Cada casa, un mundo

Media casa con techo y media sin: cuando el patio tiene una superficie idéntica a la de la vivienda

Ca na Pau (Binissalem, Mallorca). Munarq arquitectos

Ca na Pau en Binissalem
Cada casa, un mundo
17/05/2024
3 min

Según dónde se mire Ca na Pau, parece una casa de campo sencilla con el techo a dos aguas, una construcción muy parecida a las de toda la vida en el interior de Mallorca. Según se observe, puede parecer un cercado, un recinto de muros sin techo para reunir el rebaño o incluso para hacer huerto dentro. También dependiendo de dónde se observe ofrece la imagen de una aldea, una reunión de casas y casitas, como un pequeñísimo poblado.

Pero Ca na Pau no es nada de eso. Este proyecto de Munarq, un estudio fundado por los arquitectos Pau Munar y Rafel Munar, ofrece muchas formas de mirarlo, pero una única esencia, la que guía los trabajos del equipo: insertar ideas nuevas en la construcción tradicional de la isla y favorecer la integración de la arquitectura en el paisaje mediterráneo. De hecho, esta casa –porque es una sola casa acompañada de otros dos pequeños volúmenes para garaje, utensilios del campo y las funciones se quiera– sólo aparenta tener el techo a dos aguas. En realidad, hay media casa que tiene techo y la otra media que está destapada, como si hubiera quedado por terminar, pero eso tampoco es real. Los arquitectos de Munarq, dejando sin cubrir lo que debía ser una de las dos aguas de la vivienda, lo que han hecho es crear un patio con la misma superficie (200 m2) que la casa principal, su otra mitad.

Un patio, un refugio

Lo que puede recordar un vallado para el rebaño en realidad es un elemento esencial de la arquitectura mediterránea. El patio, como espacio verde que da frescura a la casa, como lugar para estar a la sombra de los árboles que emergen por encima del nivel de la cubierta, como espacio debajo del porche que se le ha creado. El patio, como refugio del sol, del viento, de la inmensidad a veces estremecedora del campo. Un patio, espacio para el recogimiento, pero en este caso con aberturas estratégicas que generan vistas.

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Un detalle de la ventana

Buena parte del interior de la vivienda mira al patio. A veces se abre de manera muy generosa, como están abiertos el comedor y la cocina, que son parte –sólo una parte– de un espacio unitario que acoge también la zona de estar, abierta hacia la piscina y el campo. Miran al patio dos de los tres dormitorios de este refugio vital, revestido interiormente con una mezcla de suelo y cal que emite quietud.

Y si el patio es un espacio clave de (y para) la vida en Ca na Pau, el otro elemento tanto o más determinante es la manera de construir esta casa. Enraizada en la tradición y como oposición no de la modernidad sino de la globalización, a través de este proyecto los arquitectos de Munarq ponen el énfasis en la experimentación del material “para intentar escapar de las reglas de la industria constructora, que busca estandarizar y hacer desaparecer las técnicas tradicionales”. La casa principal de Ca na Pau y una de las pequeñas –la otra ya estaba y sólo se ha revestido– se han levantado con lo que se dispone en el lugar, con los muros hechos con balastro (tierra mezclada con áridos de tamaños diversos, piedra, cal y un poco de cemento blanco). Con un grosor de 40 centímetros, estos muros perimetrales aportan una materialidad a la casa que le hace ganar calidez pero sobre todo autenticidad.

Cuentan que Ca na Pau está pensada para una familia de campesinos a los que les gusta vivir en el campo y hacer actividad productiva, trabajando a tiempo parcial en el cultivo. Aseguran que se seguirá sembrando trigo.

Ca na Pau
Ca na Pau
Construir a partir del material que hay en el sitio

Ca na Pau es como una aldea que se funde con el paisaje. No es un efecto estético. Si el conjunto de tres volúmenes está tan integrado en la tierra que los acoge es porque los arquitectos de Munarq pensaron la construcción a partir de los materiales de los que disponían en el mismo sitio de la obra. La tierra arcillosa, los áridos, la piedra para la recuperación de una técnica constructiva, el balastro –que ya prácticamente no se utiliza para levantar muros–, pero también la paja recogida en el mismo campo, como aislamiento. Ésta es una casa que sale de la misma tierra.

Ca na Pau
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