Tendencia editorial

"Julio César no nació con la toga, se lo tuvo que ganar"

La tendencia literaria sobre el Imperio Romano crece con novelas como 'Maldita Roma', de Santiago Posteguillo

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Santiago Posteguillo en el teatro romano de Autun, en Francia

Bibracto (Francia)Nadie sabe exactamente en qué punto tuvo lugar la batalla de Bibracte, uno de los primeros grandes enfrentamientos de la Guerra de las Galias. "Algunos creen que fue en esa fortaleza, otros defienden que estuvo a 20 kilómetros de aquí. No se han encontrado restos arqueológicos que certifiquen el lugar, pero sí sabemos que Julio César fue en esa fortaleza al menos dos veces y que, desde estos bosques, empezó a dictar La Guerra de las Galias a un escribiente", explica el escritor Santiago Posteguillo (Valencia, 1967) desde el centro de los restos romanos de Bibracte, en la falda del monte Beuvray, en Borgoña (Francia). La niebla y el viento gélido –estamos en ocho grados– hacen aún más admirable la hazaña de los cerca de 50.000 legionarios que, con 40 kilos de equipaje a sus espaldas, recorrieron entre 30 y 40 kilómetros al día hasta establecer el campamento en esta población, que en el año 58 aC era la capital de los heduos." Esta tribu era aliada de Roma y cuando los helvecios empezaron a atacarlos, pidieron ayuda a César –relata Posteguillo–. Él no tenía previsto luchar en la Galia, ese ataque le cambió todos los planes".

El escritor sabe que, pese a ser uno de los mejores estrategas militares de la época romana, a Julio César también le saltaban las previsiones por los aires. Tras relatar la niñez y juventud del líder político y militar a Roma soy yo (Rosa de los Vientos / Ediciones B, 2022), Posteguillo sigue con el hito de novelar toda la vida de Julio César y presenta ahora Maldita Roma, la segunda entrega de la saga, con traducción al catalán de Núria Parés y Mireia Alegre. La novela se suma a la tendencia de los últimos meses de publicar libros sobre la época romana. Tiberio César (Proa) de Núria Cadenes, Emperador de Roma (Crítica) de Mary Beard y El triunfo de Julio César (Espada) de Andrea Frediani son otros ejemplos.

¿A qué se debe esta tendencia? Según la arqueóloga Carme Miró, uno de los principales atractivos es que en el Imperio Romano está el origen de nuestra cultura. "Fue la cultura que nos uniformizó en Europa y en el norte de África. La escritura, la lengua, el derecho, el tipo de comercio, incluso los tratamientos médicos y el tipo de vajilla provienen de esa época" , señala Miró. La arqueóloga también considera que influyó el mantenimiento de la paz. "Hay una pax augusta iniciada por el emperador Augusto, pero no creo que esto lo sepa mucha gente. Es importante tener en cuenta, ya que es en el único momento de la historia que conocemos que hubo 200 años de paz", subraya Miró.

En términos literarios y de ficción, la época romana ha dejado un volumen considerable de restos, documentos e imágenes que facilitan el trabajo a los novelistas a la hora de ambientar sus historias, Miró cita a Pompeya y Herculà, pero también a las ciudades que se han conservado en el norte de África y en Turquía que ayudan a hacerse una idea de cómo era vivir entre senadores, legionarios, comerciantes, esposas y esclavos.” Por suerte tenemos Plinio, Séneca y Cicerón, que nos cuentan muchas cosas. Hay tratados y escritos donde buscar datos para construir una novela. También hay mosaicos y pinturas que nos muestran cómo iban vestidos, qué joyas llevaban, qué tipo de calzado utilizaban", dice Miró, en relación a los elementos necesarios para elaborar con precisión una buena novela histórica. Posteguillo comparte la mirada: "Esta época permite hacer una de las recreaciones históricas más interesantes, aparte del interés general de la sociedad por saber de dónde venimos, y venimos de Roma".

Las partes más desconocidas de la vida de Julio César

En Maldita Roma, la experiencia en las disputas de poder y el posterior exilio en la llamada Guerra Social han dotado a Julio César de la capacidad para sospechar prácticamente de todos y la han convertido en un hombre inteligente y calculador. La novela arranca con el viaje de César a Rodas, donde va a encontrar Apolonio Molón para mejorar con su retórica. Pero a medio viaje los piratas le secuestran y él, para salvarse la vida, pide una recompensa descomunal. "La lucha por el mar era un auténtico problema para los romanos, aunque no se ponga mucho énfasis en los libros de historia", dice Posteguillo.

Los restos romanos de Bibracte, en Francia.
El teatro romano de Autun, en Francia.

La historia de César es mundialmente conocida –"todos sabemos cómo acaba, el lector lee conociendo a este espóiler", admite el autor–, pero él se enfrenta con el reto de hacer emerger "las partes más desconocidas". "Popularmente, no es tan conocido que César fue secuestrado por los piratas, o que participó en la guerra en contra de Espartaco y que puede volver a Roma gracias a él, en una de esas carambolas de la historia", señala Posteguillo . Maldita Roma recorre el ascenso político y militar de César después de haber sido desterrado, en una serie de estrategias (algunas sorprendentes e imprevisibles) hasta llegar a convertirse en senador y pontifex maximus.

"No nació con la toga, se lo tuvo que ganar. Su medida estrella fue una reforma agraria que llevaba 130 años intentando hacerse en Roma. Todo el que lo había probado había terminado muerto", relata Posteguillo. César la puso en marcha el 1 de enero del año 59 aC, justo después de ascender a cónsul. "César cumplía las promesas el primer día de ser elegido, igual que los políticos de hoy", ironiza Posteguillo, quien también cita la labor del político para restaurar la Vía Apia y ponerse así al pueblo en el bolsillo. Para ello pidió a menudo dinero a Marco Licinio Craso, que le financió la campaña a cambio de tenerlo como aliado en el Senado. Según Posteguillo, al cambio de hoy, César tendría una deuda de 685 millones de euros.

La oratoria de los senadores romanos

Novelar la vida de Julio César es el proyecto literario más ambicioso de Posteguillo, que anteriormente ya había escrito sagas históricas de figuras como el emperador Trajano y Julia Domna. Sus libros buscan "hacer vivir la historia al lector a través de hechos, protagonistas y una trama real, pero dejando margen para la ficción", explica el autor, que trabaja con una extensa base documental y después da espacio a "decisiones literarias como por ejemplo los flash-backs y proyecciones probables de los diálogos, que nadie registró nunca". De los discursos en el Senado, en cambio, sí hay transcripciones de los propios oradores o bien están recogidos a través de fuentes indirectas. "Y qué bien hablaban los senadores, se nota que su vida política se jugaba sobre la oratoria", subraya Posteguillo. Maldita Roma, por ejemplo, recoge un fragmento íntegro del discurso de Marco Tulio Cicerón contra Luci Sergi Catilina. "No me he atrevido a cambiar ni una palabra a Cicerón, que era brillante", destaca el escritor.

Las novelas buscan atraer al lector actual sin perder del todo las raíces en la época en que transcurren. Por eso, Posteguillo combina el lenguaje sencillo y moderno con terminología latina. "Quiero que el lector pueda entrar con facilidad y, a la vez, que el texto esté salpimentado de elementos cultos sin que suene antiguo", explica. Por el momento, la fórmula le ha funcionado: de Roma soy yo ha vendido más de 450.000 ejemplares entre España y Latinoamérica, y se ha convertido en la novela más comprada del año pasado en España. El vuelo de ese primer lanzamiento le ha dado fuerza para seguir con el proyecto, que es monumental. Si todo va como está previsto, la saga de César tendrá seis novelas que le llevarán 12 años de trabajo: "La magnitud del desafío literario es descomunal. Espero acabar en el 2031, y cuando ponga el punto y final a la última página oirá mi suspiro de alivio desde Barcelona".

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