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Joan Mas Cantí: la memoria del socio número 1 del Círculo de Economía

El empresario, una de las almas páter de la institución, reflexiona sobre el legado del Círculo y la burguesía "huérfana"

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Joan Mas Cantí

Joan Mas Cantí (Barcelona, ​​1929) es, posiblemente, una de las personalidades del mundo empresarial con mayor conocimiento, más anécdotas y más conexiones con los poderes catalanes y españoles. Hoy, con sus casi 95 años, recuerda y cuenta con una nitidez extraordinaria su vida. Mas Cantí es también memoria viva del Círculo de Economía, de Foment del Treball, de las cámaras de comercio, del Barça, del Centre Català, de los Juegos Olímpicos y vestigio de una burguesía hoy cada vez menos presente.

"Siempre digo que tengo un currículum muy lleno, pero tengo un currículo aún más lleno de cosas a las que he dicho que no", explica Mas Cantí al Emprendemos. Sin embargo, su trayectoria –que queda plasmada en el libro Intuición y perseverancia. Joan Mas Cantí y el Círculo de Economía publicado por el Círculo de Economía– le llevó a ser reconocido con la Cruz de Sant Jordi en 1983.

El más sonado y exitoso de los proyectos de quienes como empresario estuvo al frente del Consorcio de Información y Documentación de Cataluña, Calitax, dedicado al control de calidad, fue el Círculo de Economía, del que Mas Cantí es el socio número 1 después de haber sido su primer presidente (1951-1953). Era el verano de 1951, en pleno régimen franquista, cuando dos amigos de unos veinte años que veraneaban juntos en Camprodon, preocupados por la situación política y económica del país, decidieron crear un club social para agrupar a los intelectuales jóvenes y compartir sus preocupaciones. Estos dos amigos eran Joan Mas Cantí y Carles Ferrer-Salat (Barcelona, ​​1931-1998). Mas Cantí y Ferrer-Salat reunieron a varios amigos como ellos, con inquietudes y, como en ese momento sólo estaban permitidos los clubes deportivos, fundaron un club de ajedrez con el nombre Club Comodín. "Debe ser un nombre que sirva para todo", opinaba Mas Cantí.

En 1955, el historiador Jaume Vicens Vives conoció la iniciativa y se acabó definiendo como un mentor para todos aquellos jóvenes que formaban parte del Club Comodín. Desde entonces, el Círculo –que no podría registrarse con ese nombre hasta el 2005– aglomeró personalidades del mundo económico, social, político e intelectuales como los Güell de Sentmenat, los Molinos, los Raventós, los Cuatrecasas, los Sagnier, los Suqué o los Trias de Bes, sólo por nombrar algunos.

Joan Mas Cantí

"De todas las personas que conozco, soy de los menos preparados. Todo el mundo dice que soy economista, pero yo nunca he estudiado económicas. Pero sí he tenido la suerte de tener la máxima confianza de profesores de toda talla, y como tengo l edad que tengo, esto incluye tres generaciones". Entre ellos, Mas Cantí cita a Fabià Estapé, Fuentes Quintana, Joan Sardà –"el economista más importante que hemos tenido en Catalunya"–, Ernest Lluch o Ramon Trias Fargas.

Todos ellos formaron parte, directa o indirectamente, del Círculo de Economía que, en pocos años cogió empuje y creció hasta el punto de marcar la agenda política y empresarial del país. Todos ellos compartían la idea de "consenso" y un fuerte sentimiento europeísta. Como dice Mas Cantí, la "norma" que su generación –y él mismo– practicaba era "colocarse cerca del poder para influir, pero nunca estar dentro".

La orfandad de la burguesía

Mas Cantí sostiene que las palabras que Jaume Vicens pronunció en la conferencia fundacional del Círculo de Economía, en 1958, siguen plenamente vigentes. "Son muy distintos los retos de hace más de sesenta años y los de ahora", explica. "Pero lo que señalaba Vicens al referirse a aquella burguesía —«de sus ambiciones y de su interés, de su comprensión de los otros elementos de la sociedad, de su nueva fe en el país, se pueden y deben "esperar muchas cosas»— podría afirmarse perfectamente ahora. No cabe duda de que la necesidad de esta ambición y esta fe en el país es hoy tan manifiesta como entonces", sostiene Mas Cantí.

Para Mas Cantí, aquella burguesía –de la que a menudo se ha hablado como una especie en peligro de extinción, sobre todo desde la desaparición de Convergència i Unió y el fracaso, después, del PDECat–, no está muriendo, pero "ha quedado huérfana".

"No hay ningún partido político que nos represente, ni a mí ya la mayoría de los que estamos en el Círculo", afirma Mas Cantí, que se aleja de Junts de Puigdemont y del viraje soberanista del antiguo espacio convergente. De hecho, el empresario no tiene pelos en la lengua en este aspecto: "El proceso soberanista no ha aportado nada bueno a Catalunya. Yo soy un demócrata y mi modelo es un Estado federal; siempre he sido federalista y europeísta", detalla Mas Cantí.

"Visceralmente de centro"

"Siempre he dicho que no quería dedicarme a la política y, en cambio, a lo que he dedicado más horas de mi vida ha sido justamente a la política, a la sociedad civil ya la vida social; es lo que me ha movido siempre –reflexiona–. Este libro me ha ayudado a conocerme más, y lo que reconozco más de mí, tal y como me dijo un día Estapé, es que soy visceralmente de centro”, dice taxativo. De hecho, Joan Mas Cantí se define a sí mismo como "catalanista, de centroderecha, nacionalista, soberanista, unionista, progresista, liberal y europeísta".

Según el empresario, ser de centro "implica saber rodearte de los mejores aunque no sean exactamente de tu cuerda", es "saber entenderse con los demás". "Si eres centrado y moderado, tienes una característica imprescindible por la Catalunya actual: puedes ser realista", determina Mas Cantí.

Una de sus recetas para la clase política actual sería la creación de un "Senado consultivo, que no tuviera ningún poder ejecutivo, pero que aglutinara personalidades que han estado en la vida política, universitaria y empresarial, que ya estén jubilados, pero que hayan demostrado, cuando han ocupado sus cargos, que han hecho lo necesario para que el país saliera adelante, no sólo lo que querían los suyos", detalla Mas Cantí.

Una anécdota que explica el directivo –también recogida en las memorias de Fabià Estapé– es que a la hora de realizar el Plan de Estabilización para evitar la caída de la economía española en 1959, se constituyó una comisión de asesores que incluían a Joan Sardà Dexeus, Enrique Fuentes Quintana y al propio Estapé, tres economistas fundamentales en la trayectoria del Círculo de Economía. "En torno a Franco no gustó el nombre de Sardà, y el propio Caudillo preguntó al ministro de Economía del momento «Oiga, ministro, me dicen que este catalán que me propone para este cargo es rojo y separatista». El ministro defendió a Sardà y al final Franco aprobó su nombramiento, lamentándose: «Hay que ver lo difícil que nos lo ponen para elegir a los mejores»", dice, divertido, Mas Cantí. "A eso es a lo que me refiero, y no quiero defender el franquismo ni mucho menos", añade.

Joan Mas Cantí

Sin embargo, el currículo de Mas Cantí también incluye el fracaso de algunas iniciativas centristas, como el Banco de Europa (1959) que no salió adelante después de que Jordi Pujol entrara en prisión; o la del partido político Centre Català (1975), que él mismo presidió, e intentó una alianza con la democristiana Unió y la UCD de Adolfo Suárez. Ésta es una de las más sonadas.

"No tiene nada de contradictorio ser soberanista y unionista. Ser catalanista es desear lo mejor para los catalanes; ser soberanista es querer la máxima soberanía posible sin que reste eficacia; nacionalista porque quiero Catalunya como una nación; unionista porque soy partidario de la Unión Económica Europea, y creo que hoy, Cataluña, si se separara de España, no entraría en la Unión Europea", reflexiona.

El Barça y los JJOO

"He sido el directivo que ha tenido más cargos de toda la historia del Barça en la junta directiva. Fui vocal porque Jordi Pujol me propuso", detalla el empresario. Entró en la junta de Agustí Montal junto a Artur Suqué y, años después, acabó siendo vicepresidente. "Y no llegué a presidente porque no quise", asegura Mas Cantí.

En noviembre de 1974, Mas Cantí era delegado de las peñas azulgranas cuando éstas organizaron, con motivo del 75 aniversario del club, una concentración en el monasterio de Montserrat. La conmemoración histórico-religiosa del Barça fue aprovechada por un centenar de nacionalistas catalanes encabezados por Jordi Pujol para convocar una reunión clandestina en la abadía benedictina. La multitud de aficionados culés les permitiría pasar inadvertidos. Este encuentro ha pasado a la historia como el acto prefundacional de Convergència Democràtica de Catalunya. Entre los asistentes a esta reunión figuraron Agustí Montal, entonces presidente del Barça, y otros muchos de su junta.

Numerosas peñas barcelonistas galardonaron a Mas Cantí por su entrega, pero todos los recuerdos e insignias fueron sustraídos de su domicilio particular años después en un robo, incluyendo la Cruz de Sant Jordi y la Gran Cruz de la Orden del Mérito Civil. Recibió ambas condecoraciones en 1983, al cumplirse los veinticinco años de la fundación del Círculo de Economía. La primera, concedida por la Generalitat presidida por el convergente Jordi Pujol. La segunda, por el gobierno español encabezado por el socialista Felipe González.

Pero la relación de Mas Cantí con el deporte no termina con el Barça. "Yo fui quien hizo que la candidatura de los Juegos Olímpicos de Barcelona saliera adelante", explica con ilusión. Aquí, sin embargo, hay otro de los no del currículo de Mas Cantí, que llegó cuando el entonces alcalde de Barcelona, ​​Pasqual Maragall, así como el secretario general de Deportes de la Generalitat, Josep Lluís Vilaseca, propusieron a Mas Cantí que asumiera el liderazgo de la Oficina Olímpica después de que Armand Carabén renunciara al cargo. "La negativa aguantó hasta que, días después, mi amigo Carles Ferrer-Salat me dijo «Joan, serías un irresponsable, y tú no lo eres, si no aceptaras ese cargo que nadie mejor que tú puede llevar a cabo y que es esencial para que se consiga lo que tanta gente y tú y yo queremos, que es que se celebren los Juegos en Barcelona». Mas Cantí le hizo caso y fue entonces cuando aceptó finalmente ser comisionado de la candidatura olímpica de Barcelona.

Con todo, los capítulos de la vida de Joan Mas Cantí no terminan aquí, y pasan también por el sector de la educación, con el Aula Escuela Europea; en la asociación empresarial (fusión de la Cámara de Comercio con la Cámara de Industria y Navegación) o por el sector financiero, con el Banco de Europa. Pero todos tienen un eje común, que le acompañan desde la ahora lejana edad de los veinticinco: el Círculo de Economía. Mas Cantí acaba con una reflexión: "Un día, hace poco, Pedro Fontana me dijo: «Nunca habríamos imaginado que el Círculo tendría el prestigio que tiene hoy». Y yo repliqué: «Yo lo que no esperaba es que hoy seguiría teniendo su prestigio cuando nació»", concluye.

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