Los niños llegan al mar y cumplen el sueño de Benaiges
Un proyecto improvisado en sólo dos meses consigue que 29 niños disfruten de unas vacaciones en el mar
Mont-roig del CampEmpastifados de crema solar, los 29 niños de la Misión Antoni Benaiges han entrado esta mañana en el mar Mediterráneo y han podido disfrutar de la playa de Mont-roig del Camp, 90 años después de que el maestro republicano lo intentara sin éxito. Los niños venían de barrios con alto riesgo de exclusión de Madrid y Granada, y algunos de ellos sí habían visto el mar, pero pocos lo habían disfrutado. Y casi ninguno de ellos había tenido unas vacaciones como de este año. "Hemos hecho la tira de cosas", explicaba Rosa, una niña de 10 años que nunca había viajado tanto.
Los niños de la Misión Antoni Benaiges salieron el martes de Madrid y han conocido diferentes comunidades autónomas, como Aragón, Navarra o La Rioja, y han visitado museos y también fosas comunes, porque al maestro Benaiges no le mató ninguna enfermedad: lo mataron los fascistas en 1936 porque intentaba educar a los niños de forma libre y respetuosa. "Para nosotros es un placer cumplir el sueño del maestro", explicaba Lola Heredia, una niña granadina de sólo 10 años.
La rueda de prensa improvisada ha estado en el camping Torre del Sol de Mont-roig del Camp, donde se alojarán todos los niños hasta el lunes, gracias a la financiación del Ayuntamiento de este municipio del Baix Camp. "Lo más lejos que había estado hasta ahora es Málaga", decía la niña a preguntas de los periodistas, que querían retransmitir e inmortalizar la llegada de los niños a Mont-roig del Camp, donde finalmente se encontrarían con el mar.
En realidad, sin embargo, la playa sólo es un señuelo de los impulsores de este proyecto, y ha funcionado bastante bien: más de 250 personas han hecho donaciones para que pueda salir adelante; los medios de comunicación han cubierto cada detalle del viaje [hoy incluso ha venido Antena 3]; y tú, lector, estás leyendo este reportaje. Pero de fondo está la reflexión profunda y dolorosa: "Es que hay niños de la Cañada Real que no han visto Madrid", explicaba Javier González, portavoz de la Asociación Escuela Benaiges, creada en Bañuelos de Bureba (Burgos), el pueblo donde enseñaba el maestro Benaiges. Y es que 90 años después, en algunos barrios españoles, y por supuesto, catalanes, la pobreza sigue condenando a la infancia de miles de niños y niñas. Y 90 años después, la intolerancia que mató al maestro sigue presente y cada vez con menos vergüenza de mostrarse a cara descubierta.
El viaje de estos niños continúa este domingo, con una jornada para no olvidar en Port Aventura (gracias al acuerdo alcanzado por el Ayuntamiento de Cambrils) y, finalmente, volverán a sus barrios. Tanto la Asociación Escola Benaiges, como las dos entidades que han participado –la Asociación Tabadol de la Cañada Real (Madrid) y la Asociación de Educadores Maria de Borja (del Polígono La Cartuja de Granada)– tienen la intención de repetirlo el próximo año.
La historia de Benaiges, el profesor que dejó su Mont-roig del Camp natal para ir a trabajar en una escuela de un pequeño pueblo de Burgos, cogió notoriedad tras la publicación del libro [Desenterrando el silencio]: Antoni Benaiges, el maestro que prometió el mar, de Francisco Escribano, Sergi Bernal, Queralt Solé y Francisco Ferrándiz en 2013. Más tarde, en 2020, el periodista y escultor burgalés José Antonio Abella publicara, publicó Ese mar que nunca vimos y, en el 2022, Alberto Conejero y Xavier Bobés llevaron su historia al teatro con El mar: Visión de unos niños que nunca lo han visto, y ese mismo año Javier Martínez Sancho y Sergi Bernal hicieron un cómic, La promesa. Finalmente, Filmax la trasladó al cine con El maestro que prometió el mar (2023). Dos profesores de Madrid quedaron golpeados por la película y decidieron intentar reanudar el proyecto. En apenas dos meses y gracias a la colaboración de tantísimas personas e instituciones, el sueño se ha cumplido: los niños han llegado al mar y durante una semana han hecho vacaciones. “Mañana subiré a una montaña rusa, porque soy una campeona”, decía Lola, orgullosa.
Con todo, el destino ha querido jugar una mala pasada y, en tan señalada fecha, ha muerto una de las personas clave de la historia. José Antonio Abella, el autor deEse mar que nunca vimos, y miembro de la Asociación Escola Benaiges, sufría un cáncer terminal y este viernes decidió dejar de luchar. Entre lágrimas, Javier González ha aprovechado la presencia de los medios de comunicación para enviar "un fuerte abrazo" a su familia.