Prueba del Subaru Solterra, el primer coche eléctrico de la historia de Subaru

Cada vez quedan menos marcas que no dispongan de algún vehículo 100% eléctrico. Si sacamos de la ecuación las marcas de vehículos superdeportivos (de momento, ya que muchas comienzan a introducir vehículos híbridos en sus gamas), casi todos los fabricantes tienen uno o más coches en el catálogo que están impulsado únicamente por baterías, que prescinden de cualquier tipo de motor de combustión.

Entre estos pocos fabricantes que no han dado todavía el salto hacia la electrificación están Alfa Romeo (lo hará este año), Land Rover, Suzuki, Seat (los eléctricos llegan de la mano de Cupra) o Mitsubishi, pero ya no podemos sumar Subaru. Y es que el fabricante japonés desarrolló junto a Toyota el primer coche eléctrico de su historia, el Solterra.

Se trata de un SUV de casi 4,7 metros de largo que, pese a no haber sido creado desde cero por Subaru, conserva algunos de los atributos clásicos de la marca: tracción total permanente, elementos de diseño característicos y buenas aptitudes todoterreno. Recientemente, hemos tenido la oportunidad de conducirlo, de modo que le explicamos todos los detalles.

DISEÑO EXTERIOR

Si comparamos estéticamente el Toyota bZ4x y el Subaru Solterra podremos apreciar a simple vista que son casi idénticos. Pero no son dos gotas de agua, ya que cada una de las marcas se ha reservado algunos espacios para poder dar un toque diferencial y que los potenciales clientes se decidan por uno u otro modelo. Un buen ejemplo de ello lo encontramos en la parte frontal, donde Subaru ha conservado la parrilla hexagonal de modelos como el Forester o el Outback pero, por supuesto, completamente carenada para favorecer la aerodinámica.

Las ópticas delanteras disponen de tecnología LED e integran la firma lumínica de las luces diurnas, mientras que el parachoques presenta toda una serie de líneas rectas y una zona inferior acabada con plástico negro y que integra las luces antiniebla, lo que aporta sensación de robustez.

Visto de perfil lo primero que sorprende es que no es un coche pequeño, ya que tiene una longitud de 4,69 metros, una anchura de 1,86 y una altura de 1,65. También vemos unos pasos de rueda bien prominentes y llenos de líneas geométricas, así como unas llantas (de 18 pulgadas en nuestra versión) que presentan un diseño parcialmente carenado para reducir la resistencia que genera el aire.

Finalmente, las líneas de tensión de la carrocería se transmiten en la parte trasera a través del alerón trasero dividido en dos secciones y de la forma de los pilotos. Mención especial merece este último elemento, que conserva el clásico diseño de letra C de Subaru pero que a su vez integra una serie de líneas rectas y de ángulos bien marcados que aportan sensación de dinamismo. Sin duda, no es un coche que deje indiferente estéticamente.

DISEÑO INTERIOR

Por dentro hay que reconocer que el Subaru Solterra (y el Toyota bZ4x, porque en este caso sí que las diferencias son mínimas) ha arriesgado muchísimo y presenta un habitáculo con una configuración casi única en el mercado. Tal vez la palabra para describir el interior sea futurista, especialmente si nos fijamos en la pantalla de la instrumentación, de 7 pulgadas y que está rodeada por una moldura de plástico que sirve para elevar su posición. ¿Y por qué motivo? Pues porque está pensada para verse por encima del volante, como ya ocurre en la mayoría de Peugeots modernos.

La pantalla central está situada en una posición completamente vertical y es de 12,3 pulgadas, ofrece conectividad total con el teléfono y fácil acceso en los menús multimedia o del sistema de navegación. Además, por suerte Subaru ha respetado buena parte de los botones físicos que utilizamos más habitualmente, como pueden ser los del control del volumen o de la temperatura del climatizador.

Los materiales tienen buen tacto, el salpicadero presenta un tapizado textil y en general se percibe una elevada calidad de fabricación, pero no me ha acabado de convencer la posición de conducción, porque me obliga a poner el volante o muy alto o bien muy bajo para poder consultar la pantalla correctamente. Además, creo que hay un exceso de material piano black, muy bonito pero que se raya y se ensucia con mucha facilidad.

HABITABILIDAD

Por lo que respecta al espacio, el Subaru Solterra presenta los mismos problemas que encontramos en casi todos los eléctricos y las mismas ventajas de cualquier coche de 4,7 metros de longitud. Es decir, que dos adultos podrán viajar cómodamente a los asientos traseros sin tener que sufrir por tocar ni con las piernas ni con la cabeza, pero la posición de la batería hace que las piernas de los ocupantes de los asientos traseros queden flexionadas en exceso por la presencia de un suelo más alto.

Sin embargo, la buena noticia es que apenas encontramos presencia de túnel central, por lo que un quinto pasajero podrá viajar sin demasiadas complicaciones. En cuanto al maletero, es de 452 litros y presenta una boca de carga bastante elevada. Además, apenas se nota el típico escalón entre el umbral de la puerta y el maletero como tal.

MOTOR

Como suele ocurrir en la mayoría de coches eléctricos, la oferta mecánica del Subaru Solterra no es muy extensa. De hecho, sólo se puede elegir asociado a un único motor, aunque con algo de trampa. Y no, no me refiero a que haya más opciones en el catálogo, sino a que éste único motor en realidad son dos motores eléctricos, uno por cada eje, que generan 109 CV cada uno para presentar una potencia conjunta de 218 CV y ​​un par máximo de 336 Nm.

De aportar energía a estos propulsores se encarga una batería de 71,4 kWh de capacidad, homologando un consumo de 16,1 kWh en la versión de acceso Trek y de 18 kWh en la más equipada Touring. También cambia la autonomía, de 465 kilómetros en el modelo Trek y de 414 en el Touring. Nuestro modelo era el de acceso, pero sin embargo era complicado bajar el gasto eléctrico por debajo de los 17,5 o 18 kWh/100 km. Sea como fuere, no es un consumo exagerado si tenemos en cuenta que el Solterra pesa más de dos toneladas y tiene tracción total permanente.

En cuanto a la carga de las baterías, Subaru anuncia que esta operación puede llevarse a cabo mediante corriente alterna a 7 kW o continua a un máximo de 150 kW, pasando en este caso del 20% al 80% de batería en 17 minutos.

DINAMISMO

Que a nadie le engañe el aspecto robusto de su exterior, el Solterra es un coche cómodo, refinado y silencioso. A pesar de los más de 200 CV de potencia, no acelera con gran contundencia (0-100 km/h en 6,9 segundos), pero se muestra enérgico en todo momento e invita a practicar una conducción relajada. Especialmente, si utilizamos el sistema S-Pedal, que como hemos visto en otros muchos fabricantes nos permite acelerar y frenar con tan sólo modular la presión que ejercemos sobre el acelerador.

Los sistemas de conducción ECO, Normal y Power nos permiten modificar la respuesta del coche para adaptarlo a los momentos en los que queremos ahorrar energía o en los que necesitamos un extra de potencia. Y aunque el modo de conducción seleccionado modifica la autonomía disponible, nada lo modifica tanto como conectar o desconectar el climatizador. Y es que si el coche indica una autonomía de 400 kilómetros, poner el aire acondicionado puede bajar esta cifra más de 50 kilómetros, una cantidad excesiva para un coche moderno.

Si en la ciudad es suave y en la carretera es cómodo, falta por ver cómo se comporta el Subaru Solterra fuera del asfalto. Y lo cierto es que a pesar de sus dimensiones y su elevado peso la respuesta dinámica en conducción off-road es muy positiva. La tracción total permanente nos garantiza la adherencia en todo tipo de superficies continuamente, y si la cosa se complica en exceso siempre podemos utilizar el control de tracción X-MODE para adaptar la respuesta del coche a pistas de tierra, nieve o barro.

CONCLUSIÓN

Si Subaru es una marca que ya de por sí suele hacer las cosas bien, si a la ecuación le sumamos el trabajo de Toyota el resultado debe ser necesariamente bueno. Y eso es lo que se percibe cuando conducimos el Solterra, un coche bien hecho, cómodo, silencioso, arriesgado estéticamente y que sale con nota cuando toca conducir por zonas por las que casi ningún otro SUV eléctrico se atrevería a pasar. En resumen: estamos frente a un coche eléctrico muy interesante y recomendable, que si no llega a la excelencia es únicamente porque su autonomía real es inferior a la homologada y porque su precio es elevado: desde 50.750 euros .