Glòria Salomó: "Preferimos crecer menos antes que pedir dinero a los bancos"

Cofundadora de Llagurt, cadena gerundense especializada en la venta de yogur helado

Marc Amat
2 min
Glòria Salomó:“Preferimos crecer menos antes que pedir dinero a los bancos”

Empezaron a gestar el proyecto cuando tenían sólo 15 años.

Más o menos. Con mi socia -Íngrid Rahola- nos conocimos en la escuela, cuando tan sólo teníamos cuatro años. Desde entonces el destino hizo que siempre fuéramos juntas a clase. Fuimos creciendo y, en plena adolescencia, ya vimos claro que nuestro sueño era conseguir abrir un negocio propio para trabajar ambas. En 2009 me fui a Chicago para realizar estudios de derivados financieros y una compañera me llevó a una tienda de yogur helado. Quedé fascinada: era un producto que en España todavía no había arraigado y vi un enorme potencial. Llamé a Ingrid, le encantó y nos pusimos a planificarlo todo.

Y en 2010 abrieron su primera tienda. ¿Cómo consiguieron la financiación?

Entonces teníamos 26 años, así que tuvimos que pedir un pequeño crédito al banco, juntar nuestros ahorros y pedir dinero a familiares. Necesitábamos 50.000 euros y los conseguimos. Nuestro objetivo era únicamente abrir una tienda de yogur helado en la Rambla de Girona. Lo hicimos y nos fue tan bien que enseguida pudimos devolver todo el dinero y empezar a reinvertir los beneficios en el negocio. Ya no tenemos ninguna deuda con entidades bancarias. De hecho, preferimos crecer menos antes que pedir dinero a los bancos. Facturamos cerca de dos millones de euros y tenemos 30 puntos de venta en toda Cataluña.

Diecisiete de estos establecimientos son franquicias. ¿Por qué han apostado por ese modelo?

En un principio no lo teníamos planificado, pero después de abrir la primera tienda en Girona y de levantar la persiana del segundo local en Platja d'Aro, mucha gente empezó a conocernos, los gustó la idea y nos empezaron a llegar mensajes de consumidores que querían tener un Llagurt en su pueblo. Vimos la oportunidad y decidimos lanzarnos a ella. Pero estoy convencida de que, si alguien nos analizara, vería que no somos unos franquiciadores de manual: huimos de los contratos duros y de los objetivos fijos que deben cumplirse a final de cada mes a pesar del sacrificio que comporta sacar adelante una tienda de las nuestras .

Después de seis años, sólo han atacado el mercado catalán. ¿Por qué todavía no han mirado hacia fuera?

Por una razón muy sencilla: nuestro objetivo principal es ser felices y, por ahora, la dimensión de Llagurt nos permite serlo. No quiero que el trabajo me haga sacrificar horas que podría dedicar a mi hija. El trabajo nunca debería pasar por encima de la vida personal. Además, nuestros productos son todos de km 0 y caducan en poco tiempo: habría que realizar un esfuerzo logístico muy importante.

En los últimos años ha habido un verdadero boom de tiendas de yogures helados. ¿Cómo les ha afectado?

La verdad es que siempre hemos ido mucho a la nuestra. De vez en cuando echemos un vistazo a la competencia para saber cómo les va, pero no nos miramos: tomamos las decisiones que nos salen de dentro. Hace unos años hubo un estallido de establecimientos como el nuestro y, hace poco, también empezamos a ver cómo cerraban muchísimos. Nuestro objetivo es simplemente conseguir aguantar un año más. Ya llevamos seis y el negocio funciona. Conseguir jubilarnos en Llagurt sería un enorme orgullo.

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