a los soldados de infantería se les suministraban calzoncillos cortos que ventilaban más que los que llevaban. En tiempos de paz siguieron utilizándolos, generalizándose en consecuencia su uso entre la población. La clave del éxito residió en gran parte en los dos referentes que la avalaron, el militar y los boxeadores, dos símbolos claros de la masculinidad más normativa, totalmente conectada con la parte del cuerpo que debían proteger.

Especialmente a partir de los años 80, los calzoncillos dejaron de ser una prenda meramente funcional para entrar de lleno en la dimensión simbólica. El hip hop fue fundamental en este cambio de perspectiva, con su moda tan idiosincrática de dejar a la vista la goma de los calzoncillos. Calvin Klein, ya bajo el minimalismo de los 90 ya rebufo del hip hop, cambió la esencia de la ropa interior, pensada bajo un criterio más unisex y haciendo que la goma se convirtiera en un potente espacio pecuniario de alarde de clase en través de la visibilización del logo.

Esta moda resurgió en el 2022 gracias a la marca Miu Miu, con unas colecciones trufadas de pantalones y faldas de cintura baja, desde donde hacía acto de presencia la goma del boxer de hombre. En la de la primavera de 2023 estos calzoncillos ya quedaban totalmente a la vista transparentándose a través de los pantis. El verano de ese mismo año esta moda de Miu Miu se replicó en marcas como Bottega Veneta, Marc Jacobs, Loewe, Skims o Tom Ford, y derramó entre las influencers más destacadas, como Bella Hadid, Kendall y Kylie Jenner, Zendaya, Kristen Stewart o Hailey Bieber, que les lucían tanto de forma informal como en actos más protocolarios, combinados con americanas y stilettos. En la reciente Paris Fashion Week de hombre, los bóxers han poblado tanto las pasarelas como los estilismos de los invitados, como el del actor Paul Mescal, que asistió al desfile de Gucci con bóxers, camisa y mocasines. Esta moda ha tenido tal acogida que en el 2023 la venta de estos calzoncillos se disparó un 20%, catalogándose como uno de los productos del año. Un año más tarde, y en pleno verano de 2024, no hay cadena de ropa que no ofrezca bóxers porque tanto hombres como mujeres les lucimos por la calle.

No es la primera vez en la historia que se hace exterior la ropa interior, pero, ahora mismo, es un juego totalmente normalizado entre una generación Z que busca romper la formalidad y las normas establecidas, aunque sólo sea de forma superficial . Una tendencia que viene condicionada también por la práctica de difuminar las fronteras estéticas entre géneros, unida a la necesidad de tener ropa más cómoda desatada desde la pandemia. Hacer exterior la ropa interior discurre en paralelo al hecho de lucir por la calle la ropa de andar por casa, en un momento en el que, debido a las redes sociales, las fronteras entre lo público y lo privado también han quedado totalmente alteradas.

stats