Me parece que se está iniciando un período de tomar decisiones, tanto en Bruselas como en Madrid y en Barcelona, que puede ayudar a preparar un futuro más positivo y sostenible para la economía europea. Otras veces ya he dicho que en la futura perspectiva de competencia global entre EEUU, China y la UE, ésta tiene mucha menos población y muchos menos recursos naturales, y que, por tanto, debe centrar su productividad y competitividad sobre todo en el nivel de conocimientos y capacitación de las personas, en la cooperación empresarial y en el desarrollo científico y tecnológico. Si a esto le añadimos la urgencia de hacer frente al reto ecológico, debemos ser fuertes sobre todo en las tecnologías relacionadas con la electrónica, la fotónica, los computadores, y la IA.
Ésta no es nuestra situación actual y es urgente recuperarla. Por eso me ha resultado agradable ver que Ursula von der Leyen, Teresa Ribera, Pedro Sánchez y Salvador Illa lo tienen claro; y que también han sido oportunos y valiosos los recientes informes de Enrico Letta y Mario Dragui. Todos se preocupan o empiezan a tomar decisiones sobre diferentes temas además de lo tecnológico, pero yo quiero limitarme a éste haciendo una mirada sobre todo desde la situación y las perspectivas en Cataluña.
1. Medidas a tomar. Debemos reforzar las actividades de investigación y desarrollo en los cuatro sectores indicados, tanto en los centros de carácter público (universidades y centros de investigación) como de tipo privado (empresas y grupos de empresas). Necesitamos que los gobiernos refuercen las primeras y estimulen con ayudas las segundas. Es necesario que se estudie también en estos casos, la posibilidad de actuaciones de colaboración público-privada y unas reglas para una utilización abierta de los resultados por parte de otras empresas o usuarios. También es necesario que se estimulen y promocionen mecanismos reglamentarios o financieros para que los nuevos conocimientos y tecnologías creados en el sector público sean utilizados por la innovación en producto o en sistemas de producción, y no queden limitados al sector científico. Cataluña tiene un sector científico importante tanto en cantidad como en calidad, pero carece de los niveles de innovación que correspondería. Esto tiene que ver con los sectores dominantes de la economía, la dimensión de las empresas y las dificultades de crecimiento y colaboración, tanto por razones históricas como burocráticas.
Se deben hacer desaparecer las fronteras todavía existentes en el conjunto de la UE de forma que este crecimiento o esa colaboración tengan un carácter como mínimo europeo.Esta necesidad tiene que ver con la urgencia de completar la construcción del mercado único, tanto en aspectos legales como financieros, como fiscales... Pero no es ahora cuando me toca hablar de ello.
2. La oportunidad para Cataluña. Desde hace unos años, habida cuenta de las dificultades alemanas y francesas, el papel de España en la UE ha aumentado y mejorado. En paralelo con ello, la imagen exterior de Catalunya en relación con las nuevas tecnologías (Supercomputador Mare Nostrum, Sincrotrón ALBA, Instituto de Fotónica, y muchísimas otras realidades) ha crecido y es más atractiva. Nos encontramos, pues, en la coincidencia de diversas situaciones que suponen una oportunidad. La UE ve que es necesario fortalecerse para hacer frente a un período más difícil desde varios puntos de vista y que esto pide más unidad, más colaboración y más potencia tecnológica. Estas circunstancias hacen que se tomen medidas para aumentar la capacidad de proponer y financiar con bonos o dinero de carácter europeo programas que salgan de los Estados miembros, y sobre todo si es de un conjunto de Estados.
Esto explica en buena parte porque estas últimas semanas hemos visto una deseable actitud desde la Comisión Europea para encargar –financiándolo parcialmente– a entidades españolas y sobre todo catalanas, tareas de investigación, desarrollo, comprobación y transferencia de la innovación. Esto, sobre todo en torno a los chips fotónicos y también a otras áreas de los otros tres sectores. Aprovechémoslo, porque coincide también con una actitud desde el gobierno de Madrid en ayudar y en cofinanciar programas con la implicación también del Gobierno de la Generalitat.
3. Un último apunte personal. Disculpadme que acabe con un pequeño recuerdo personal. Quisiera expresar mi agradecimiento a tres personas que ayudaron mucho a esta buena imagen de Cataluña a la que me he referido. Se trata de los amigos Mateo Valero, Ramón Pascual y Lluís Torner. Viví de cerca sus tres iniciativas antes mencionadas, e incluso, aunque poco, les ayudé, desde Madrid o desde Bruselas, cuando me lo pidieron.