Stellantis recupera el motor gasolina HEMI V8 y recibe más de 10.000 pedidos en un solo día

Pocos podían pensar el error estratégico que cometió Carlos Tavares, el antiguo director ejecutivo del grupo Stellantis y matriz de las marcas estadounidenses Chrysler, Jeep, Dodge y RAM (entre otros) cuando anunció que retiraría los motores de gasolina más contaminantes para apostar por el coche eléctrico en todo el mundo, incluidos Estados. Aquella decisión suponía la retirada del mítico motor HEMI V8, un propulsor que remonta sus orígenes a mediados del siglo XX y que se había convertido en uno de los iconos culturales y sociales de Estados Unidos. Los resultados fueron negativos e inmediatos: las ventas de las marcas del grupo cayeron de forma drástica en Estados Unidos, especialmente en el mayor segmento de coches y de precio, precisamente los que permiten un mayor margen comercial y tienen mayor impacto sobre los beneficios del grupo.

El mercado norteamericano es un mercado muy distinto al europeo, ya que sus especificidades (combustible muy barato, grandes carreteras y ciudades pensadas para desplazarse en coche) hacen que los modelos más vendidos año tras año sigan siendo las camionetas o pickups de Ford, General Motors y RAM. El despido de Carlos Tavares y el nombramiento de Antonio Filosa como CEO de Stellantis ha comportado, entre otros, la resurrección de los motores HEMI V8, por el momento reservados por los modelos de RAM y la camioneta de Jeep.

El nuevo director comercial de las marcas estadounidenses del grupo, Tim Kuniskis, ya anunció hace algunos meses que "todo el mundo comete errores" y que "hay que aprender", en referencia al plan de electrificación de las marcas estadounidenses del grupo y la retirada de los grandes motores de gasolina que caracterizan a los modelos americanos. Esta semana la marca RAM ha anunciado que recuperaba el motor HEMI V8 para su camioneta estrella RAM 1500, y ha recibido más de 10.000 reservas del modelo en tan sólo 24 horas.

El motor HEMI V8 es un monstruo de 5,7 litros de cubicaje y ocho cilindros de 395 CV y ​​556 Nm de par que consume una media de 16 litros cada 100 kilómetros, una cifra impensable para los compradores europeos, pero que no parece asustar a los clientes de las camionetas estadounidenses. En cualquier caso, el motor HEMI V8 tampoco podría pasar las nuevas restricciones ambientales europeas y, de hecho, en Estados Unidos este propulsor debe ir acompañado de un sistema microhíbrido de 48 V para poder homologar las cifras de emisiones vigentes en Estados Unidos. La decisión de recuperar este propulsor se basa en las cifras de ventas de las camionetas con motores similares de Ford y Chevrolet (General Motors), que se mantienen en más de 800.000 unidades anuales.

La gran acogida del motor HEMI V8 en Estados Unidos podría provocar que la división comercial estadounidense dirigida por Kuniskis se plantee la posibilidad de recuperar ese motor para modelos de Dodge y todoterrenos de Jeep, contraviniendo el trabajo y las decisiones estratégicas que había implementado Stellantis durante los últimos años. Y es que las emisiones contaminantes y la sostenibilidad de los nuevos coches no son, todavía hoy, una prioridad que pueda condicionar las decisiones de compra de los conductores estadounidenses, especialmente en los estados del interior y del sur del país, donde las camionetas y motores de gran cilindrada son una seña de identidad cultural.