Jaime Mayor Oreja ha vuelto. las instalaciones del Senado "la verdad de la Creación" frente a la teoría de la evolución que dice que venimos del mono (qué aberración).
Como es sabido, hace ya años, y cada vez más, la batalla por la identidad entre derechas e izquierdas se juega a muerte y en todos los terrenos, sobre todo aquellos que no cuestan dinero y no representan ningún problema que quite el sueño a nadie de la inmensa mayoría. Pero son problemas divisivos, vistosos, contenciosos, que crean bandos con la esperanza de que acaben decantando voto y apuntan a la esencia supuestamente malvada de la agenda oculta del adversario. Tales como uno pesebre, sí, pesebre no, el desear “Feliz Navidad” o “Buenas fiestas”, los lavabos para personas trans o el hecho de si Dios creó el mundo en seis días y el séptimo descansó, convertido en palabras de Mayor Oreja “en el corazón del debate del mundo occidental”.
Nos quieren tener entretenidos con este tipo de polémicas porque ocuparse de la inflación, la natalidad, la educación, las guerras y el negocio que hay detrás, la cantidad creciente de personas que están durmiendo en nuestras calles, encontrar vivienda o luchar contra el cambio climático es muy caro y cansado.
Dice el exministro que "no debe sorprendernos que además de fundamentalistas nos digan ultras". En esto estoy de acuerdo. No debe sorprenderle nada.