Religión

Tumbas musulmanas mirando a La Meca en los cementerios gerundenses

El Ayuntamiento de Girona construirá un espacio reservado para diez sepulturas islámicas para que los musulmanes puedan ser enterrados tal y como manda el Corán

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Las tumbas islámicas, sin nichos y mirando a La Meca

GeronaEn vida, los fieles de las principales confesiones religiosas de Cataluña tienen derecho a rezar y practicar su fe con absoluta libertad, puesto que, además de iglesias católicas, presididas por la cruz latina, proliferan centros de culto de confesiones recién llegadas, como el hinduismo, el sij o el islam. Ahora bien, en la muerte, las opciones de oficio religioso se restringen, ya que, si bien la ley manda no discriminar a ningún difunto por creencia o costumbre, no todos los servicios funerarios y cementerios disponen de las infraestructuras necesarias para garantizar las obligaciones de los ritos distintos del cristianismo. Es por eso que comunidades religiosas como la musulmana, con unos 500.000 fieles en Catalunya, cien mil de ellos en las comarcas gerundenses, piden a los ayuntamientos poder tener espacios propios para llevar a cabo los entierros según dicta su credo.

Para dar respuesta a estas demandas, el Ayuntamiento de Girona, aprobando una iniciativa del anterior mandato, ha acordado construir diez tumbas adaptadas al ritual funerario islámico en una parcela del cementerio nuevo, detrás de Vila-roja, en el noreste del recinto, orientadas mirando a La Meca. "El islam, como cualquier cultura, tiene cosas prohibidas y una de ellas es enterrar los cuerpos mezclados con los de otros difuntos no musulmanes, por eso queremos tener un espacio del cementerio separado del resto", dice el imán gerundense Omar Balde. "Ahora bien –matiza–, eso no quiere decir que vayamos en contra de religiones; por el contrario, es muy importante que musulmanes y católicos tengamos buena relación, no sólo cuando estemos vivos, sino también cuando morimos". Y termina: "Cuando muere un árabe estaría bien que sus conocidos catalanes vengan con nosotros aunque no recen, al igual que nosotros deberíamos asistir a una ceremonia católica de un difunto que conozcamos. Nos iría muy bien a las dos partes" .

El ritual funerario islámico, según el orden del profeta Mohamed, comienza con la limpieza del cadáver con jabones y perfumes especiales, antes de envolver el cuerpo con ropa blanca. Entonces, o bien en una casa particular o en una mezquita abierta al público, amigos y familiares rezan cuatro raka'ah, sin agacharse y poner la frente en el suelo, sino de pie y sin moverse. Finalmente, una vez hechas las oraciones, el cuerpo se entierra, sin cajas ni ataúdes, sólo con el sudario de tela, y nunca en nichos levantados uno sobre el otro. En los servicios funerarios Memora de Girona están habituados a este tipo de peticiones por parte de familias musulmanas, ya sea para oficiar el entierro en un cementerio catalán o para expatriar al difunto en el norte de África. No piden cremaciones con féretro ni tanatorio, sólo un momento para poder limpiar ellos mismos el cuerpo y un ataúd estrecho y transparente para sepultar al muerto, ya que en Cataluña, por cuestiones de salud pública, no está permitido enterrar ningún cadáver en contacto directo con el subsuelo.

La pandemia, origen de la demanda

La demanda de parcelas para entierros islámicos se disparó sobre todo a raíz de la pandemia, cuando, por culpa de las restricciones de movilidad, no se permitía el repatriamiento de cadáveres musulmanes en África desde Europa y muchos difuntos se tuvieron que enterrar de urgencia en Cataluña. Así, desde 2020, municipios gerundenses como Palafrugell, Calonge, Sant Feliu de Guíxols, Figueres, Salt u Olot habilitaron espacios para oficiar inhumaciones según los preceptos del Corán. Girona ha sido el último en sumarse a la respuesta y hace quince días aprobó oficialmente el proyecto de obras, que costará casi 100.000€ y ya ha salido a concurso público. "Estaba pendiente sacar adelante políticas de integración para unas personas que normalmente hasta ahora tenían que hacer frente a unos sobrecostes a la hora de hacer entierros según sus costumbres religiosas", defiende Sergi Cot, concejal de Acción Climática de la Ayuntamiento de Gerona. Y añade: "Para contribuir a la integración cultural y de clase durante la vida no podemos obviar los momentos de la muerte". Y termina: "Con 10 tumbas no damos respuesta a toda la comunidad musulmana, pero son unas primeras garantías para las personas que lo necesitan y también tenemos planteadas a largo plazo nuevas tumbas judías, para seguir dignificando la muerte de todas las culturas".

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