Los socios recelan del nuevo Espai Barça y Laporta aplaza la asamblea
Piden un nuevo referéndum para aprobar el proyecto y el presidente acepta seguir debatiendo el fin de semana que viene
BarcelonaLa junta de Joan Laporta decidió aplazar la asamblea de socios compromisarios por razones horarias. Cuando faltaban quince minutos para el inicio del Barça-Valencia en el Camp Nou, el presidente azulgrana optó por suspender el acto en el cuarto punto, después de la explicación del nuevo proyecto del Espai Barça, que la mayoría de compromisarios quieren que pase por referéndum por la enorme magnitud de la operación de financiación que se tiene que pedir para llevarse a cabo: hasta 1.500 millones de euros. La nueva fecha es el 23 de octubre y el lugar, el Sant Jordi Club. En esta nueva sesión ordinaria se tendrá que votar este cuarto punto, así como la venta de Barça Studios y la polémica suspensión del artículo 67 de los estatutos, que obliga a la junta a dimitir si no consigue restituir el patrimonio en dos ejercicios. La asamblea se alargó más de la cuenta porque no se pudo convocar, según la normativa covid, en horario partido, con una parada para comer por el medio. La directiva, por lo tanto, solo pudo sacar adelante el cierre del ejercicio 20/21 y el presupuesto 21/22. Es la primera vez en la historia reciente de la entidad que una asamblea se tiene que parar en virtud del artículo 29.7 de los estatutos.
En su intervención inicial, muy cauta en comparación con la reacción subida de tono que protagonizó después de que un socio lo criticara por "dar largas" en relación con las medidas judiciales contra la junta de Bartomeu, el presidente Laporta pidió el sí de los compromisarios para aprobar "las peores cuentas de la historia del Barça". Una triste liquidación con 481 millones de euros de pérdidas y una deuda superior a los 1.350 millones, de los cuales solo 90, bajo el criterio de la cúpula dirigente, se atribuyen al impacto del covid. Con 637 apoyos a favor y solo 39 en contra, y después de más de dos horas entre exposiciones, preguntas y respuestas, los socios sacaron adelante la propuesta. "Gracias, os aseguro que lo arreglaremos", dijo el mandatario, tan aligerado como el vicepresidente Romeu, que alertaba de una "parálisis del club" si no se aprobaban los números. La victoria fue apabullante a pesar de las dudas con la depreciación de jugadores y la provisión de 79 millones en litigios, dos conceptos que hinchan la partida de pérdidas en 263 millones. Los auditores creen que esta interpretación supone "un elevado grado de juicio" por parte de la directiva.
Guardiola, muy realista
Antes de la votación de la liquidación, el presidente de la comisión económica, Jaume Guardiola, hizo un diagnóstico crudo y realista de la situación del Barça y señaló los costes deportivos como los principales responsables del agujero en contraposición a la bajada de ingresos por el covid. "La disminución de la masa salarial [del primer equipo de fútbol] no ha sido significativa", sentenció el heredero de Carles Tusquets, que añadió que la fotografía patrimonial del club "es muy grave" y que "revertirla es un objetivo muy complejo y ambicioso incluso en cinco años". En esta línea de prudencia, Guardiola vaticinó que será "complicado" que el presupuesto 21/22 –"prudente pero ambicioso", según Romeu– se cumpla en los próximos meses. Una previsión que prevé 765 millones de ingresos de explotación y 784 de gastos, con un beneficio de 5 millones basado en una drástica rebaja de los costes financieros y un ebitda positivo de 98 millones. De estos 784 millones colgará el aval de la directiva, que se tendrá que renovar próximamente, y un compromiso de rebaja de la masa salarial de 147 millones (un 24% en relación con el curso pasado). El presupuesto, igual que el cierre, se aprobó por amplia mayoría.
Este apoyo masivo, sin embargo, comportó demasiado tiempo y dejó claro el mal cálculo por parte de la junta de Laporta, que ahora tiene que volver a convocar a la masa social para debatir y votar los dos temas más calientes de la sesión ordinaria prevista de buen inicio: el nuevo Espai Barça y el cambio en los estatutos para garantizar el gobierno de la actual junta a pesar del mal contexto económico. El Sant Jordi Club, un espacio que normalmente se usa para conciertos y festivales, dictará sentencia.