Filosofía

Rob Riemen: "En el centro de todas las crisis está la de la educación"

El filósofo neerlandés presenta 'L'art d'esdevenir humà' en la Setmana del Llibre en una conversación con Ignasi Aragay

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Ignasi Aragay conversa con Rob Riemen en la Semana del Libro en Catalán

BarcelonaContamos con una sociedad deshumanizada en crisis política, social y climática. Y "en el centro de todas estas crisis, está la crisis de la educación", afirma Rob Riemen (Países Bajos, 1962), el filósofo y director del Nexus Institute. Riemen ha presentado su ensayo L'art d'esdevenir humà (Arcàdia) en la Setmana del Llibre en Català en una conversación con el director adjunto del ARA, Ignasi Aragay, aunque ya dice que aunque la lectura sea una invitación a ser más humanos, no lo solucionaremos solo leyendo libros como el suyo.

El filósofo es muy crítico con el sistema educativo y especialmente con el universitario. "Para mí es imposible aceptar el hecho de tener estas instituciones que reducen a los estudiantes a consumidores, que no les ofrecen nada, que les lavan el cerebro si no van, si no consiguen el artículo académico, si no consiguen trabajo. Son propaganda y mentiras. Y lo mejor que se puede hacer es dejar de ir. Lo digo en serio", ha asegurado Riemen, que cita a Nietzsche cuando decía que "la escuela de la civilización ha terminado" y que la universidad se ha reducido a la utilidad, y a los estudios que son buenos para la economía y el estado. Hemos sustituido el concepto de calidad por cantidad en todas partes, desde el periodismo hasta los influencers, y "ahora todos nos hemos convertido en un número", añade. Y, además, hemos dado a los jóvenes "esa cosa horrible que son las redes sociales", que asimila a la cueva de Platón de la que debemos salir. Es sobre esta estupidez que se sustenta la política actual que vira hacia el fascismo en todo el mundo. "Si la gente fuera algo menos estúpida, ¿quién de esa gente estaría todavía en la política?", se pregunta.

El filósofo desgrana la barbarie con una sonrisa porque en su libro hay esperanza. La receta es no perder la fe, un aprendizaje que extrae de su madre, que estuvo en un campo de concentración japonés de los 12 a los 15 años. También es necesario tener compasión, cuya falta define los totalitarismos, tener memoria y buscar la verdad, dice. Entre sus verdades, hay que "ser civilizado es tener la capacidad de decir no en las redes sociales, en las mentiras de los políticos, en la violencia".

Tras el pensamiento de este prestigioso filósofo está también el argumento de la película de Barbie, "la película de nuestro tiempo por excelencia, que de nuevo los intelectuales no han entendido", la muñeca de Mattel que quiere convertirse en humana cuando, un buen día, piensa en la muerte y, por tanto, en el sentido de la vida. Las personas intentamos "llenar el vacío con sustitutos que pueden ser ideologías totalitarias, juegos, drogas...", pero "la única manera de que las personas encuentren su sentido en la vida es a través de la cultura".

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