Laura Xicota: "Algunas veces se gana y otras se aprende"

Formación

“A pesar de nacer en Barcelona, ​​viví durante toda mi infancia en Granollers. Me crié viviendo con mi padre porque mis padres se separaron, y yo creo que se nota mucho que he sido una mujer criada por un hombre. De pequeña era muy exigente con los estudios pero también con el deporte, y me enseñó lo que realmente era el valor del esfuerzo. Desde siempre me dediqué a la gimnasia deportiva y entrenaba muchas horas cada semana. En cuanto a los estudios, solía sacar buenas notas y, a la hora de entrar en la universidad, me decanté por realizar la carrera de Traducción e Interpretación en inglés y alemán, especializada en documentos legales. Estudié en la Universidad de Vic entre los años 2000 y 2004, y después hice prácticas de traducción en las oficinas de la ONU en Viena. Sin embargo, siento que ahora, si volviera atrás, quizá me decantaría más por otros sectores que también me han atraído siempre como la economía o el periodismo”.

Vida personal

“Siento que siempre he tenido esta pasión dentro por crear proyectos propios, ahora concentrados en el mundo empresarial. Me gusta mucho tener retos nuevos constantemente y sé seguro que seguiré emprendiendo en un futuro, aunque me encantan mis dos compañías de ahora y quiero seguir mucho más tiempo con ellas. En este mundo, siempre es necesario tener los ojos abiertos a todo lo que ocurre a tu alrededor”.

“Tengo muy poco tiempo libre, pero lo poco que tengo lo dedico a mi hijo pequeño. Al final, ser madre y empresaria no es fácil, aunque estoy muy agradecida de que cada vez haya más facilidades para la conciliación familiar. Además, también me gusta mucho hacer deporte, supongo que porque desde pequeña he hecho y el cuerpo tiene memoria. Hago yoga, me encanta bailar y los deportes de riesgo, como por ejemplo saltar en paracaídas o hacer puenting. A veces lo hago simplemente para sacar la adrenalina de dentro y después vuelvo renovada”.

Vida profesional

“Cuando terminé la carrera de traducción en 2004 empecé a trabajar con mi padre, que es asesor fiscal. No seguí en el negocio familiar, pero me sirvió para ganar experiencia y aprender a moverme en el entorno laboral. Después me dediqué al mundo del lujo y la moda: en 2006 entré en Manolo Blahnik y en 2009 salté al equipo del hotel Mandarin Oriental. Años más tarde, en 2014, me fui a Madrid a trabajar para Chanel llevando la división de partners e innovación tecnológica. Fue una gran experiencia y allí vi que la gestión de personas y la tecnología deben ser grandes aliadas en las empresas. Pasé por algunas compañías más, como Prada o Loewe, pero al volver a Barcelona decidí emprender creando Luxico Talent, una empresa especializada en captación de talento para los sectores del comercio, hostelería y lujo. En paralelo, en 2020 confundé a Merlin Digital Partner, otro proyecto centrado en talento digital y tecnológico para start-ups y corporaciones”.

Lecciones de vida

“Hago de mentora en algunos proyectos de start-ups y siempre repito la misma frase: algunas veces se gana y otras se aprende. Quizá sea una mentalidad muy norteamericana, pero el aprendizaje es vital en el mundo empresarial. Al final, es importante creer en el poder de reinventarse y en saber pivotar el talento, enfocarlo de nuevo para acabar haciendo lo que nos motiva y que a la vez tenemos facilidad cada uno de nosotros”.

“Ahora estamos en un nuevo paradigma de la gestión del talento, donde ya no es la empresa quien elige al candidato, sino a la inversa. Y es que muchas veces no hace falta mirar currículums, sino ir a tomar un café con esa persona y ver si realmente el otro se quiere vincular con nuestro proyecto”.