Consultorio laboral

Sueldo con objetivos: la manera sana de entender los bonus

La consultora Alexandra Masó plantea consejos para encarar los sueldos con bonificaciones sin torturarnos

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En los últimos años me he acostumbrado a cobrar el bonus y el año pasado no lo recibí, lo que me ha provocado mucho malestar y complicaciones porque ya contaba con él. ¿Cómo debo afrontar esta parte del sueldo vinculada a objetivos? José (Tarragona)

Tienes toda la razón: nos genera mucho más malestar perder algo que ya hemos tenido que si no lo hemos tenido nunca. De hecho, tú estás sufriendo lo que los economistas Daniel Kahneman y Amos Tversky bautizaron con el nombre de "aversión a la pérdida". Y es que sufrimos más cuando encontramos un billete de 10 euros en la calle y le perdemos que cuando no encontramos ninguno.

De forma lógica, deberíamos esperar la misma sensación en ambas situaciones, pero aquí entra en juego un pequeño detalle que no has tenido en cuenta: nuestra aversión al riesgo. No nos gusta el azar cuando se trata de nuestro trabajo; preferimos tenerlo todo bajo control.

Así, con los años has acabado considerando la bonificación como unos ingresos estables, cuando en realidad es una ganancia insegura. A esta percepción debes sumar que, en el momento en que no has recibido el bonus, tu mente menos racional –que, como explica Kahneman, es la que actúa más rápido– te recuerda la sensación de cuándo lo recibiste y la compara con la sensación actual, lo que genera mucha más frustración que si no recordaras los años anteriores.

En estos casos, debes pasar consciente y dolorosamente al modelo de pensamiento más racional. Digo dolorosamente porque pensar nos cuesta, puesto que consume mucha energía, y pensar bien nos cuesta aún más. Primero, acuérdate siempre que el bonus no es seguro. Los economistas suelen plantear tres escenarios en planificación financiera: el optimista, el realista y el pesimista.

En este caso, quedate con el realista y el pesimista; el optimista ya sabes adónde te ha llevado. Además, evalúa si los objetivos a alcanzar ese año son viables por tu situación del momento; de nuevo, olvídate de lo que has conseguido en los años anteriores y céntrate en el escenario realista y pesimista. Por último, date tiempo y no te castigues; recuerda que siempre hacemos todo lo que podemos en cada momento. ¡Mucho coraje!

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