Homenotes y danzas

El químico de Reus que construyó un imperio farmacéutico

Joan Abelló Pascual fundó sus propios laboratorios y fue uno de los impulsores de Antibióticos SA, que logró la distribución de la penicilina en el Estado

Joan Abelló Pascual 1895-1983
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En marzo de 1987 un joven abogado del Estado saltó a la fama por la adquisición de la firma Antibióticos SA en manos de la multinacional italiana Montedison. Esta gran promesa de las finanzas, de nombre Mario Conde, se embolsó junto a su socio Juan Abelló Gallo una fortuna por la operación. En total, la sociedad farmacéutica fue valorada en 58.200 millones de pesetas (350 millones de euros), de los que más de 26.000 fueron a manos de Abelló (que tenía un 46% de las acciones) y cerca de 15.000 a las de Conde (poseedor de un 25% del capital). Como mucha gente recordará, buena parte de ese dinero sirvió para adquirir una posición de control en el Banco Español de Crédito (Banesto), del que Conde acabaría siendo presidente, pero eso es otra historia.

Cómo llegaron Abelló Gallo y Conde a ser grandes accionistas de Antibióticos SA se explica por otra operación de compraventa anterior, la de los laboratorios llamados Fábrica de Productos Químicos y Farmacéuticos Abelló, cuyo fundador y propietario era el mismo padre de Abelló Gallo, Juan Abelló Pascual.

Este químico originario de Reus y más tarde afincado en Madrid había fundado sus propios laboratorios en 1925 y fue el primero del Estado en obtener alcaloides derivados del opio y de la hoja de torta. Justo antes de la Guerra Civil ya comercializaba productos como la morfina, la codeína, la etilmorfina y la papaverina, todo ello analgésicos, antitusígenos y antiespasmódicos. También logró la licencia de algunos fármacos de la firma suiza Roche. La mano derecha de Abelló durante las épocas de mayor éxito fue el también reusense Antoni Rius Miró, uno de los mejores químicos de su tiempo, catedrático de química inorgánica y omnipresente en la administración pública durante los años cuarenta.

En los primeros tiempos de la posguerra, la fábrica de Abelló era considerada una excepción entre los laboratorios estatales, porque la mayoría se limitaban a envasar producto importado, mientras que ellos y FAES, de Bilbao, eran verdaderos elaboradores de materia prima farmacéutica. En 1949 se produjo un gran hito, la creación de la empresa Antibióticos SA, a partir de la inversión de cuarenta millones de pesetas aportados por un grupo de laboratorios líderes: Zeltia (fabricantes de insecticidas y embrión de la actual Pharma- Mar), Ibys (Instituto de Biología y Sueroterapia), Laboratorios Leti, Unión Químico-Farmacéutica, Instituto Llorente y la compañía de Abelló. Este nuevo emblema farmacéutico, que tenía como gerente al empresario Federico Mayor Domingo (padre de Federico Mayor Zaragoza), logró la distribución de la penicilina en el Estado en un régimen casi de monopolio.

En paralelo al gran crecimiento de Antibióticos, la empresa química de Abelló continuaba su expansión y el gran salto desde el punto de vista de la capacidad productiva llegó en 1975, cuando la compañía va abandonar las antiguas instalaciones del barrio de la Prosperidad de Madrid para trasladarse a lo que en ese momento eran las afueras de la ciudad.

Aparte de sus empleos en el mundo empresarial, Abelló también ejerció responsabilidades políticas porque fue procurador en las Cortes franquistas entre 1949 y 1967, además de miembro de la Real Academia Nacional de Farmacia y de recibir algunas distinciones como la gran cruz de la Orden de Isabel la Católica, de la Orden Civil de Sanidad y de la Orden de Alfonso X el Sabio.

Joan Abelló presidió el consejo de administración de la compañía hasta su muerte, en 1983. Y con su defunción volvemos al comienzo de este escrito, porque fue precisamente a finales de ese año cuando Abelló Gallo, con el asesoramiento de Conde, se vendió la empresa familiar a los estadounidenses de Merck Sharp & Dome, firma escindida de la alemana Merck. El precio de la transacción ascendió a 2.700 millones de pesetas (más de 16 millones de euros) y permitió en el tándem situarse como máximos accionistas de Antibióticos SA.

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