Tú en Sanxenxo y yo en Palma
La familia real española ha empezado esta semana sus vacaciones en el castillo de Marivent de Mallorca, justo cuando Juan Carlos ha aterrizado en Galicia
BarcelonaLas vacaciones son momentos de distracción y encuentros familiares, pero en un clan no convencional la cosa siempre es más complicada. El pasado fin de semana Juan Carlos sobrevoló los seis mil kilómetros que hay desde Abu-Dabi hasta su exreino. La estrategia, en lugar de aglutinar, acabó siendo una reacción de polos opuestos que catapultó al rey Felipe fuera de la Península, concretamente en la isla mayor de Baleares. Pero este no es el único movimiento que ha habido en la casa real dentro del continente europeo, donde cada miembro activa sus prioridades a conveniencia.
Ahora bien, si hay algo que une a padre e hijo es la náutica. Este fin de semana ambos han compartido afición por las regatas marinas, aunque ni siquiera en el mismo mar: el actual rey ha navegado por el Mediterráneo y el emérito, por el Atlántico. Concretamente, el padre de Felipe VI llegó el miércoles a Sanxenxo para competir por el trofeo Hotel Carlos I de Silgar. Allí fue gratamente recibido por su familia de acogida, como el alcalde de la localidad, Telmo Martí; el coordinador del Real Club Náutico de Sanxenxo, Carlos Agra, y, sobre todo, Pedro Campos, el presidente del Club Náutico de Sanxenxo y el anfitrión del exjefe del Estado. Pero también una familiar con la que comparte consanguinidad hizo una estancia en tierras gallegas, e incluso compitió en la misma regata. Se trata de la infanta Elena, la única hija que se ha molestado en ir a ver a su padre. Además, la suerte les acompañó hasta tal punto que se encontraron en el podio: Juan Carlos se coronó primero a bordo del Bribón 500 y su hija se clasificó segunda con la embarcación Alibabá II. Con el trabajo realizado y tras una emotiva despedida de Elena, el exrey ha regresado al oriente. Aun así, ha dejado la representación de Abu-Dabi en territorio español en manos de su nieto preferido, Froilán, que desde hace días se le ve salir de fiesta por el sur de la Península.
Mientras, la reina Sofía ya llevaba días en la casa de Marivent de Mallorca para prepararla para la estancia vacacional –como tiene por costumbre desde hace años–. El siguiente en llegar a la mansión donde veranean desde hace exactamente 50 años fue su hijo, el rey Felipe VI. Tras encuentros protocolarios como el de la presidenta del Gobierno Balear, Marga Prohens, el rey de España pudo iniciar durante el fin de semana el entrenamiento de la regata que lleva su nombre, la 41ª Copa del Rey Mapfre. Por fin, el domingo la familia se reencontró para ver el inicio de la competición del marido y padre: Letizia llegó a Palma acompañada de la princesa Leonor y la infanta Sofía. Sin embargo, las agendas de la actual reina y de la emérita no coincidieron. Después de haber permanecido diez días seguidos en Mallorca, la reina Sofía abandonó la isla ese mismo día, porque al día siguiente debía asistir al acto conmemorativo del 30 aniversario de la muerte del rey Balduino de Bélgica. Aun así, Sofía regresó el jueves a Marivent por la recepción de la sociedad civil balear, tal y como atestigua una de las fotografías que han trascendido de la familia estos días.
Mientras, la infanta Cristina también ha decidido pasar sus vacaciones en unas islas, pero en este caso las helenas. La hermana pequeña ha priorizado reforzar los vínculos con su familia materna y ha viajado a la isla de Spetses con sus hijos Miquel e Irene Urdangarin. Allí se ha encontrado con su tía, la reina Anna María, y con la princesa Alexia, con la que pasará unos días refrescantes en el mar Egeo. Así pues, y con todo este movimiento vacacional de la familia Borbón, el rey Felipe seguirá navegando con la embarcación con nombre también de inspiración griega, Aifos –y propiedad de la Armada Española–, hasta este sábado, cuando se sabrá el vencedor de la competición.