Nuevo curso, nuevos másteres

Las profesiones agrarias del futuro: gestionar una 'smartfarm' a repensar el sistema alimentario

Con la llegada de la agricultura 4.0 y el estallido de la agroecología, el sector primario reclama perfiles formados en ámbitos tecnológicos y sociales que hasta ahora eran ajenos al campo

Cada vez hay mayor interés en estudiar técnicas de agricultura ecológica.
13/09/2025
5 min

Desde hace un año y pico, en el aeropuerto de El Prat ya es posible tomar vuelos sin tener que enseñar ningún documento: basta con situar la cara frente a una cámara. La tecnología biométrica –similar a la que se utiliza para desbloquear el teléfono móvil con el rostro del usuario– está cada vez más presente en los aeropuertos de todo el mundo para agilizar los controles y mejorar la seguridad. Si bien, de momento, a Barcelona sólo le ofrece Vueling en algunas conexiones y bajo petición del pasajero, un estudio de la organización de aerolíneas IATA revela que, en el 2024, el 46% de los viajeros ya utilizaron esta tecnología en algún aeropuerto de todo el mundo. Además, un 73% asegura que prefiere este sistema antes que tener que ir mostrando los pasaportes o tarjetas de embarque al personal. Pero, ¿qué tiene que ver todo esto con las profesiones agrarias del futuro?

La biometría es una tecnología que también puede ser muy útil en las granjas catalanas. "Hemos sacado adelante un proyecto piloto para adaptar sistemas de reconocimiento facial como los de los aeropuertos para identificar cerdos de forma individual mediante su rostro", concreta al ARA Lluís Miquel Plà Aragonés, profesor de la Universidad de Lleida (UdL) e investigador en Agrotecnio. Para el experto, esto abre la puerta a dejar atrás los chips identificativos que se colocan en cada animal, que son caros y difíciles de implantar masivamente en granjas. "En cambio, la biometría es una tecnología más barata y reutilizable, que requiere, por ejemplo, una cámara fija", prosigue.

Pero no todo son flores y violas. Aunque la tecnología ya existe, su aplicación en entornos ganaderos presenta varios retos. Por un lado, los animales no se dejan escanear fácilmente, y por otro, las condiciones de iluminación y movimiento dentro de una granja dificultan la precisión del sistema. Además, es necesario entrenar los algoritmos para que sean realmente fiables en situaciones reales y cambiantes. Según Plà, este proyecto ejemplifica muy bien el estado actual de la agricultura 4.0: existen tecnologías con un gran potencial, pero que todavía requieren tiempo, adaptación e inversión para convertirse en herramientas habituales en las granjas.

En busca de nuevos perfiles

Sin embargo, esta transformación tecnológica choca con un muro inesperado: la falta de perfiles formados –e interesados– para desarrollarla. Según Plà, los estudios agrónomos o veterinarios no preparan a los estudiantes para crear herramientas digitales, sino para realizar diagnósticos, gestionar explotaciones o aplicar tratamientos. Asimismo, los informáticos tampoco se fijan en el sector primario como una salida profesional atractiva. "No miran hacia el campo", resume el investigador. "Los agrónomos esperan que alguien les proporcione una herramienta útil, pero no se la plantean como propia. Y los perfiles tecnológicos piensan más en la industria o la ciudad", diagnostica.

El resultado es un vacío: hay interés empresarial y potencial tecnológico, pero faltan profesionales capaces de conectar ambos mundos. "Habrían falta formaciones interdisciplinarias específicas, pero de momento todavía son escasas, y las universidades avanzan con lentitud", añade.

Ante este desencaje entre necesidades y formación, algunas iniciativas empiezan a ponerse manos a la obra para acercar investigación, empresa y territorio. Es el caso del Parque Agrobiotech de Lleida, un centro público de innovación agroalimentaria vinculado a la Generalitat y la Universidad de Lleida, que actúa como espacio de conexión entre la ciencia y el sector productivo. Una de sus líneas de trabajo es precisamente impulsar la transferencia de tecnología y conocimiento al mundo agrario, con el objetivo de hacerlo más competitivo, sostenible y preparado para los retos del futuro.

En el marco del ciclo Breakfast4Inno, el Parque organiza sesiones temáticas que ponen en contacto a equipos investigadores y empresas del territorio. En uno de los últimos encuentros, dedicado a la transformación digital del sector porcino, el propio Plà presentó proyectos de inteligencia artificial que está desarrollando con empresas como Selección Batallé.

Las posibilidades de la agricultura de precisión

Aunque a menudo se utiliza como sinónimo de digitalización en el campo, la agricultura 4.0 es en realidad un paraguas amplio que incluye diversas aproximaciones tecnológicas: desde la automatización y la robótica hasta la inteligencia artificial, el uso de sensores, drones y plataformas de gestión. Entre todas estas vías, una de las más consolidadas y reconocida internacionalmente es la agricultura de precisión (AP).

En esencia, la disciplina recoge, procesa y analiza datos espaciales y temporales de campos y animales, combinandolos con conocimiento experto para tomar decisiones adaptadas a la variabilidad real de la explotación. "Tradicionalmente, se trataba un campo entero por igual", recuerda Àlex Escolà, coordinador del Grupo de Investigación en AgróTICa y Agricultura de Precisión de la Universidad de Lleida y del centro CERCA Agrotecnio. "La AP, en cambio, permite aplicar diferentes dosis de riego, abono o fitosanitarios dentro de un mismo campo, según las necesidades reales de cada área", resume Escolà. Esto se traduce en menos desperdicio de recursos, más eficiencia y más sostenibilidad.

La agricultura de precisión utiliza herramientas como los drones para aplicar técnicas más adecuadas.

Nueva oferta formativa

Aunque hace más de una década que la Universidad de Lleida imparte asignaturas de agricultura de precisión (AP) en el grado de ingeniería agraria y alimentaria, hasta ahora no existía en Cataluña una formación reglada y especializada para profundizar en ella. Durante años, los estudiantes interesados ​​debían marcharse a otras comunidades para continuar formándose, pero este curso 2025/2026 esto ha cambiado: se estrena una nueva intensificación en AP y tecnologías digitales dentro del máster interuniversitario en ingeniería agronómica, con docentes de la UdL, la UPC y otras instituciones de referencia.

Esta nueva línea, que forma parte de un máster que habilita para el ejercicio profesional como ingeniero/a agrónomo, ofrece unas 250 horas de formación específica y ya ha despertado mucho interés entre los futuros alumnos. Además, la Generalitat ha puesto en marcha recientemente la Escuela Agraria de Nuevas Tecnologías y Horticultura en Cabrils, y se han creado iniciativas como la Cátedra Timac Agro-UdL, que promueve actividades de formación y divulgación sobre AP a través de talleres, jornadas y premios académicos.

Más allá de los algoritmos

Sin embargo, no todo el futuro del sector agrario pasa por sensores y algoritmos. Desde hace 26 ediciones, el máster en agroecología y agricultura ecológica de la Universidad de Barcelona forma a profesionales para repensar de manera crítica el sistema alimentario, combinando conocimientos científicos, técnicos y sociales. "No vamos contra nadie: sumamos", reivindica Francesc Xavier Sans, director del master y catedrático de Botánica. "La agroecología es una respuesta a los impactos sociales, ambientales y económicos del modelo dominante", dice.

El master apuesta por una formación transdisciplinaria, con estudiantes que provienen tanto de las ciencias naturales como de las sociales, y abre la puerta a salidas laborales diversas: gestión de fincas, proyectos de alimentación sostenible o asesoramiento a iniciativas ecológicas. "Es una formación de presente y de futuro", concluye Sans.

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