Roser Vilajosana: "En el teatro, el equipo técnico es la piña que aguanta el castillo"
Actriz y castellera
Castellera de pequeña y actriz de adulta, Roser Vilajosana sigue dando pasos en la interpretación sin olvidar las raíces de la camisa azul de los Castellers de la Vila de Gràcia. La barcelonesa ha participado activamente en los grandes castillos de la historia de los de Gràcia, hasta que la actividad profesional le ha obligado a dar un paso al lado. La pequeña de tres hermanos une la pasión castellera con el medio –Oriol– y el teatro con el mayor –el actor Ferran Vilajosana, con quien ha codirigido L3 Fontana, su primera obra como autora.
Últimamente, ha podido unir los dos mundos, al ser parte del reparto de Pubertad. La serie, dirigida por Letícia Dolera y que se estrenará este otoño, está ambientada en una colla castellera y Vilajosana interpreta el papel de la cabeza de niños.
Entras en los castells por tradición familiar y empujada por tus hermanos.
— Sí, es esa cosa tan bonita de poder compartir pasiones. Mis hermanos querían hacer castillos y primero fueron unos años en Sants, pero ya nos establecimos en Gràcia cuando apenas yo tenía edad para empezar a subir.
¿Y cómo entras en el mundo del teatro?
— Es absolutamente por parte de mis padres, que aman el teatro con todo el corazón. No han hecho profesión, pero sí dedican sus horas al teatro del Cercle de Gràcia y hemos hecho obras de teatro desde que éramos bebés.
¿Hasta cuándo pudiste compaginar las dos actividades?
— Prácticamente hasta los 18 años, cuando todavía no trabajaba tanto actriz. Cuando salía un trabajo lo paraba todo, hacía el trabajo y después volvía a los castells. En 2017 fui a vivir a Madrid a formarme y ya interioricé que mi relación con los castells iba a cambiar. Sí podría disfrutar de la parte social, pero la dinámica de ir a cada ensayo no podría tenerla.
Sin embargo, acabas entrando en la colla castellera de Madrid.
— Estuve un año sin hacer castillos, pero un día vi que había un ensayo y fui a saludar. Pero rápidamente subí y me reenganché. En un grupo pequeño, además, una persona que ya sabe subir es de gran ayuda.
¿Qué crees que comparten ambas actividades?
— En el teatro siempre me ha parecido que la piña es el equipo técnico y el tronco son los cuatro que se les ve en pantalla, pero que realmente no puedes hacer una película sólo con actores, necesitas todo ese equipo técnico brutal que sustente.
¿Cómo vives ahora los castells?
— Ahora les asocio más a la parte más social, aunque intento ir a algunas actuaciones, especialmente las que están en Barcelona o en las plazas que me gustan. También, cuando hay un día importante, esa semana voy a ensayo a ver qué tal van las pruebas.
Recientemente, has dirigido la obra L3 Fontana. ¿Te has oído como una cabeza de grupo?
— Totalmente, vi muy deprisa la similitud. En mi caso, además, es la cabeza de grupo que sube al castillo, obviamente, igual que como cabeza de grupo, creo que es mejor que esté fuera, pero hay momentos en que por el bien del castillo, o de la obra, puede ayudar.
Ahora, además, has rodado la serie Pubertad, de la Letícia Dolera. ¿Cómo lo has vivido?
— Cuando hago un papel intento hacer algo de inmersión en el tema, pero claro, en ese caso llegué con los deberes hechos y con nota. Realmente me sentía como en casa en ese rodaje; sólo tenía que procurar colaborar artísticamente. Le estoy muy agradecida a Leticia, porque estaba muy abierta a permitir que yo le apuntara pequeños detalles por el bien de la historia y para que tuviera veracidad vista desde un grupo casteller.