La ampliación del aeropuerto, un paso contra el planeta

Un avión sobrevolando el espacio natural de la Ricarda.
11/06/2025
2 min

La ampliación del aeropuerto y su afectación a los ecosistemas naturales del delta del Llobregat empieza a parecer ya el Guadiana –ahora salgo, ahora desaparezco–. Un comité de expertos ha decidido que la mejor opción es, en vez de destruir un trozo de la Ricarda, hacer un dos por uno: ahora le robaremos un pedacito al Remolar. Y en algún sitio haremos una balsa nueva para compensar esta destrucción.

Esta es una propuesta, como mínimo, sorprendente, que, en mi opinión, no tiene ni pies ni cabeza. Demuestra una gran ignorancia de lo que es un ecosistema y lo que significa conservar la biodiversidad. Se quiere reducir la discusión al enfrentamiento entre una "infraestructura vital" para Catalunya y conservar unas charcas para pájaros o no conservarlas. Eso sí, nos harán una balsa más grande llena de biodiversidad (que en su mayoría serán especies invasoras como el coipú). Parece que nos traten como a niños que intercambian cromos de un álbum.

Esta propuesta quiere transformar el delta del Llobregat en una especie de parque temático, un zoo, donde ir a ver unos pajaritos con los niños. Todos los estudios que se han hecho muestran que la Ricarda es un ecosistema único y que ha sido profundamente modificado por el aeropuerto, que, además, no ha llevado a cabo las medidas de compensación que tenía que hacer con la anterior ampliación. Y todo esto se basa en un dictamen de un comité de expertos que antes de empezar ya dijo que quería la ampliación del aeropuerto. ¿Ha estado alguna vez sobre la mesa la opción cero y otro modelo de aeropuerto?

El debate del aeropuerto es un debate que va mucho más allá de si compensamos la pérdida de biodiversidad con otra balsa. Plantearlo así es un engaño. El debate debería ser sobre el modelo de país y sobre cómo nos adaptamos a los cambios globales. Un gobierno que se quiera adaptar y que quiera mitigar la crisis climática no puede hablar en serio de ampliar el aeropuerto. ¿Qué haremos cuando suba el nivel del mar o cuando la temperatura sea tan elevada que la gente no pueda estar en la calle? Más aeropuerto significa más dinero para unos pocos y mucha menos salud para otros muchos. ¿Cómo podemos hablar de mitigación y adaptación al cambio climático si lo que hacemos va la inversa de lo que deberíamos hacer? Reducir el debate del aeropuerto a si recorto por aquí o por allá unos ecosistemas naturales –y ya haré otros más grandes y bonitos– es una tomadura de pelo a los ciudadanos. ¿Quieren conservar la biodiversidad del delta? ¿Quieren adaptarse a los cambios globales? No amplíen el aeropuerto y dejen de marearnos de una vez. Que la economía de un país dependa de si se amplía un aeropuerto o no significa que no estamos hablando de economía, sino de negocio, y además en beneficio de unos pocos. ¿Estamos en el siglo XXI?

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