¡Por muchos años, Jane!
Estos días se han celebrado en todo el mundo los doscientos cincuenta años del nacimiento de Jane Austen, mientras sus obras -en formato libro o película o serie- siguen teniendo un éxito incuestionable. En nuestro país, esta celebración la han liderado, como no podía ser de otra forma, desde el Club Victoria, la colección del Círculo de Viena que reúne algunas de las mejores novelas clásicas inglesas, incluidas, por supuesto, las de Jane Austen.
Todavía ahora, cuando se habla de esta figura relevante de la literatura inglesa, perdura una especie de pugna entre la imagen que proyectó su familia y que desde entonces ha habido interés en mantener, la de una joven soltera milagrosamente dotada que escribía historias románticas mientras zurcía la calcetines o entre ambición, que quería ser leída y ganar dinero e independencia con su trabajo. La biografía publicada por su sobrino en 1869 también insiste en retratar a Austen como una mujer dulce y nada interesada en la política ni en la crítica social.
Pero basta con leerla para saber que Jane Austen tenía todo el interés del mundo en retratar el mundo que le tocó vivir y en destacar algunas injusticias y desigualdades, especialmente cuando se trata del papel de las mujeres. Su literatura es una crítica consistente en la sociedad clasista y machista que le rodeaba, aunque no disparaba abiertamente sino a través de la ironía y de sus personajes.
Es innegable que la popularidad de Jane Austen ha alcanzado niveles nunca vistos gracias a los productos audiovisuales: películas y series mal llamadas "de tacitas", que tratan de convertir una obra literaria de calidad en una marca. Es el peligro que entraña el éxito comercial.
Sin embargo, habrá, seguro que hay, jóvenes que han sentido curiosidad por los libros de Jane Austen gracias a esta "marca". Si es así, si han ido a buscar Sentido y sensibilidad o Emma y se le han leído, ya habrá merecido la pena. Quizá leyéndola captarán las ideas feministas que se esconden en sus textos y, con permiso de Rosalía, optarán por apuntarse abiertamente a la causa que defiende la igualdad para las mujeres.
En este sentido, sabe muy mal la desaparición de una gran cantidad de correspondencia privada de la autora. Su amada hermana Cassandra destruyó las cartas que, al parecer, podían haber "manchado" la imagen que la familia quería proyectar de Jane. ¡Ay, Cassandra, te lo perdonamos porque fue un acto hecho desde el amor, pero... Hace un gran pesar no haber podido saber qué pensaba Jane Austen de tantas cosas!
Le gustaría el sr. ¿Darcy idealizado que ha creado el cine? ¿Participaría en los actos que la ciudad de Bath (que no está nada claro que amase) le dedica a menudo? ¿Quién la convencería más, Keira Knightley haciendo de Elizabeth Bennet, Emma Thompson y Kate Winslet como hermanas Dashwood o Anne Hathaway interpretándola a sí misma?
Y, ya que estamos cerca de Navidad, cómo reaccionaría Jane si, en la mesa familiar navideña, alguien le hiciera la pregunta impertinente: "Y así, ¿aún no tienes pareja, Jane?"