¿Por qué comer salmón es mala idea

Un salmón importado en un mercado.
03/01/2025
2 min

Al igual que ocurre en la agricultura, cuando llegan medidas medioambientales el sector pesquero se levanta. Normalmente, su situación crítica no puede soportar más presiones. ¿Pero por qué no buscamos las razones estructurales que hacen que sea casi imposible vivir del primer sector?

En la pesca tradicional y artesanal uno de los problemas que más le afecta es la convivencia con las granjas industriales de peces. Desde el año 2000 hasta ahora la producción en jaulas –una imitación del engorde de animales estabulados– se ha triplicado, ya nivel mundial el consumo de sus productos supera ya a los de la pesca. Las cifras estatales confirman lo que sabemos en relación a nuestros propios hábitos: el consumo general de pesca desde entonces ha caído en un 42%, mientras que, por ejemplo, el consumo de uno de los peces de engorde por excelencia , el salmón, ha crecido en el mismo período un 83%.

Como sabemos, los peces grandes comen peces pequeños: cada año, 12 millones de toneladas de peces silvestres (y comestibles), el equivalente al 15% de las capturas mundiales, ya son destinadas a convertirse en piensos para estos peces en cautiverio, según explica el artículo de GRAIN "La resistencia contra la acuicultura industrial". Como confirman los últimos estudios, hablamos de un grave desperdicio porque para producir un kilo de salmón se requieren seis kilos de pescados silvestres. Y las emisiones de gases de efecto invernadero también aumentan: "un kilo de salmón industrial genera, al menos , 15 veces más emisiones que un kilo de los peces silvestres que consume".

Al igual que en la carne industrial, la producción de pescado de engorde está concentrada en manos de muy pocas multinacionales –en el caso del salmón, 10 corporaciones controlan la mitad de la producción mundial– que centran su negocio en abastecer a las consumidoras con mayor capacidad adquisitiva. como corporaciones globales, sus tentáculos llegan muy lejos. Las empresas noruegas, primeras en el ranking, se aprovechan de su poder y de los apoyos políticos para operar en Chile, Argentina, Namibia, Sudáfrica y otros países del sur global.

Foro Mundial de Pueblos Pescadoras (WFPP)celebrada en Brasil –como La Vía Campesina para el campesinado que agrupa a organizaciones de la pesca a pequeña escala–, dejó clara su postura ante la acuicultura industrial: "NO es lo mismo que la pesca; es privatización, jaulas y destrucción de nuestros territorios; es desnudar a los pueblos pescadores de las tierras y aguas; el acaparamiento de los mares y la crisis climática".

Es necesario que se tomen medidas para una pesca sostenible, pero la principal –proteger la pesca artesanal poniendo freno a la pesca industrial ya esta acuicultura globalizada– no está en las agendas políticas, siempre tan respetuosas con el poder corporativo. Nos llevan hacia un futuro en el que sólo comeremos panga.

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