Ana Pastor, irreconocible

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El martes, mientras en 8TV enseñaban las imágenes de Teodoro García Egea haciendo el lanzamiento de hueso de aceituna que en su día le valió el título de campeón del mundo en la disciplina, el ex secretario general del PP visitaba La Sexta para conceder una entrevista a Ana Pastor. La cadena ofrecía un especial para indagar las razones y detalles de la batalla cainita dentro del partido. Es bastante sintomático que alguien del PP lo primero que haga después de dimitir sea correr hacia La Sexta a dar explicaciones. Sin duda, un mérito periodístico conseguir la entrevista en pleno huracán informativo. Los motivos de La Sexta para pedirla son obvios. Los motivos de García Egea para concederla parecieron un gesto a la desesperada por levantar la bandera blanca asumiendo el rol de cabeza de turco.

Ahora bien, el resultado de la entrevista fue algo decepcionante. Básicamente, porque Ana Pastor no practicó el nivel de incisión y esa pretendida audacia que ha utilizado otras veces. Por otra parte, tampoco ejerció su habitual impaciencia preguntadora que le hace interrumpir al invitado. Si algo le ha salido bien a Egea esta semana es la posibilidad de explicarse con tranquilidad frente a la periodista de La Sexta.

La entrevista comenzó a las 22.43 h y, sorprendentemente, Pastor tardó hasta diecinueve minutos en pronunciar por primera vez el nombre de Ayuso. De hecho, ambos interlocutores parecían temer mencionarla directamente. Parecía que les diera miedo invocarla. García Egea usaba eufemismos del estilo “uno de los principales activos electorales del partido” o “la presidenta de la comunidad autónoma”. La primera vez que Pastor la citó también hizo referencia al “hermano de la presidenta” para saber cómo les llegó la información de los contratos que han hecho estallar la crisis. Especialmente en la primera media hora de conversación Ayuso parecía el Lord Voldemort de Harry Potter, He-Who-Must-Not-Be-Named. Por fin, a las 23.02 h Pastor preguntó: "¿Le ha ganado la batalla Ayuso?". No fue la única palabra que parecía tabú. Hablando del pasado más oscuro del PP, en vez de referirse a la "corrupción", se utilizó "esto" como comodín.

Pero lo que resultó incomprensible de la entrevista de Pastor fue el deseo de la periodista de hurgar más en las desavenencias internas del PP que en su origen: el contrato del hermano de Ayuso y la morterada que se llevó por la gestión. Teniendo en cuenta que Egea admitió que fue uno de los primeros que tuvo en sus manos la información que afectaba a la presidenta de Madrid, hubo por parte de Pastor una falta de profundización a la hora de indagar los indicios de corrupción y los detalles de los contratos que consideraron sospechosos. Pastor resbaló. La prueba de que las batallas dentro del PP han logrado desviar la atención del verdadero hueso de la cuestión.

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