Si Salvador Illa no logra que el PSOE se tome tan en serio la financiación singular de Catalunya como se ha tomado la ley de amnistía, los socialistas acabarán imitando Barrio Sésamo cuando explicaban la diferencia entre encima y debajo. La diferencia es que Barrio Sésamo era televisión educativa que hacía sonreír, y los circunloquios socialistas para evitar un compromiso son una irritante tomadura de pelo. Preguntado sobre la cuestión, Patxi López explicó el martes a TVE que todas las comunidades son singulares, porque unas tienen costa y otras no, unas tienen lengua propia y otras no, unas tienen la población dispersa y otras concentrada... y que , por tanto, no hay nada más singular que garantizar la igualdad tratándolas a todas singularmente. Si esto es todo lo que debemos oír durante los dos meses que vienen, iremos a elecciones en octubre de nuevo.
En el master sobre financiación de la Generalitat que regalan a cada catalán cuando nace, ya se habla del principio de ordinalidad. Es un principio que está recogido en el artículo 206.5 del Estatut, que es una ley orgánica del Estado que el Estado ha ignorado olímpicamente desde su promulgación. Ahora, Isla, con buen criterio, porque no hay cosa que sea más de orden para una socialista catalán que invocar el Estatut d'Autonomia, ha desempolvado la ordinalidad.
Que en relación a cualquier cosa catalana es imposible un debate sereno en España ya nos lo sabemos. Y si es de reparto del dinero de los catalanes, qué debo contarles. Pero aunque sea porque lo dice el Estatut, el PSOE debería hacer suyo el principio de ordinalidad cuando le preguntan por la financiación de Catalunya y poner en valor nuestra sostenida contribución al progreso general de España, y no dedicarse a no decir nada, porque entonces está todo dicho.