Patricia Cornellana 290625 web
01/07/2025
Directora del ARA
4 min

ADULAR

Un conocido banquero de este país explica la sugerencia que le dio un consejero antes de su primera reunión con un conocido presidente de este país: "Hazle mucho la pelota y cuando acabes vuelve a empezar". Quizás nadie esté libre de los efectos del halago, pero en la escena política actual se ha convertido en un género por sí solo. El efecto de la adulación es proporcional a la vanidad del adulado, que en el caso de Donald Trump roza la patología. Cuando el entorno no es lo suficientemente obsequioso, es él mismo quien se felicita por sus políticas grandes y bonitas y su altísimo conocimiento enciclopédico.

No sabemos si el secretario general de la OTAN, Mark Rutte, pretendía corromper el juicio del poderoso presidente estadounidense haciéndole la pelota para hacerlo entrar en la comedia atlántica o si realmente se lo cree. Para el caso que nos ocupa, da igual. Rutte necesitaba una cumbre exitosa, a todos los atlantistas cuadrados al paso del comandante jefe y en eso se queda, porque prácticamente nadie podrá cumplir el gasto del 5%. Los datos son rotundos. Si el gasto de Alemania está en el 2,12% del PIB, el francés en el 2,6% y el danés en el 2%, Bélgica y España están en torno al 1,3%, dos décimas menos que Italia. En el Este, en cambio, más cerca físicamente del imperialismo ruso, los tres Bálticos superan el 3% y Polonia, el 4%.

El presidente español, Pedro Sánchez, hizo de la necesidad virtud y salvó la continuidad de su gobierno envolviéndose en un discurso socialdemócrata de defensa del estado del bienestar. De hecho, España es un socio más estratégico por su situación geográfica que por su capacidad armamentística, y Sánchez tenía más ventajas desmarcándose que haciendo seguidismo y después ver cómo incumplir, que parece ser lo que va a pasar en países extraordinariamente endeudados como Francia o Italia.

AMNISTÍA

La sentencia del Tribunal Constitucional (contigo empezó todo) avalando la ley de amnistía aprobada en el Congreso no cierra la cuestión catalana porque ni devuelve a los exiliados, ni cierra todavía la crisis del Procés, como dicen algunos con entusiasmo. El objetivo era doble: resolver un callejón sin salida político que amenazaba la legislatura y dar una respuesta tangible a una década de represión y judicialización. El Constitucional ha validado el fondo, pero la batalla sigue entre los tribunales. Existe una España –instalada en la estética de la indignación permanente– que ha visto en esta sentencia una capitulación más. Es la propia España que lleva años confundiendo la unidad con el inmovilismo, y la ley con la venganza. Pero también existe una Catalunya que necesita revisar su propia épica: no toda reparación es una victoria, y no toda concesión es humillación.

La amnistía es fruto de un pacto de supervivencia mutua. Pedro Sánchez la empujó para poder gobernar, y el independentismo la impulsó para respirar. El próximo debate ya no es sobre la legalidad. Es sobre política. ¿Podrá el independentismo reinventarse sin el acondicionamiento de la persecución judicial? ¿Puede Catalunya explicarse a sí misma, más allá del simbolismo, y avanzar realmente en el autogobierno? ¿Puede el PSOE cumplir con una España diversa sin caer en la ansiedad de estado del felipismo? No es la primera vez –ni será la última– que el expresidente tritura a Pedro Sánchez y lo acusa de haber abandonado los valores fundacionales; califica la reconciliación con Catalunya de rendición y lee la Constitución como una obra propia de la que conserva la clave. González representa la Transición, ese pacto fundacional obsoleto. La amnistía de hoy le molesta no porque sea ilegal, sino porque altera su obra y su idea de España.

FINANCIACIÓN

La idea de la España federalizante de Sánchez irá a examen con la negociación del sistema de financiación catalán. Una vez más. El caso Cerdán ha puesto a socialistas y republicanos a trabajar con plena conciencia de que la cuenta atrás de la legislatura ha empezado después de semanas de impasse sin avanzar en la cifra clave. Es decir, en cuál será el incremento de recursos que se inyectarán en el nuevo sistema; en el sistema de 2009 fueron 11.000 millones. De la reunión bilateral del próximo día 14 saldrá un acuerdo sobre las bases del modelo de financiación y un acuerdo para concretar la progresiva recaudación del IRPF por parte de la Agencia Tributaria catalana, con plazos que técnicamente podrían superar la legislatura.

En la negociación se habla de blindar la ordinalidad de forma limpia; de incorporar las transferencias específicas de la Generalidad dentro del sistema y, por tanto, garantizar su actualización; mejorar el ámbito normativo de la Generalitat y reformar las leyes necesarias para hacerlo posible. La complejidad de la negociación se ha multiplicado, pero al mismo tiempo los negociadores comparten una visión más pragmática y ambas partes consideran que de mayor confianza. Entre las dificultades no solo se encuentran la crisis del PSOE y la candidatura de la ministra de Hacienda a la presidencia andaluza cuando no es descartable un adelanto electoral de Juan Manuel Moreno Bonilla para descarrilarla. Existe también una mayoría de la investidura sanchista cada vez más difícil de reeditar y necesaria para la aprobación del marco jurídico. Como siempre, la gran cuestión catalana no es otra que la financiación.

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