Barcelona

Retiran las terrazas ilegales de puntos calientes de Barcelona como las calles Blai y Enric Granados

El movimiento vecinal presiona para que el Ayuntamiento acote la consolidación de las mesas y sillas ganadas en pandemia

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La retirada, este martes, de una de las terrazas de la calle Blai

BarcelonaBares que sacan más mesas a la calle de las que tienen autorizadas o que las colocan adosadas a la fachada, cosa que dificulta mucho los desplazamientos de las personas con problemas de movilidad. O algunos que directamente ponen terraza sin tener ningún tipo de autorización para hacerlo. Son algunos de los incumplimientos de la ordenanza de terrazas que se repiten en muchos puntos de Barcelona. En la calle Enric Granados, una de las vías más saturadas de terrazas de la ciudad, hay 114 locales con licencia para plantar mesas y sillas en la calle, que suman un total nada más y nada menos de 418 mesas y 1.654 sillas. Pero un paseo cualquier tarde por esta vía del Eixample permite comprobar que la cifra real es bastante más alta, como no se cansan de repetir los vecinos de la plataforma SOS Enric Granados, que lamentan que se haya permitido poner mesas extraordinarias en una calle tan presionada.

El Ayuntamiento, que asegura haber intensificado las inspecciones, ha comprobado que hay tres locales que colocan la terraza sin permiso de forma sistemática en la calle y, después de un procedimiento administrativo que es lento y de haber enviado los pertinentes avisos, está procediendo estos días a llevarse las terrazas infractoras. El viernes ya se llevó mesas y sillas del restaurante Empanar, en lo alto de la calle, a pesar de que no pudo actuar igual con las del local vecino –e igualmente, infractor–, Green&Berry, porque en el momento de la inspección no estaban instaladas. Este mismo martes se han retirado tres de las cuatro que consta que funcionan sin permiso en otro de los puntos calientes de las terrazas: la calle Blai, en el Poble-sec. La cuarta no estaba. La furgoneta municipal se ha ido con mesas, sillas, parasoles y estufas.

En el caso de Blai se trata, según detalla el regidor de Sants-Montjuïc, Marc Serra, de locales a los cuales se había denegado la petición de terraza extraordinaria porque tenían deudas con el Ayuntamiento. A principios de octubre, después de una inspección, se les notificó que tenían que retirar las terrazas ilegales en un plazo de diez días y que, si no lo hacían, lo haría el consistorio y les trasladaría el coste de la operación, que es lo que ha pasado hoy. El Ayuntamiento tiene 15 expedientes más en curso en Blai contra otros locales por incumplimientos menores.

"Barcelona ya ha sido generosa"

El regidor del Eixample, Pau González, explica que en Enric Granados tienen abiertos siete expedientes de retirada inmediata: tres para los locales sin permiso y cuatro más para llevarse los excedentes de mesas de locales que superan de forma muy notoria las que tienen autorizadas, como pasa en tantos puntos de la ciudad, a pesar de que, según recuerda González, "Barcelona ya ha sido muy generosa" con la restauración a la hora de ceder espacio público en un momento complicado.

El momento de la retirada, el viernes, de una de las terrazas irregulares de Enric Granados.

Pero la retirada de estas terrazas es "solo un primer paso" a ojos de Jordi Badia, de la plataforma SOS Enric Granados, que este martes se ha sumado a la rueda de prensa de la Federació d'Associacions de Veïns de Barcelona (FAVB) para anunciar las alegaciones que han presentado en la modificación de la ordenanza de terrazas que ultima el Ayuntamiento y que tiene que permitir consolidar muchas de las mesas y sillas que los locales han ganado en pandemia: se han instalado más de 10.000 mesas extras entre calzadas y aceras.

Los vecinos piden que se acote este posible crecimiento y que se garantice, por ejemplo, que un mismo local no combine acera y calzada o que en un determinado tramo de calle no haya más de un 20% de plazas de aparcamiento ocupadas por terrazas. Y critican que en lugares como en muchas plazas de Ciutat Vella los incumplimientos son flagrantes y diarios. De hecho, este diario denunció la situación que se vive en la plaza de Sant Miquel, al lado mismo del Ayuntamiento, donde no se ha sancionado ningún local por incumplimientos a pesar de que alguno llega a sacar más del doble de las mesas autorizadas.

Tener la terraza sin licencia se sanciona como una falta grave, con una multa de hasta 3.000 euros, y una vez retirado el material, los responsables del local tienen que hacer frente al coste que ha tenido la intervención municipal para poder recuperarlo y lo tienen que hacer en un plazo de 30 días. Desde mayo de 2020, cuando empezaron las terrazas extraordinarias, hasta ahora, se han abierto 238 expedientes de retirada de terraza en la ciudad y 21 han llegado al punto de ser efectivamente retiradas.

Multas más caras

Una de las peticiones que hace la FAVB en sus alegaciones a la ordenanza de terrazas es que se encarezcan las sanciones por este tipo de incumplimientos y que se acorte el horario de las terrazas. A pesar de que admiten que estos puntos no forman parte del texto en debate, que se centra en la autorización de mesas y sillas en la calzada, critican que no se haya hecho una ordenanza nueva y acusan al gobierno de Ada Colau de haberla planteado siguiendo el dictado del Gremi de Restauració y en contra de los intereses de los vecinos.

Los cambios en la ordenanza se tienen que aprobar en el pleno de diciembre para poder ser aplicados en 2022. En la comisión de Urbanismo que dio trámite, el gobierno municipal ya contó con el apoyo del PP, Cs y Barcelona pel Canvi, con la abstención de JxCat y ERC. Los republicanos insistían, como la FAVB, en la necesidad de garantizar que si se tiene terraza en acera no se pueda tener en la calzada para evitar duplicidades, pero apuntan que hasta ahora no han recibido ninguna respuesta positiva del gobierno a este punto y que prevén votar en contra de la modificación. Desde el gobierno reiteran que lo que se hará será revisar caso a caso antes de decidir.

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